Alejandro Eder quien recibió una alcaldía de Cali en situación calamitosa y se comprometió a marcar distancia de los manejos turbios de su antecesor, ha recogido funcionarios que formaron parte de la administración de Jorge Iván Ospina quien terminó con un nivel bajísimo de aceptación por el mal gobierno y el personalmente suspendido por la Procuraduría por presunta corrupción en la feria virtual del diciembre del 2020, en plena pandemia. Es el caso de Alex Duran y su esposa Paola Riveros.
Duran es un médico palmirano compañero del Alcalde y amigo suyo desde hace 30 años cuando trabajaron juntos en el Hospital Carlos Holmes Trujillo y luego en el Hospital Universitario del Valle cuando Ospina fue director. Para muchos ha sido su mentor y desde la primera alcaldía se vinculó a su alcaldía logrando navegar en distintas administraciones de la ciudad, hasta ser por un tiempo secretario de salud en la Alcaldía de Maurice Armitage, de la que salió en malos términos, con una auditoria encima.
Regresó con Jorge Iván Ospina a su despacho y formó parte del grupo de asesores. Estuvo allí tres años y en el último tramo renunció y dio un volatín inexplicable: adhirió a la campaña de Alejandro Eder, construida como una alternativa de solución a la debacle que dejaba Ospina. Alcanzó la confianza del candidato, cuando no marcaba más del 10% en las encuestas, para ser nombrado coordinador político. Y esto mientras su esposa, la administradora Paola Riveros era una de las responsables de la cuestionada contratación del municipio y por tanto mantenía su vaso comunicante activo con la alcaldía de Ospina.
En simultánea a su trabajo político, Duran asumió las riendas de la pequeña microempresa con sede en Palmira, de donde es oriundo, RTI -Recuperación de productos industriales- fundada tres años antes cuando era asesor de Ospina. Lo cierto es que la movida le resultó y con el triunfo de Eder terminó premiado. Fue nombrado dentro del grupo de los 17 asesores y su esposa Paola Riveros se reencauchó en con un alto cargo de altísima responsabilidad en Emcali.
Paola Riveros trabajó hasta el último día en la Alcaldía de Ospina como parte del grupo, junto a Alejandra Puentes, la directora de contratación pública y la secretaria de Gobierno Nora Mondragón, convertido en el trio de funcionarias de confianza de Ospina que manejaron la cuestionada contratación.
Con este antecedente Paola Riveros fue nombrada Gerente del área de gestión humana y activos de Emcali, como compensación al apoyo que le dio su esposo a la campaña de Eder, con lo cual repitieron lo logrado con Ospina.
El recién posesionado gerente de Emcali, Roger Mina, quien cuenta con una alta formación técnica es nuevo en el sector público de Cali donde estudió, pero no se ha desempeñado profesionalmente, así que el nombramiento de Paola Riveros le llegó por la ruta del alcalde. Un cargo por lo demás útil puede operar como un útil blindaje para la saliente administración, llena de lunares empezando por su exgerente.
Emcali es una de las instituciones más cuestionadas en la que rodó por presunta corrupción la cabeza de su primer gerente Juan Diego Flórez, desde donde operaba el exgobernador Juan Carlos Abadía y Mauricio Ospina, el hermano del alcalde con comportamientos non-sanctos. Resultaría más que evidente la necesidad de ponerle la lupa a esta institución clave para Cali y el Alcalde debía darle la libertad a Mina para armar un equipo tan competente como transparente.
Estos dos nombramientos se unen al del cuestionado exconcejal Milton Castrillón, con un lamentable historial que también fue contratado dentro del grupo de los 17 asesores del despacho del alcalde. Esta larga lista de cargos creados tiene fundamentalmente origen político y para evitar entregar secretarías y subsecretarías Alejandro Eder recurrió a esta figura para pagar favores de campaña con un no despreciable ingreso de $15 millones mensuales. Una cifra cuantiosa para cualquier presupuesto, pero sobre todo para las menguadas finanzas del municipio de Cali.
