Bogotá cuenta con muchos restaurantes y lugares icónicos, donde se reúnen historias mágicas e increíbles. Este es el caso de La Golconda, una famosa panadería y pastelería que se ha mantenido en el tiempo a pesar de las diversas pruebas que le ha presentado la vida. No se trata de un negocio nuevo, es uno que realmente tiene historia.
Sus creadores fueron un par de esposos que empezaron con una cigarrería en el sur de Bogotá. Aunque sus raíces fueron claves para poder ir creciendo poco a poco, hasta convertirse en una famosa panadería de la ciudad, se expandieron y lograron tener un punto en Usaquén. Para muchos, era el lugar ideal para comerse un buen pan y tomar café.
Aunque tras la pandemia las cosas cambiaron para la familia, La Golconda no logró recuperar la fuerza que tuvo en su pasado. Y aunque aún hay algunos puntos que se mantienen en la ciudad, no tienen la misma trascendencia. Sin embargo, su historia y aquella esquina siguen siendo recordadas por los amantes del buen pan.
Fueron muchos los productos que caracterizaron a esta panadería, que también se llegó a convertir en una importante pastelería. Aún la gente recuerda algunos de los amasijos que se preparaban en este lugar.
El inicio de la popular panadería La Golconda
Han pasado más de 50 años desde que inició este negocio, el cual fue creado por Flor Albar Mayorquín del Valle y Guillermo Ramírez, un tolimense. Estos esposos decidieron comenzar con una cigarrería en la Ciudad Jardín, en el sur de la capital. Flor sabía cocinar varios productos como el manjar blanco o el tan famoso pandebono valluno.
El sueño familiar tomó tanta fuerza que se transformaron en panadería. Con el paso del tiempo, lograron abrir otras sedes: una en Santa Ana Oriental, otra en la calle 134 y la última en la esquina de Usaquén, donde consiguieron posicionar mejor su nombre. Aunque, en el 76, la familia sufrió un duro golpe con el fallecimiento de don Guillermo.

Pese a su pérdida, la familia consiguió meterse en el hogar de muchas familias bogotanas. Muchos se enamoraron de sus pandebonos, almojábanas y pan de maíz. Su portafolio era variado y cada vez sumaron más platos a su menú. Vendían desayunos e incluso productos diferentes como pizza, lo que hizo que la gente fuese allí incluso a tomar onces.
|Le puede interesar Los hermanos paisas que fundaron Kuty, la panadería caleña que se volvió la reina de los desayunos
Aunque la fama que logró tener La Golconda no se mantuvo con el paso de los años, hubo muchos factores que llevaron a que perdiera esa fuerza que tuvo.
Los factores que debilitaron un poco a esta panadería
La pandemia llegó y obligó a cerrar su sede en Usaquén. Aquella esquina histórica llegó a su fin. Además, los cambios en el sector afectaron notablemente el flujo de compradores que tenía esa sede de la tan popular panadería. Eso sí, para los clientes, este fue un golpe duro: no volver a ver aquella esquina en la que antes podían pasar una mañana o una tarde disfrutando de sus productos.
Aunque aún La Golconda no se acaba, sigue tratando de recuperar la popularidad que tuvo años atrás, buscando el apoyo de sus clientes. Pero, con la creciente competencia, puede ser más complicado que vuelva a ser lo que fue.
Vea también: