Con modestia y discreción lejos de los reflectores de la vida pública, Rafael Espinosa Rentería y a punta de trabajo fue construyendo el patrimonio que le dejó a sus hijos cuando en 1996, murió de un infarto a los 81 años. Alcanzó a consolidar un importante grupo económico en el sector agroindustrial.
Comenzó en los años 40 como empleado en un negocio de taxis en Fusagasugá de propiedad de Leónidas Lara e Hijos, quien era el principal exportador de café de la época. Ante el declive de la empresa Lara, Rafael decidió desarrollar su propio negocio en compañía de sus hermanos Cenón y Alfonso, para lo cual contó con el apoyo económico de Pedro Bernal Escobar, gerente en ese entonces de la Caja Agraria. En 1953, nació Rafael Espinosa Hermanos, compañía dedicada a exportar café verde y tres años después abrió su oficina en Nueva York, Amenia Coffee Corporation, que hoy importa a Estados Unidos café verde no solo desde Colombia, sino también de Centro y Sur América, África y Asia. Fue tanto el conocimiento que adquirió que, en la segunda mitad del siglo pasado, su opinión sobre la situación del café era tan apreciada como la de la Federación de Cafeteros, su exportadora de café se convirtió en la segunda del país, solo superada por la Federación de Cafeteros.
Convertida en Racafe y Cia, y luego de 70 años de operación, es el mayor comercializador privado de café y la empresa que más trilla café en el país, a través de 7 trilladoras ubicadas en Neiva (de energía solar), Popayán, Bogotá, Armenia, Pereira, Medellín y Bucaramanga y una planta de mezclas. No tienen una marca propia, ya que su finalidad es proveer a empresas nacionales como Nutresa, pues en el país permanece el 44 % de su producción que se vende a 234 clientes. El restante 66 %, se exporta a 41 países y 101 clientes internaciones desde Santa Marta, Cartagena y Buenaventura, sus principales destinos son EE. UU. un 30 %, Europa un 11 %, Japón un 5 % y Australia un 3 %.
En el año 2022, Racafe y Cia, obtuvo ventas por valor de $ 1.997.062 millones (datos de la Supersociedades), cifra que la ubica dentro de las 100 empresa más grandes del país.
Más allá del café fueron muchos los cultivos que volvió negocio
Tal vez el mayor logró de Don Rafael fue crecer alrededor de la unión familiar con sus dos hermanos con quienes incursionó en varios negocios de vocación agroindustrial. De la mano de Don Alfonso a finales del siglo pasado, Espinosa Tabaco era una de las tres empresas comercializadoras y exportadoras del tabaco negro que se cultivaba en la costa Atlántica, específicamente en los departamentos de Bolívar, Magdalena y Sucre. La expansión empresarial siguió con fincas ganaderas y plantaciones de palma africana. En ganadería, de la mano de Don Cenón se hicieron inicialmente a la finca Japón en La Dorada pero posteriormente se movieron a tierras en el departamento del Cesar donde poseen varias cabezas de ganado Cebú. Los Espinosa crecieron verticalmente mediante la comercialización de cortes de carnes a asociándose con Pedro Bernal que era dueño del antiguo matadero de cerdo Santa Mónica en los años 60. Don Alfonso, quién de los tres hermanos se dedicó a los negocios industriales lo transformó en el Frigorífico Guadalupe; allí se hicieron los primeros embutidos del país con la asesoría de un español traído al país para ese fin. Luego de exportar unos años en canal, el frigorífico se dedicó únicamente al sacrificio de bovino y porcino; provee de carnes de res y cerdo al por mayor en La Central, un centro comercial especializado en carne que colinda con el Frigorífico.
En cultivos de palma africana, Don Rafael fundó en los años 70, Palmar del Oriente en Villanueva, Casanare y Palmas de Tumaco, en Nariño. Solo esta última cuenta con cerca de 5.000 hectáreas de palma y una procesadora que produce 2.000 toneladas de aceite al mes.
Con el objetivo de refinar su producción de palma de aceite se hicieron a Refinar Ltda en Bogotá, empresa que posteriormente se convertiría en Acegrasas bajó la gerencia de más de 20 años de Eduardo Bernal, hijo de Pedro Bernal, años durante los cuales el negocio aceitero se expandió con la adquisición de Fagrave (Fábricas Unidas de Aceite y Grasas Vegetales) y Aceicosta en el Atlántico, más Aceites del Tolima - Aceitol.
La nueva generación empieza a actuar
La competencia mundial de aceite hizo que Carlos Antonio Espinosa, hijo de Cenón, revaluara la factibilidad del negocio a mediano plazo sino el manejo de mayores escalas de producción. En una de las asociaciones empresariales más destacadas del país, seis compañías que en ese momento tenían más del 46 % del mercado, constituyeron la Alianza Team en 1999. Team es una estructura de holding, donde la toma de decisiones está centralizada, las compañías participantes desaparecieron, pero permanecieron sus plantas de producción potenciadas de acuerdo con sus fortalezas.
El Grupo Espinosa, aportó la planta de Bogotá, que pertenecía a Acegrasas, donde se produce hoy todas las margarinas de mesa, cocina y panificación, productos industriales, grasas especiales, aceites cremosos y sólidos; y la planta de Fagrave en Barranquilla que se encarga de la producción de grandes presentaciones de aceites líquidos embotellados y a granel. De los otros socios, Grasas S.A. produce en Buga los aceites de soya y girasol, cuya materia prima se importa por Buenaventura; y la planta de Gravetal en Medellín quedó a cargo de los aceites embotellados.
Alianza Team es hoy una multinacional con otras dos plantas en Chile y otra en México. Líder nacional en el sector de lípidos, nutrición y panadería congelada; con exportaciones a Centroamérica, Suramérica y Estados Unidos. Team Foods Colombia, vendió en el 2022: $ 1.529.285 millones (Supersociedades).
Los Espinosa han realizado durante estos 70 años inversiones en otros negocios, algunos de los cuales se han retirado como el comercio del tabaco y la curtimbre de cueros, permanecen en construcción con la Compañía de Construcciones Andes – Coandes.
Fieles a la discreción familiar, la tercera generación compuesta por 15 hijos de los tres hermanos fundadores no son figuras conocidas públicamente. Dos hijos de Cenón, Carlos Antonio y Guillermo Alberto han estado vinculados a Racafé desde hace más de 40 años, pero sin cargos directivos. La familia ha delegado las gerencias y participación en las juntas directivas en personas independientes.