El senador John Milton Rodríguez de “Colombia Justa Libres” lanzó una súplica al Gobierno Nacional, le dice que debido a la pandemia del Coronavirus las comunidades religiosas debieron “suspender actividades con una gran afectación en materia financiera y social". Pide que los incluyan en los planes de crédito para que ellos puedan acceder.
Es una vergüenza que estos traficantes de la fe salgan a hacer este pedido cuando en verdad sus incautos seguidores los han puesto a vivir como reyes, mientras que muchos de esos seguidores pasan penurias y viven hasta como mendigos. Son verdaderas blasfemias las que expresa el senador John Milton Rodríguez, dice que ellos,, tuvieron que suspender actividades financieras y sociales que los están afectando ¡Falso! Vean no más el video en el cual el Miguel Arrázola y su esposa no han parado de pedirle dinero a sus alienados seguidores en esta crisis pandémica.
Les dicen a sus seguidores que a pesar de estar acuartelados sigan dando el diezmo y sus ofrendas; que han habilitado en su página web un instructivo para que de varias formas les den dinero; que les aclaran todas las dudas en cómo darles dinero y que están trabajando las 24 horas del día para recibir dinero… ¡Por favor! Si es que ellos no paran de ganar dinero, son verdaderas fábricas de hacerlo y el mismo Estado, con el Concordato de por medio, les permite traficar con la fe, pues está establecido que “el Estado reconoce el derecho de la Iglesia a recabar libremente de los fieles contribuciones y ofrendas para el culto divino, la sustentación de sus ministros y otros fines propios de su misión”. Ahí está clarito, que el Estado les permite llenarse de dinero y sin pagar impuestos. ¡Más claro no canta un gallo! Como el gallo que cantó en la negación de Pedro.
Si tuvieran un poco de vergüenza y si en verdad creyeran en Dios y en Jesucristo, estos traficantes de la fe deberían abrir sus iglesias, sus propiedades y mansiones para que fueran albergue de los enfermos por el Coronavirus; deberían vender varias de sus costosas propiedades, sacar sus fortunas escondidas hasta en paraísos fiscales y mantenerles el sueldo a quienes trabajan para ellos y darles de comer, al menos, a sus seguidores… plata les sobra. La plata que den rápidamente la va a conseguir, pues no cesarán en seguir siendo verdaderas fábricas de hacer dinero y sus alienados fieles fuente de sus recursos, pues como el mismo seudopastor Arrázola dice: “Vacíen los bolsillos que Dios te los llena”.
Creo que Dios no necesita dinero para vivir en nosotros, lo que lo hace vivir es la fe que se tenga en él; es la fe y no el dinero lo que lo mueve. Otra cosa son los intermediarios que se han metido entre Dios y el hombre para enriquecerse sin piedad y sin pudor. Es que hasta en tiempos de crisis y penurias estos lobos no descansan, pues bien lo decía uno de los doce apóstoles: “Guardaos de los falsos profetas que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces”.
