Hubo una época en la que Luis Eduardo Gutiérrez, el papá de Carlos Alberto sobrevolaba en helicóptero privado las más de 5.000 hectáreas de papá que lo habían convertido en el papero mayor de Colombia y reconocido por fuera del país. Su negocio lo manejaba desde Zipaquirá donde ya Gustavo Petro era personaje en la vida local y terminaron sentados en el recinto del concejo de la ciudad. Eran los años 90 y recién Petro se iniciaba en la política legal tras la desmovilización del M-19, la guerrilla en la que militaba. Audaz como siempre le propuso una idea al rico papero: ayudar a las familias pobres de la región con los excedentes de sus grandes cultivos. Desde entonces entablaron una amistad con él y con la familia Gutiérrez que desde entonces ha estado presente en su vida.
Viajó acompañado de su hijo mayor Carlos Alberto a asistir a la boda de su amigo Gustavo Petro con Verónica Alcocer en Sincelejo en 2001. Y fue en la fiesta de celebración donde se dio el encuentro que terminaría en matrimonio entre Carlos Alberto y Maria Teresa Alcocer, la hermana de Verónica. La relación familiar quedó sellada.
En el matrimonio de Gustavo Petro y Veronica Alcocer se conocieron Carlos Alberto Gutiérrez y Maria Teresa Alcocer
Gutierrez Robayo quería abrirse camino en el campo pero no como agricultor, asi que estudio zootecnia en el país y luego realizó una especialización en Estados Unidos . De regreso al país fundó la empresa que preside CGR Biotecnologia Reproductiva. Su contacto con la política lo ha llevado a tener siempre en mente al estado como contratista y en el 2009 firmó el primer contrato con el entonces gobernador de Cundinamarca Andrés Gonzalez, para proveer de insumos veterinarios al departamento. Ya en el 2014, su empresa de biotecnología le daba utilidades por $ 6.000 millones anuales. Su ambición por el dinero nunca la ha disimulado y según la revista Dinero, ésta lo llevó a terminar enredado en la telaraña de los Nule, ya que hizo inversiones por $ 5.800 millones en las mesas de negocios creados por los hermanos sucreños.
Y siguieron las relaciones de negocios con personajes oscuros. Conoció al empresario barranquillero Alex Saab y no dudó en ver en el una oportunidad de negocio. Su relación con Saab le permitió obtener grandes contratos con el gobierno de Nicolás Maduro. Según fuentes de la agencia Reuters, Gutierrez Robayo sería uno de los directivos de Trenaco, una empresa que, gracias a la intervención de Saab, quien embrujaba con su verbo al presidente venezolano, se quedó con el contrato más apetecido de PDVSA, por un monto de USD 4.500 millones. Trenaco fue una empresa que se fundó en el misterio más absoluto. Estuvo registrada en Colombia y Suiza y después de su aparición en el 2015 y quedarse con el contrato, desapareció súbitamente. Lograron el contrato gracias a la intervención de Saab.
Fue tan exitoso el cruce con Saab que le puso a su toro favorito, uno de los que pastaba en la hacienda Quetzali, donde funcionaba la empresa Wagyu Pime, en Tabio Cundinamarca, Don Alex, el semental de raza Wagyu, fue uno de los cuatro que Gutiérrez Robayo mandó junto a Samurái, Shori, Kioto a Texas para mejorar la raza a un centro especializado en Texas. Un solo kilo de carne de esta raza puede costar 300 euros y una vaca de esta raza llega a los 50 millones de pesos.
Un vistazo a la carne más suave del mundo
Y como los enredos no faltan en las movidas empresariales de Gutierrez Robayo, su compañía Frontera Vacana terminó vinculada a, la exportadora de ganado implicada en el transporte de 400 kilos de cocaína a Europa, tal y como informó en la columna de Cambio Vacas Sagradas, la periodista Paola Herrera. Los asiduos a esta carne afirman que se derrite en la boca como si fuera mantequilla. Wagyu es una raza originaria del Japón. Su nombre en japonés es un compuesto: Wa, significa armonía y Gyu vaca. La raza tiene cuatro variedades, , cuernicorta, marrón, mocha y negra o Tajima. Cada una de ellas tiene un sabor y un olor diferente.
Las razones del elevadísimo precio de estos cortes radica en que la crianza de estas vacas en Japón todavía es muy artesanal y que en Japón sólo se exportan al año cerca de 3.000 kilos. La única empresa que la exporta en el país es Wagyu Prime y uno de sus dueños es Gutierrez Robayo.
Además de estar señalado por su cercanía con Alex Saab, el zipaquireño ha estado mencionado al lado de Fernando Sanclemente, el controvertido embajador de Colombia en Uruguay en cuya finca encontraron un laboratorio en cocaína. A Sanclemente Gutierrez lo conoció porque el exdiplomático estuvo casado con Diana Alcocer, prima de su hermana. Su hermano, Luis Eduardo, administrado de empresas graduado de la Universidad de Los Andes, estuvo relacionado en el escándalo de DMG, incluso fue socio de David Murcia Guzman.
En una entrevista para revista dinero el cerebro de la pirámide dijo sobre Gutierrez Robayo: “me buscó para conocerme...salimos unas cuantas veces con su esposa, con sus hijos y con mi esposa. Creí que había una relación de amistad. Pero cuando pasó todo esto, me di cuenta que él estaba utilizando esa fachada de amistad, que era solamente para hacer negocios. Para lucrarse. Y su socio”. Uno de los negocios era Platinum renting ltda, una agencia de transporte de carros blindados.
La relación con Alex Saab se consolidó cuando el barranquillero ubicó los millones del de Zipaquirá en un banco en Suiza. En el año 2009 se registraron 26 transacciones entre ambos por $ 30.299 millones de pesos.
Gustavo Petro nunca no ha mencionado a sus concuñado problemático y Verónica Alcócer busca mantener su familia directa en privado.
Sin embargo un trino del aliado cercano de otros tiempos, el exconcejal Carlos Vicente De Roux, quien documentó el carrusel de la contratación de Bogotá, la denuncia que catapultó a Gustavo Petro, insinúa sin duda que por con la familia política del Presidente Petro hay mucha tela que cortar.
Fíjense lo que son las cosas. Petro papá nunca habría denunciado a sus cuñados, pero sí denunció a Petro hijo. A este pobre le faltó la protección de Verónica.
— Carlos V. de Roux (@CVderoux) March 4, 2023
