El uribismo, es tal vez el movimiento político más poderoso que ha existido en nuestro país, representado por un caudillo que impuso dos presidentes (el único que lo ha logrado en toda la historia de Colombia). Un movimiento que terminó con la hegemonía de los dos partidos que se habían repartido el poder y marcaron la historia de nuestra patria.
Álvaro Uribe Vélez se vendió como la salvación para Colombia en el año 2002, un tipo inteligente que prometía acabar con las guerrillas subversivas y traer la paz a Colombia; un gran discurso que lo llevó a ocupar el cargo más importante del país el 7 de agosto de 2002. En principio daba la impresión de ser un campesino de ojos dulces, rostro de cura compasivo, inteligente, gran orador y una humildad que lo hizo ganarse el corazón de la mayoría de los colombianos que decidieron darle su voto de confianza para llevar el país por un buen camino. Un dirigente que tuvo un primer mandato con muy buenos resultados en materia de lucha contra las FARC, que estaban en su mejor momento. Este antioqueño era muy querido por la prensa colombiana que lo retrataba como el padre con mano dura que necesitaba el país para tomar un buen rumbo.
Los resultados del expresidente parecían muy buenos para ser realidad, hasta que surgieron las investigaciones contra el pasado de este personaje; periodistas independientes que arriesgaban su vida para investigar el pasado oscuro del dirigente que era intocable para el momento. Cuando comenzaron a aparecer las pruebas, la mayoría de los colombianos se negaban a creer que su líder amado tenía presuntos nexos con paramilitares. Las pruebas siguieron llegando, los escándalos se destaparon: la modificación de la constitución para aspirar a un segundo mandato, su relección, los jóvenes inocentes que hicieron pasar por guerrilleros para presentarlos como bajas y decir que estábamos ganando la guerra contra las FARC, las licencias que otorgó cuando fue director de la aeronáutica civil, la masacre del aro, los 12 apóstoles y un largo etcétera.
Pasaron los años y la polémica siguió creciendo; a pesar de esto, Uribe muestra su gran influencia y poder al crear el partido centro democrático, partido de ultraderecha que goza de una gran aceptación hoy. Con el auge de las redes sociales aumentan las criticas al "presidente eterno"; mientras los medios de comunicación se esforzaban por limpiar su imagen. El presidente con más funcionarios presos e investigados en la historia de Colombia, el único presidente que no abandonó la política después de dejar su cargo como primer mandatario, el único presidente que ha impuesto dos mandatarios en la casa de Nariño, el único presidente que modificó la ley para poderse reelegir y el único presidente que, a pesar todos los documentos en su contra, sigue siendo el político más poderoso del país.
Un gran estratega que fundó un movimiento tan poderoso que se comió a sí mismo. Un movimiento político que está en decadencia gracias a dos grandes circunstancias: la pésima elección de Iván Duque como presidente, un hijo de la vida fácil que nunca tuvo idea de cómo gobernar y la creciente popularidad de Gustavo Petro, un estadista brillante que goza de gran popularidad en los sectores que ya están cansados de la ultraderecha que les arrebató sus derechos. ¡Uribe ya no vuelve a poner presidente, el uribismo está en decadencia!