Yorbis fue de los pocos que nunca quiso irse de La Elvira, donde estaba ubicada la antigua zona veredal y ex ETCR "Carlos Patiño" que alguna vez alcanzó a albergar 200 familias de excombatientes en el primer año de implementación de los acuerdos. Dicho espacio, ubicado en las extrañas de la misteriosa región del Naya, alcanzó a convertirse en un lugar turístico que recibió personas de todo el mundo, ansiosas por conocer de cerca y de primera mano cómo era la vida en las filas de las FARC, combatiendo en las selvas colombianas.
Entrada a la antigua zona veredal que después sería el ETCR "La Elvira" en donde cientos de guerrilleros de las FARC hicieron la dejación de armas y entraron a la vida civil. Foto: Archivo
Conocido como “Macancan” o Anderson Guerrero, a Yorbis Valencia Carabalí lo recuerdan por su sonrisa. Era alegre y recochero pero sobre todo comprometido. Hacía parte de un proyecto eco-productivo denominado Cooperativa Ecomún La Esperanza “Cecoespe”, pero este no era el único espacio del que participaba en el marco del postconflicto.
Oriundo de Buenos Aires, Cauca, mismo municipio donde está ubicado La Elvira, decidió mudarse al casco urbano cuando las amenazas ya se volvieron insoportables. Hace menos de un mes, una alerta temprana gestionada por la Defensoría del Pueblo para dicha zona específicamente, la 019/20, denunciaba y alertaba sobre la expansión territorial y control por parte de distintos grupos armados (AGC, Águilas Negras (Panfletos) y la Columna Jaime Martínez del CCO.
En la Elvira se respiraba aire fresco cuando todavía no habían llegado las amenazas. El débil proceso de implementación, el fortalecimiento de las disidencias en dicha región, la inseguridad y los asesinatos empezaron a dejar este lugar desierto. Poco a poco, los excombatientes abandonaron el lugar, muchos de ellos con las familias que formaron en los contados meses tranquilos que pudieron disfrutar cuando le apostaron al proceso de paz en el 2016. Hoy, sin Yorbin, La Elvira se siente más sola y temerosa que nunca.
A Yorbis se le recuerda bailando de la alegría en los momentos de reencuentro con sus familiares después de haber pertenecido a las FARC más de 15 años. Foto: Archivo
Desde la firma del Acuerdo de Paz en 2016, son 279 los excombatientes firmantes del Acuerdo de Paz que han sido asesinados. A este tipo de crímenes se suman los homicidios en contra de líderes y lideresas sociales, que ya suman 102 personas asesinadas y las 57 masacres que enlutan al país y dejan un saldo de más de 200 personas asesinadas.
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