Los mejores años para Alejandro Lyons cuando llegó a ser una de las figuras en ascenso del Uribismo y a amasar millones con los contratos que pasaron por sus manos como gobernador de Córdoba con apenas 30 años ya habían pasado. El 2017 ya era otra cosa. La justicia lo apretaba con su guante de acero. Los socios políticos como Musa Besaile y su cuñado Bernardo el Ñoño Elías estaban también con la justicia encima, todos sindicados de corrupción, coimas con muchos y de muchos ceros.
De sus cuatro años de mandato entre el 2012 y el 2016 quedó una estela de escándalos. La Fiscalía lo señaló, por ejemplo, de desviar $ 60 mil millones de pesos de regalías del Fondo de Innovación Ciencia y Tecnología a IPS cuyos dueños eran conocidos suyos, entre los que se contaban los hoy condenados Musa Besaile y Ñoño Elías. Se le abrieron más de 20 procesos judiciales que sumaban un desfalco a las arcas de su departamento de más de $ 150 mil millones. Su respuesta a las acusaciones fue rápida: huir a Miami.
Completa más de cinco años como prófugo de la justicia colombiana de la que se ha defendido convirtiéndose en un delator de sus propios cómplices. Empezó por entregar a la justicia norteamericana al ex fiscal anticorrupción Gustavo Moreno y con sus delaciones ayudó a desenmarañar el conocido Cartel de la Toga, aunque aún cargue sobre sus espaldas y por el cual deberá responder del Cartel de la hemofilia, una de las grandes corrupciones durante su gobernación.
Logró una visa especial como testigo para permanecer sin dificultades es Miami, pero esta ya se le venció. En tres oportunidades la Corte Suprema de Justicia le pidió vía Zoom, asistir a tres audiencias desde el 2020 hasta la fecha y en todas ha sacado excusas de salud para no presentarse. Desde hace dos años se ha intentado infructuosamente que sea extradita a Colombia, su defensa ha sabido jugar las cartas para dilatar el proceso. Durante años su abogado fue Darío Pasani Montoya, pero renunció y está esperando que sea designado un defensor de oficio.
Las malas noticias le han ido llegando en racha desde Colombia: en agosto le notificaron que la Procuraduría lo había inhabilitado por 10 años por omitir el control y la vigilancia de la actividad contractual delegada y que generó el pago por $7.886.574.000 sin la celebración de acuerdos de voluntades con diferentes Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud (IPS) por un paquete integral de neurorrehabilitación.
Y para rematar se revivió el caso del asesinato del ex jefe de regalías del departamento Jairo Zapa sucedido en 2014, cuando era gobernador de Córdoba. Lyons ha sido protagonista en la investigación en la Fiscalía. La defensa de Zapa, encabezada por el abogado Jaime Granados, busca que al exgobernador se le impute por este crimen.
A finales de la semana pasada el Juzgado Primero Penal del Circuito de Montería condenó a 42 años de cárcel al ex contratista de la gobernación de Montería, Jesús Henao Sarmiento y a Zuan Naiduth López Acevedo, por la desaparición y asesinato de Zapa, una condena que le respira en la nunca a Lyons quien ya no vive tan tranquilamente en Miami como tampoco sus socios del pasado que permanecen en Córdoba acorralados por la justicia.
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¿Quién era Jairo Zapa y por qué lo mataron?
El cuerpo de Jairo fue hallado el 6 de agosto de ese mismo año con señales de estrangulamiento en zona rural del Pueblo Nuevo muy cerca de una de las fincas del papá del entonces gobernador Alejandro Lyons.
Zapa empezó a trabajar para la gobernación en el año 2012, primero como asesor y luego por su intachable hoja de vida fue escogido como director de regalías del departamento de Córdoba, uno de los más beneficiados del país con un presupuesto de 120 mil millones de pesos.
Después de completar un año en el cargo, Jairo Alberto Zapa llevó a Córdoba a ser uno de los departamentos con más proyectos aprobados en el país. En la oficina se sentía un ambiente de mucha confianza y sobretodo solidaridad, pues le ayudaban a todo el que fuera a pedir ayuda. A Jairo no había quien le refutara algo en los proyectos que formulaba y si por alguna razón no le aprobaban alguno, hacía las correcciones que fueran necesarias y volvía a sustentarlo hasta lograr la aprobación.
Pero lo que más lo emocionaba de su trabajo era lo que estaba por venir, Jairo estaba lleno de expectativas, soñaba con ayudar a Córdoba que junto a Chocó son los departamentos con mayor índice de pobreza según el Departamento Nacional de Planeación. Pero súbitamente su ánimo empezó a cambiar. Él, siempre comunicativo con su esposa, empezó a nublarse, a estar nervioso, cada vez más reservado. No volvió a dormir. Estaba frustrado porque su formación de técnico avezado empezaba a chocar con el manejo irregular que un personaje como Lyons le daba a los recursos públicos.
Jairo tenía cuatro hijos, no podía renunciar tan fácilmente a pesar de que era evidente que estaban desviando los recursos del proyecto de Telemedicina a los negocios privados del cuñado del gobernador, Bernardo el Ñoño Elías.
El 27 de marzo del 2014 Jairo Zapa desapareció. Su esposa María Isabel Valencia no hizo otra cosa que encomendarse a Dios en grupos de oración y averiguar por su paradero. Pasaban los días y la zozobra creció aún más cuando se presentó
Ella empezó a sospechar que lo peor había pasado cuando se presentó a su casa el entonces contratista de la gobernación Jesús Henao y le ofreció $ 2.000 millones de pesos por los archivos digitales que guardaba su esposo y que contenían una información que podrían ser demoledora contra él y otros cuantos que medraban la administración de Lyons.
Con buen instinto María Isabel hizo lo contrario: juntó los papeles que su esposo mantenía en la casa y los guardó organizadamente. En estos pueden estar las claves para terminar de desenredar la madeja del caso.
A Jairo Zapa lo encontraron muerte cuatro meses después. María Isabel aportó la información que tenía y en los primeros días de mayo del 2014 hizo una ampliación de su declaración y entregó toda evidencia posible. Veinte días después fue amenazada. Entraba a la misa en la iglesia de Las Clarisas, cuando un sicario se acercó para matarla, pero falló. Fue entonces cuando tomó la decisión de abandonar Montería.
El abogado Jaime Granados asumió su defensa en representación de la mamá y la hermana de Jairo Zapa y diez años después está decidido a llegar hasta los responsables de su asesinato. La condena a 40 años de cárcel a Jesús Henao es un indicio de que la investigación está bien enrutada. Todos los caminos conducen al entonces gobernador Alejandro Lyons. Sus tranquilos días en Miami forman ya parte del pasado.