Felipe Bayón, el presidente de Ecopetrol, le ha apostado al fraccionamiento hidráulico o fracking tanto en Estados Unidos como dentro del país, con dos proyectos pilotos de Ecopetrol y Exxon Mobil en la zona de Puerto Wilches en el Magdalena Medio. La llegada del gobierno de Gustavo Petro significa un cambio radical y el ‘no al fracking’ es una propuesta de campaña que se materializará en ley en este año.
Así las cosas, se quedarían en el aire el pozo Kale, con licencia ambiental, cuya inversión está entre USD 76 y 100 millones. Y el pozo Platero que estaba planeado para el 2023 y aun no tiene el permiso ambiental. Bayón, a la cabeza de Ecopetrol, había logrado una primera victoria con la decisión del Tribunal Administrativo de Santander que revocó en segunda instancia la tutela con la que se había intentado frenar y permitió continuar el proyecto sin necesidad de consulta previa con las comunidades puesto que durante la elaboración de los Estudios de Impacto Ambiental no se identificó presencia o afectación a ninguna comunidad étnica.
Ecopetrol logró establecer que la Corporación Afroamericana de Puerto Wilches - Afrowilches, quien puso la acción de tutela para suspender los pilotos, es una empresa comercial que no puede equipararse a un Consejo Comunitario.
El ingeniero bogotano, Felipe Bayón, es presidente de Ecopetrol desde 2017
Felipe Bayón vivía en el exterior cuando fue reclutado por una firma cazatalentos para presidir la empresa más grande de Colombia. Para entonces tenía dos décadas de experiencia y venía de trabajar con la multinacional BP (Bristish Petroleum). En 2017, siendo vicepresidente ejecutivo de Ecopetrol, fue elegido para suceder al exministro Juan Carlos Echeverri como presidente de la estatal petrolera, la más grande del país en el sector y una de las cuatro más grandes de Latinoamérica.
Bayón nunca ha ocultado su apuesta a intentar aumentar las exploraciones de Ecopetrol para aumentar las reservas a futuro, incluido el fracking como una de los métodos para incrementar la producción del crudo. En este momento en el país se tienen otros siete contratos vigentes para la exploración y explotación de gas y petróleo en yacimientos no convencionales, a través de la técnica de fracking. Contratos cuyas reglamentaciones técnicas expedidas por el Ministerio de Minas y Energía fueron dejadas en firme mediante fallo del Consejo de Estado, y que reposan en la Agencia Nacional de Hidrocarburos.
Tres empresas extrajeras, Drummond Energy, ConocoPhilips Colombia Ventures y Parex Resources, todas con filial en Colombia, poseen estos contratos que se encuentran suspendidos, pero a los cuales están asociadas unas inversiones de USD 517 millones.
La Drummond es la empresa con mayor número de contratos vigentes para realizar fracking, tres, ubicados en la zona de Ranchería, Cesar; un proyecto que llegó a la etapa de evaluación y se encuentra suspendido. ConocoPhillips posee dos contratos en la Valle del Magdalena Medio que quedaron suspendidos en su etapa de exploración. Y Parex, cuenta con un proyecto también suspendido en la zona del Valle del Magdalena Medio.
José Miguel Linares, presidente de Drummond Colombia
La operación mediante fracking que Ecopetrol tiene en Estados Unidos ha sido exitosa y rentable, al punto que solo el año pasado le generó cerca de $ 400.000 millones en utilidades a la empresa y al país. En agosto de 2019, Ecopetrol realizó una alianza estratégica con Occidental – Oxy para desarrollar cerca de 97 mil acres de yacimientos no convencionales en la cuenca de Perman, en el estado de Texas, se han perforado en conjunto 135 pozos que cada día producen unos 61.000 barriles de petróleo equivalente. Al parecer estas explotaciones por fuera de territorio colombiano no se van a suspender.
La movida del gobierno Duque, liderada por el propio presidente de la junta directiva de Ecopetrol, Luis Guillermo Echeverri (para asegurar la permanencia de sus miembros por un período mayor a los cuatro años del gobierno), fue de muy mal recibo por el gobierno entrante que ya tiene cartas bajo la manga para lograr cambiar la composición actual de la junta de Ecopetrol que empieza por retomar, vía Asamblea Extraordinaria, los estatutos que han regido la petrolera y que fueron modificados para permitirle a la actual junta directiva atornillarse otros cuatro años, en este caso durante todo el gobierno Petro.
Este es un punto que tampoco favorece a Felipe Bayón, quien ha trabajado mancomunadamente con Echeverri en los planes estratégicos, incluido el fracking, algo inadmisible para el gobierno entrante, así como el que la empresa más grande de Colombia y cuyas utilidades garantizan la mayor inversión social del gobierno, termine regida por una junta que está en abierta contravía a la agenda de un presidente que gobernará con respaldo popular y legislativo desde el próximo 7 de agosto.
