Una vez se conoció la noticia de la separación de James Rodríguez con Daniela Ospina, la gente en redes sociales se volcó contra ella. Su nombre de inmediato se hizo tendencia en twitter donde la mayoría de chistes se referían al hecho de que su separación de bienes se volvió el mejor gol de la temporada en Europa. Sin embargo, los tuiteros olvidan que Daniela Ospina no la tuvo fácil como esposa del futbolista, especialmente después del mundial de Brasil 2014, cuando este pasó de ser una joven promesa a convertirse en un astro y aterrizar directo en el Real Madrid.
De entrada, en el evento de bienvenida cuando James fue presentado como el nuevo fichaje del equipo merengue, soportó burlas e insultos de los españoles. Llegaron a decir que la mujer de James parecía más un escolta. De inmediato fue comparada con las parejas de otros jugadores del Real Madrid como Irina Shayk o Sara Carbonero. Daniela respondió a las críticas con una publicación en su Instagram dejando claro que no estaba interesada en gustarle a todo el mundo. Sin embargo, desde ese mismo año empezó su transformación. Hubo cambios muy evidentes en su estilismo, vestuario, peinado. Mucho se habló de múltiples cirugías. Ella solo acepta haberse operado la nariz.
Desde que James llegó al Real Madrid, los rumores de infidelidad tampoco se hicieron esperar. En más de una ocasión Daniela debió soportar que más de una admiradora se tomara fotos pasadas de tono con su marido. En alguna ocasión llegaron a relacionarlo con Laura Acuña. Sin embargo, el rumor más fuerte fue la supuesta infidelidad que James habría tenido con la modelo caleña Andrea Escobar. El chisme se regó como pan caliente por medios españoles y colombianos luego de que supuestamente la habían visto con James en una discoteca de Madrid. La propia Andrea salió a negarlo todo y a decir que estaba muy feliz con su pareja, un futbolista estadounidense que conoció en Malibú.
Un romance entre James y Andrea Escobar, fue uno de los rumores más fuertes que tuvieron eco en medios de comunicación
Los rumores de la separación de la pareja fueron constantes, especialmente durante los últimos dos años después de que ella participó en Bailando con las estrellas, un reality show de RCN. Mucha gente se extrañó de que Daniela no mencionara a su esposo en ningún momento del programa. Siempre que los presentadores le preguntaban por el tema sentimental ella desviaba las conversaciones para no mencionar a James. Era evidente que evitaba pronunciar su nombre. Después se descubrió que era porque “James Rodríguez” es una marca registrada que pertenece al equipo merengue, y decir su nombre en un programa de tv implicaba publicidad que iba en contra del contrato que firmó, donde básicamente le entregó su vida al Real Madrid.
El mayor desplante que Daniela debió sortear fue transmitido en vivo y en directo. Durante una entrevista el pasado mes de febrero Vicky Dávila le pidió que llamara a James para ver si le contestaba. El celular sonó en vano, y pese a que por la diferencia de horario James ya estaría en casa descansando temprano por la noche, tampoco devolvió la llamada. La periodista le preguntó si en algún momento habían pensado en separarse y con su tibia respuesta lo dijo todo: “Ahí vamos”.
James y Daniela en sus últimas vacaciones
Con la separación, Daniela finalmente podrá dar entrevistas sin tener que responder preguntas como “¿Qué le cocinas a James? ¿Cómo manejas a las admiradoras de James? ¿James te ha sido infiel? ¿Te ves con las esposas de otros jugadores?”. Ahora dejará de ser la esposa del astro y tratará de brillar por sí sola enfocándose en su faceta como empresaria y desarrollando su propia marca.
