Los desaparecidos por el Gaula del Casanare: otro horror que investiga la JEP

Los desaparecidos por el Gaula del Casanare: otro horror que investiga la JEP

El mayor (r) Gustavo Soto relató cómo su unidad reclutó y desapareció a más de 70 personas en la ola de falsos positivos, como los de Dabeiba, cuando Mario Montoya el comandante del Ejército

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diciembre 16, 2019
Los desaparecidos por el Gaula del Casanare: otro horror que investiga la JEP
Foto: Foto: Gustavo Torrijos/El Espectador

María Teresa Vanegas presintió en la noche del 19 de febrero de 2007 que algo había ocurrido con Jorge Alberto García Vanegas, su hijo de apenas 17 años de edad. Lo habían visto por las calles de Villavicencio junto al oficial retirado Wilson Rodríguez Mimisica, a las 5 pm del día anterior. Finalmente lo encontraron como un N.N. en la morgue del municipio de Monterrey, Casanare. También allí estaba el cadáver de su amigo Jorge Andrés Barrera Falla.

Un informe de la misión táctica antiextorsión No. 15 “Fugaz” del Gaula los señaló como colaboradores de las Águilas Negras, que en el 2007 empezaban a consolidar las rutas del narcotráfico en Casanare. Según la versión que llegó a la fiscal 60 de la Unidad de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, Luz Margaret Salguero, los dos jóvenes habían atacado a los uniformados al momento de haber sido identificados como delincuentes de las Aguilas Negras.

La verdad era otra, tal como lo  descubrió en su investigación la Fiscal 60.

El oficial retirado Wilson Rodríguez Mimisica estaba contratado para reclutar muchachos ofreciéndoles trabajo como había hecho con Jorge Alberto Garcia  y Jorge Andrés Barrera en Villavicencio y por la que recibió $ 500 mil.  Ya engañados, terminaban en manos de miembros de la unidad militar del Gaula al mando del mayor (r) Gustavo Soto Bracamonte, en la Décimo Sexta Brigada del Ejército en Casanare. Eran asesinados para luego ser reportados como muertos en combate. Se cree que al menos 70 personas corrieron con esta mala suerte.

El mayor se presentó ante la JEP y a la Comisión de la Verdad después de estar condenado a 30 años y 7 meses de cárcel por el juez Iván de Jesús Dueñas, con base a la acusación de la Fiscal Luz Margarte Salguero por el asesinato de Jorge Alberto García Vanegas y Jorge Andrés Barrera Falla. Tiene además otra condena de 24 años por el asesinato del campesino César Augusto Concha Nieva, razón busca disminuir su condena aportando información.

En su declaración ante la JEP, el mayor Soto Bracamonte reconoció la práctica irregular y criminal que realizaba la unidad bajo su mando:  “Cuando se daba un muerto, se desaparecían los documentos ¿Para qué? porque el personal más antiguo, los soldados, decían que para que fuera más difícil identificarlo. Permití que eso se realizara de esa manera porque después los registraban como NN”.

El mayor (r) Gustavo Soto Bracamonte había llegado a las llanuras del Casanare en junio de 2006, después de haber pasado 15 años entre los batallones de ingenieros de los departamentos de Antioquia, Caquetá, Bucaramanga y Bogotá. Era el primer cargo de mando desde que dejó en 1991 a su natal Planeta Rica, en Córdoba  para estudiar en la Escuela Militar de Cadetes José María Córdova. Con la dirección del Gaula en el Casanare comenzaba su carrera de oficial.

A los dos meses de haberse instalado en el batallón de la Brigada XVI, bajo el mando del general Henry Torres Escalante –preso también por falsos positivos-, fue citado junto a otros comandantes por el Comandante del ejercito general Mario Montoya (2006-2008) para presentar resultados operativos de sus unidades. En 60 días tenía documentadas 14 bajas, sumadas a las 10 que le había entregado su antecesor.

La presión por resultados del general Mario Montoya llevó a que en cada batallón se instalara un  tablero de acrílico para registrar las  bajas con la cual buscaba poner a competir las distintas brigadas del Ejército. Soto Bracamonte comprendió entonces que su tarea no sería la de combatir los cerca de 56 secuestros que se daban casi al año en el Casanare sino presentar cadáveres.

“En el año 2007 firmé un acta de compromiso en el que debía dar no recuerdo bien si 20 o 25 muertos. Allá no dijeron usted tiene que darme capturas, no, 100 muertos. Con eso era más que claro que lo que me estaban exigiendo era muertos. Ya cuando la brigada lleva 98, 99 muertos, el comandante de la división dijo ‘coronel Torres, ya la cuota no son 100 sino 130 muertos, oyó’”, relató Soto Bracamonte en la JEP. El junto a doce de sus soldados han asumido la responsabilidad de al menos 70 desaparecidos entre los años 2006 y 2007 .

Aunque el relato y declaraciones del mayor Soto apuntan a sus superiores: el general Henry Torres Escalante, comandante del a Décimo Sexta Brigada del Ejército, y el Comandante general Mario Montoya, ambos condenados y detenidos por Falsos Positivos, estos no han reconocido su responsabilidad con los muertos inocentes del Gaula el Casanare.

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