Desde el 11 de marzo, aproximadamente a las 8:00 p.m., se conocieron a los que alcanzaron las mayorías en términos electorales dentro de la contienda legislativa. Las curules por circunscripción especial de negritudes no podían ser la excepción. La Registraduría dio como ganadores a los hoy honorables representantes a la Cámara Hernán Banguero Andrade y Jhon Arley Murillo Benítez, después de que estas curules pasaran por la penosa historia de ser usurpadas por dos personas que no eran negras, ni tenían ascendencia o descendencia de orígenes negros, o simplemente no estaban cobijadas por la Ley 70/93, para no entrar en molestos detalles.
A partir de esta fecha y su posterior posesión el día 20 de julio de 2018, los honorables representantes contra viento y marean deben de demostrar cuál será su grado de honorabilidad para representar a una población tan marcada y golpeada por el olvido de una hegemonía de poder de carácter andina, en términos del contexto nacional, en donde se ha privilegiado al modelo tan centralizado y se ha escupido a la cara a los demás territorios del país, en especial a quienes habitan la periferia. Hago referencia a la región del Pacífico, un territorio que se podría catalogar como un Estado fallido, carente de institucionalidad. Sin embargo, cuando digo institucionalidad no solo me refiero a lo que se interpreta desde una cómoda silla y escritorio de Bogotá, en donde la solución de fondo es enviar fuerzas represivas y armadas a controlar el cultivo ilícito y mortífero de la coca, en donde “regalan” insignificantes ayudas para crear una mentalidad de pobreza y miseria a los pobladores, y en donde se sigue manteniendo el modelo colonial de enviar tecnócratas ajenos a las realidades del territorio a administrar, manejar y hasta orientar cómo deben de vivir y comportarse las personas, y que con paños de agua tibia vienen y se van, quedando el círculo repetitivo de las problemáticas —que muchas veces crecen y se extienden de forma exponencial—.
Pues bien, la gran cuestión es: ¿cómo harán dos simples individuos para llegar a tener eco dentro de un escenario donde 264 personas persiguen diferentes intereses? Es que el otro escenario no leído pero sí evidenciado es que pese a ser los negros conscientemente avisados y sentidos de que somos menospreciados, discriminados y desatendidos por las políticas públicas emitidas por los gobiernos entrantes y salientes del orden nacional no hemos sido capaces de dar voces de unidad y jalonarnos con unanimidad por intereses comunes y en bloque. Estas son cosas que saben perfectamente los gobernantes, que nos entretienen con simplezas, creando el escenario perfecto para mantenernos en enemistad por las migajas o residuos de representatividad negra, por la cual se pelean cientos de negros, inclusive en tonos amenazantes.
Cada vez se siente en la atmósfera una especie de desesperanza y opciones nulas para los negros dentro del poder real. Cada vez y a manera general es reducido el espacio para formarse mediante la única herramienta de transformación real como lo es la educación. Cada vez es más estrecha la oportunidad para que se labore en las áreas de desempeño correlacionado y en pertinencia con lo que un profesional negro estudió. Cada vez peligran más los espacios y territorios ocupados ancestralmente por los negros en el país. Por todos estos motivos los desafíos que poseen los honorables negros representantes a la Cámara por circunscripción especial (Hernán Banguero Andrade y Jhon Arley Murillo Benítez) son inmensos. En consecuencia, se hace necesario que pese a los diversos intereses y pensamientos su actuación sea conjunta, para poder así ejercer presión a este nuevo gobierno nacional, que seguramente querrá pensar el desarrollo de los negros sin consultar a los negros, tomar sesiones sobre el destino del Pacífico sin consultar a los negros, y así por el estilo.