Desde el inicio de su existencia, la humanidad ha peleado por sus derechos. Luchas por los territorios, el agua, hasta la defensa de la vida misma han sido desde siempre los motivos de estas. Los dos actores fundamentales han sido el opresor y las víctimas. La víctima siempre ha sido la misma y sus objetivos de lucha han sido similares: fin de la de la esclavitud, paz, defensa del medio ambiente, educación, etc. Por otro lado, el opresor, aunque ha variado su presentación, siempre persigue lo que la víctima tiene o no le quiere entregar lo que le corresponde.
Desde empresarios, terratenientes, pasando por guerrillas y paramilitares, las fuerzas militares y otras autoridades del Estado han sido condenados. Políticos, fiscales y jueces están presos por manipular las leyes, incluso representantes de gobiernos, por favorecer sus intereses, el de sus representados o jefes políticos.
¿Tiene idea usted de cuántos muertos hubo antes que se aboliera la esclavitud y se escribiera como derecho fundamental ser libre? ¿Tiene idea cuántos miles de muertos más para que se escribiera el derecho a la salud? ¿Tiene idea de cuántos millones de presos debieron haber, para que se convirtiera en derecho elegir y ser elegido? ¿Tiene idea que debió pasar para que se escribiera el derecho a la educación? ¿Tiene idea para que se escribieran las constituciones?
Las respuestas a todas estas preguntas solo se consiguen cuando se estudian los hechos históricos que los han precedido. Lo que sí se sabe claramente, sin hacer muchos estudios, es que en todos existieron ríos de sangre, balas, sudor y la muerte de caudillos, que han estado siempre presentes después de las tantas y tan arduas luchas de la humanidad por conquistar beneficios constitucionales y vivir en confraternidad.
La no garantía de los derechos es un retroceso histórico que no perdona la sociedad. Los derechos y la constitución existen para cumplirse, no para someterlos a la demagogia de un gobierno que insiste en colocar el dinero sobre su cumplimiento. Actualmente, el presidente Duque haciendo gala de la demagogia institucional insiste en que es imposible cumplir los derechos establecidos en la constitución, ya dice que no hay dinero para garantizar el alcance del derecho de la educación. Duque al igual que sus antecesores ha colocado el presupuesto sobre los derechos fundamentales superiores dentro de la Carta Magna. De esta manera se eliminó la formación en historia de los colegios en Colombia, para que no se conozcan datos e información que impida se pare con la situación del oprimido y opresor.
Los derechos no existen para hablarlos, ni negociarlos, existen para cumplirse, eso no admite discusión. ¿Entendió la importancia de la historia? ¿Entendió la importancia de la educación? ¿Entendió la importancia de la marcha y los paros por la educación?