La memoria histórica de la humanidad nos permitirá no repetir aquello que nunca debió suceder.
Así pues, esta conmovedora escultura trae a nuestra mente a los 82 menores, 42 niñas y 40 niños, que fueron entregados a los nazis en Lidice en el verano de 1942 y que posteriormente fueron cruelmente asesinados por los nazis en Chelmno.
Hay que tener presente que, al igual que todos los conflictos, la Segunda Guerra Mundial fue una masacre sin sentido.
No en vano, entre 50 y 85 millones de personas perdieron la vida en este terrible y despiadado episodio que tristemente se convirtió en el conflicto más mortal de la historia de la humanidad.
Todo esto nos debe recordar lo tremendas que son las guerras y que debemos luchar porque algo así, ni siquiera parecido, vuelva a tener lugar en el mundo entero.