Los niños son parte fundamental del núcleo familiar, ellos son sinónimo de esperanza y todo lo que representa ser humano. Desde la antigua Grecia los niños y jóvenes fueron prioridad para sus padres, tan así que en Grecia se crearon distintos lugares para la educación formal y prepararlos para la vida en la ciudad. Desde los 7 años los niños ya iban a las escuelas para prepararse en artes, matemáticas y el desarrollo motriz. Cabe decir aunque fueron prioridad para los gobernantes, los niños no gozaban del reconocimiento necesario como población importante para el futuro de la ciudad. De hecho, en esta época se cometían abusos precisamente porque no existían leyes que hicieran valer la protección de los niños.
Más adelante, un hecho histórico destacado es la Revolución Francesa, cuya importancia reside en que parte la historia en dos porque se dio por terminado el Antiguo Régimen, una sociedad desigual. Al respecto los historiadores Palmer & Colton afirmaron: “Cuando Francia cayó en la revolución, el mundo no volvió a ser el mismo”. Sí, no volvió a ser el mismo porque se le dio importancia al hombre como sujeto de derechos y deberes, y que hace parte fundamental de la sociedad. Aunque hubo avances en el reconocimiento de sujetos con derechos todavía los niños no hacían parte de discusiones trascendentales para su desarrollo.
Ya en siglo XIX cuando se tecnifica la Revolución Industrial, los mismos empresarios incentivaron el trabajo infantil y femenino porque ellos recibían salarios dos y tres veces inferiores a los de los hombres, esto trajo como consecuencia sobreexplotación y accidentes laborales. Por esta razón se crearon leyes para solventar la situación de los niños, por ejemplo el Parlamento Británico elaboró la The Factory Act de 1833 en la que regulaba el trabajo infantil. Entre otras cosas, esta ley prohibía que niños de 9 a 13 años trabajaran más de 9 horas. Igualmente, en Francia hacia el año 1881 se crearon leyes para garantizar a todos los niños una educación pública y así alejar a los niños del trabajo.
Ya en el siglo XIX, luego de finalizada la Primera Guerra Mundial, se empieza a pensar en los niños como población importante para la construcción de paz. En 1919 la Liga de las Naciones (primer proyecto político de cooperación de varios países) elabora el Comité para la Protección de los Niños. Los derechos de los niños se materializan el 16 de febrero de 1924 con la Declaración de los Derechos de los Niños o Declaración de Ginebra. Cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial se crea en 1947 el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, una entidad dedicada ayudar a niños y jóvenes.
Para 1959 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba la declaración de los Derechos del Niño y en plena Guerra Fría, la Onu declara el año 1979 como el Año Internacional de los Niños. Además, 10 años después en 1989 se elabora la Convención sobre los Derechos de los Niños, todo eso plasmado en 54 artículos donde están los derechos culturales, económicos y sociales de los niños. La Convención sobre los Derechos de los Niños ha sido firmada por 190 de 192 países, solo dos la firmaron, pero no la han ratificado: Estados Unidos y Somalia. Los derechos de los niños deben ser prioridad de los gobiernos, si todos concebimos que los derechos de los niños están en primer lugar, debemos como sociedad hacer valer sus derechos, no hablando sino actuando insistentemente para que nuestro país sea un territorio donde los derechos se cumplan.
