Este fin de semana son las elecciones a Congreso en Colombia. Tantos sinsabores hacen que muchas personas no crean en la democracia representativa, con muchas y válidas razones. Definitivamente debemos seguir fomentando la democracia directa.
Sin embargo y a las patadas, me he dado cuenta de que, si una no participa, otros(as) sí lo hacen y llevan la dirección del país lejos de las causas justas, y en ese sentido, no podemos olvidar que estamos inmersos en un sistema que plantea esta forma y mientras otras formas no se instauren, es lo que hay.
La cosa no se puede quedar en el voto. Se debe seguir incidiendo. Las y los congresistas deben ser vistos como lo que son, empleados del pueblo, para canalizar las problemáticas y decisiones que no podemos solucionar en la democracia directa.
Y en este sentido, luego del voto, se debe seguir exigiendo que se cumpla lo que prometieron, así como se debe buscar los espacios, que existen y son posibles, para proponer ante ellos(as) que gestionen y logren lo que necesitamos.
Para el caso de la defensa de los animales de otras especies, es claro que no lograremos la liberación animal a través de espacios como el Congreso, teniendo muy claros sus alcances, no solo en cuanto a la estructura antropocéntrica del estado, sino por estar plagados de explotadores(as) de animales o que representan sus intereses.
Siendo esto, es necesario no caer en el juego de aquel(as) que prometen cosas que no se podrán cumplir, o simplemente moderar nuestras expectativas.
Por ello, la lucha activista debe continuar paralela a los mismos, de parte de la sociedad civil, para que se siga fortaleciendo el cambio de representación social imperante, que es el especismo.
A la sociedad le debe quedar claro que más allá del sistema imperante, más allá de las leyes injustas, somos cada una de nosotras las que debemos modificar nuestras actitudes, hábitos y prácticas, cuestionando nuestros privilegios en las formas de discriminación y explotación en las que participamos.
En nuestras manos comienzan los cambios y por ello, para los animales, lo mínimo que podemos hacer, es ser veganos(as).
No quiero realizar una invitación a que voten por X o Y persona, pero si, que por favor tengan en cuenta en su decisión de voto a aquellos(as) candidatos(as) que cuenten con propuestas sobre la protección de los animales, que cuenten con trayectoria reconocida en el tema (tomarse fotos con un perro o un gato no los hace animalistas) y, sobre todo, que sea claro que si son electos(as), existirá un espacio abierto y continuo de construcción colectiva en favor de los animales.
Los animales no tienen color político. En las dinámicas del Congreso se requiere el apoyo de muchos sectores, inclusive de los antagónicos con muchos de nuestros principios.
De nada sirve contar con un congresista sin apoyo de bancadas o sin la posibilidad de articular colaboraciones con otras bancadas y partidos, para que los proyectos de ley sean desde construidos y radicados, hasta gestionados para que sean incluidos en los órdenes del día, discutidos y aprobados, pasando por el trámite requerido en Cámara y Senado para ser ley de la república, finalizando con la sanción presidencial (La elección presidencial también debe tener el enfoque presentado. Es necesaria la voluntad política presidencial por los animales). En este sentido, cualquier ley que se aprueba en el Congreso tiende a ser multipartidista.
De esta manera, es necesario que, en todos los partidos y coaliciones, existan personas comprometidas con la protección de los animales, de todos los animales, no solo de unos cuantos.
Así se tendrá un escenario mucho más favorable para la gestión de los proyectos de ley, e inclusive en el escenario posterior de defensa jurídica de los mismos, su reglamentación, implementación y seguimiento.
Durante unos años, el movimiento animalista nacional se unió bajo la iniciativa "Voto animalista", que preguntó a los(as) candidatos(as), si en caso de ser elegidos estarían dispuestos a ejecutar acciones a favor de los animales.
En Bogotá como ejemplo, la estrategia fue exitosa y producto de ella se pudo lograr el contar con una Política Pública de Protección y Bienestar animal, un Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal, eliminar los vehículos de tracción animal, o tener a hoy tres Administraciones Distritales seguidas en contra de la tauromaquia, entre otros logros. Esto nos muestra que es posible generar incidencia política desde los movimientos sociales.
En la presente contienda, son varias las personas que están aspirando a una curul con la bandera del animalismo. Ojalá lo logre la mayoría. Pero ojalá también lo logren candidatos(as), que, si bien no provienen del movimiento, sean sensibles al tema y puedan apoyar el proceso legislativo teniendo en cuenta los intereses de los animales (o que por lo menos no lo entorpezcan).
El Observatorio animalista realizó el III Foro Nacional: La protección animal en el Congreso de la República. En este escenario, se invitó a varios(as) de estos candidatos(as) con propuestas por los animales.
En los siguientes enlaces es posible verles y escucharles, como una herramienta para el necesario ejercicio del voto informado:
Primer día:
https://www.facebook.com/watch/live/?ref=watch_permalink&v=323278243098741
Segundo día:
https://www.facebook.com/watch/live/?ref=watch_permalink&v=340350277989566
Y, por otra parte, me permito recomendar la lectura del artículo del compañero Eduardo Peña, denominado "Por qué priorizar la protección animal en las elecciones al Congreso", que muestra un recorrido por los logros obtenidos en el ya por finalizar cuatrenio en el Congreso y sus protagonistas, varios(as) de ellos(as) aspirantes en las presentes elecciones.
https://www.las2orillas.co/por-que-priorizar-la-proteccion-animal-en-las-elecciones-al-congreso/
Para finalizar, reafirmo e insisto en el llamado a que voten informadamente de acuerdo a sus conciencias, pero que estas incluyan por justicia a los animales de otras especies.
Al final, con voto o sin voto, la liberación animal sí que está en nuestras manos, siendo el voto animalista una de las herramientas.