Lo que está ocurriendo en Venezuela es atroz.
Lo reflejan algunas palabras de Maduro en el aniversario 87 de la Guardia Nacional Bolivariana, celebrado ayer 4 de agosto:
“….me dijeron exactamente lo que hay que hacer con el diablo, con los símbolos diabólicos que maneja Ellon Mocs (sic). Miren su perfil, los símbolos diabólicos que tiene en su pecho…son sectas satánicas del poder estodounidense que han articulado sectas como la de Milei o en Venezuela sectas satánicas como el fascismo éste que ha atacado al país. Es una lucha de carácter espiritual entre el bien y el mal. Entre el odio, la mentira, el engaño, el fascismo… porque ustedes saben todo el ocultismo que hubo detrás de Hitler…”
“…los centros de entrenamiento que los pinochetistas, los fascistas de Chile, con el aval del gobierno de Chile tiene para venezolanos, para entrenarlos para buena parte de estas acciones terroristas. Así que estamos enfrentando, conteniendo, derrotando, desarticulando y pulverizando un golpe de estado ciber-fascista criminal y debemos consolidar el camino de la victoria que ya se ve en el horizonte. Por la paz del país, y porque sigamos nosotros con la agenda que Venezuela necesita…” (minuto 1:13:25 de https://youtu.be/xei1dTO70lQ?si=mvzLxLE41-7Mm7lc).
Así es: el régimen de Maduro procura pulverizar la oposición que, legítimamente, ganó las elecciones del pasado 28 de julio. Son fascistas, según el tirano.
Solo que, con el festín pantagruélico de corrupción, de incompetencia que ha empobrecido y expulsado a millones de venezolanos, de flagrantes violaciones a los derechos humanos, les resulta inconcebible a Maduro y su banda, pensarse fuera del poder.
La pobre narrativa, la del combate contra el fascismo, quieren convertirla en sombrilla bajo la que caben líderes opositores, manifestantes, periodistas, defensores de derechos humanos, entre los muchos enemigos. El lema: los revolucionarios combaten el fascismo. El lío, uno de muchos, es que, a diferencia de otros hitos de protesta que podrían catalogarse de clases medias y altas, en esta ocasión la presencia de habitantes de barrios caraqueños como Petare, Catia, La Vega, El Cementerio en las manifestaciones de protesta posteriores al 28 de julio ha sido masiva… Pulverizar tanto fascista es tarea complicada.
La corrupción ha sido una verdadera cruzada de saqueo a los recursos públicos durante largos años. Solo unas puntadas:
- El atraco al programa CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción) que, con el objetivo de distribuir alimentos subsidiados a la población más vulnerable, se asoció con una red de corrupción a gran escala que infló los costos de los alimentos y enriqueció a unos tantos próceres, incluyendo la gloria nacional colombiana, Alex Saab. Los sobrinos de Maduro están involucrados en actividades de lavado de dinero proveniente del robo al CLAP.
- Corrupción en PDVSA, reconocida por el mismo gobierno y que llevó a la cárcel ni mas ni menos que a Tareck El Aissami, niño consentido de Chávez y Maduro, ministro de relaciones exteriores, de petróleo, vicepresidente. Venta ilegal de crudo, malversación de fondos, en lo que se ha llamado el caso “PDVSA-Cripto”. Asignación a dedo de cargamentos de crudo, coque y fuel oil a particulares, desviando los pagos que no entraban a PDVSA ni al Banco Central de Venezuela. La detención de 40 y pico de funcionarios, que llevaban años en la faena, no refleja lucha contra la corrupción; se trata de una purga interna dentro del chavismo.
- El caso CITGO, una empresa subsidiaria de PDVSA, estadounidense. Sobreprecios de contratos, malversación de fondos a gran escala. Refinanciamiento de deuda por miles de millones de dólares poniendo como garantía a CITGO sin autorización.
A robar a manos llenas se han dedicado ilustres dirigentes del madurismo en los últimos diez años.
El otro cuento es del conejo como norma de comportamiento del madurismo:
- Incumplimiento del Acuerdo de Barbados, firmado en octubre de 2022. Maduro no respetó el derecho de la oposición a elegir a su candidato. Ignoró la apabullante victoria de María Corina Machado en las primarias. Detención de líderes opositores, represión de las manifestaciones durante el proceso electoral fueron la regla.
- El fraude que el mundo vivió el 28 de julio: ausencia total de transparencia de parte del CNE, incoherencia y cinismo en los mensajes alrededor de lo que debió ser un acto sagrado: el conteo de los votos y el respeto por el resultado.
Y, finalmente, la violación de los derechos humanos, documentada, entre otras instancias por el CIDH. Persecución, asesinatos, detenciones en esta primera semana posterior a las elecciones, a la orden del día.
Los demócratas de derecha e izquierda, del centro, deben rechazar, sin condiciones, el fraude electoral perpetrado por Maduro y su cúpula. Así como las violaciones a los derechos humanos de la dictadura. Exigir el respeto por la vida de los líderes y miembros de la oposición.
