Como “cansados” se definen los habitantes del barrio San Alonso, debido a los frecuentes robos y abusos por parte de los hinchas del Atlético Bucaramanga.
En los últimos meses, y después de una jornada casi perfecta para los Leopardos, la tranquilidad del barrio empieza a verse afectada por la inseguridad y terror que causan algunos de los hinchas de este equipo. Estos aprovechan al salir del estadio para, de manera descarada, despojar de sus pertenencias a los habitantes y transeúntes que caminan por este sector.
Con armas blancas y fuerte vocabulario, en muchas ocasiones, obligan a las víctimas a entregar sus objetos personales o a darles dinero para la boleta de entrada, que normalmente oscila entre $8000 y $17,000.
Diana Jaimes, habitante de este barrio, nos comentó: “Ya no podemos salir ni a las puertas de las casas sin el temor de que nos atraquen o nos pidan dinero”.
De la misma forma, Carlos Pinilla, dueño de un establecimiento comercial del mismo barrio, dice: “Cuando el Bucaramanga juega nos toca cerrar nuestros negocios, no nos podemos arriesgar para que vengan y hagan de las suyas, a nosotros nos afecta porque normalmente son dos veces a la semana que debemos cerrar el micro mercado, eso es pérdida”.
La comunidad pide más seguridad y atención por parte de las autoridades, pero, según los habitantes, estas no han dado respuesta ni se han pronunciado de manera correcta sobre este tema.
Las autoridades dicen que es muy difícil controlar lo que sucede en este barrio, pero la comunidad califica esto como inaceptable ya que el mismo barrio cuenta con un CAI y con la presencia de la Quinta Brigada. Los habitantes esperan soluciones.
