El nuevo congreso se renueva mayoritariamente para mal. Toma la presidencia José Name, cuyo padre, de igual nombre, fue el símbolo eterno de corrupción, clientelismo y politiquería en la costa caribe durante décadas. Por su parte Arturo Char reemplaza a su padre, el senador, embajador y multi mega millonario Fuad Char, quien era considerado el peor senador del país, con el peor rendimiento legislativo.
El fracaso de la Costa Caribe Colombiana como región, se fundamenta sin duda, en el hecho de que esta siendo liderada por un pequeño grupo de familias políticas de inmigrantes de oriente medio, sin sentido de pertenencia ni sensibilidad social alguna, se apoderaron de los medios de comunicación masiva y de producción de la región, y han asumido las estructuras del Estado como empresas familiares a las que hay que exprimir hasta la última gota. Nada funciona en la Costa, solo la corrupción esa sí que funciona a las mil maravillas y con total eficiencia.
El alcalde de Cartagena, Dionisio Vélez Trujillo se siente investido de poderes reales monárquicos omnipotentes para gobernar a su antojo la ciudad, se atreve incluso a enfrentar a la misma procuraduría cuando esta le pidió suspender provisionalmente el uso de los coches turísticos.
No se solicitó en ningún momento que se acabase con esta actividad, que tortura salvajemente a los pobres caballos que se utilizan en ella, lo que se pidió fue que se suspendiese provisionalmente mientras se organiza correctamente y se garantizan tanto la protección de los caballos como de los cocheros, que carecen de toda estabilidad laboral.
Dionisio Vélez no es más que un tipo con suerte, ganó la alcaldía sin haber hecho nada para merecerlo, solo estuvo en el lugar correcto en el momento correcto.Su contendora era María del Socorro Bustamante, a quién había que derrotar a como diera lugar, ya que las malas lenguas la señalaban como la candidata de Enilse López, alias la Gata, quién está acusada por las autoridades de estar vinculada a grupos paramilitares y mafiosos. Ante el peligro de que la ciudad cayera en semejantes manos, cualquiera hubiera ganado, hasta la loca “Moñitos” hubiera ganado, por eso corrimos masivamente a votar por Dionisio Vélez, sin imaginar el error que cometíamos.
Vélez viene de una tradicional familia de millonarios cartageneros y su carácter es pura y absoluta soberbia, arrogancia y prepotencia. Hace y deshace a su antojo sin importarle nada ni nadie. Hizo una corrida de toros de forma absolutamente ilegal, regalando miles de boletas para despertar una tradición cruel y psicópata que ya está muerta y más que muerta y sepultada en la ciudad.
Desde que asumió el cargo no ha firmado el primer contrato de castración, esterilización y vacunación masiva de animalitos callejeros. Hay plata para todo menos para ayudar a los inocentes. Ha traicionado también a los ingenieros y arquitectos de su propia ciudad para contratar con Barranquilleros (Se sabe que Alejandro Char apoyó su candidatura, esto parece un cobro de campaña muy costoso realmente). Se tomó el Museo de Historia y rehízo la junta directiva pasando por encima de quienes tienen décadas trabajando allí. Desalojó a cientos de vendedores del mercado de Bazurto sin garantizarles previamente su reubicación o indemnización; Está adelantando Transcaribe a sangre y fuego, sin importarle los miles de trabajadores que quebrarán y quedarán en la calle y sin indemnización cuando el esquema de transporte masivo entre en funcionamiento.
A pesar de la violencia y los desordenes que se desataron en la ciudad tras cada partido del mundial de fútbol, se negó a decretar la ley seca. Solo tras el partido Colombia- Uruguay hubo más de 120 apuñaleados, Y qué hizo el alcalde cuando la ciudad se hundía en algo parecido a una guerra civil?Se puso al frente de las fuerzas del orden para garantizar la paz social? No! Esos negros puercos que se maten entre ellos! A él que le importa!Lo que hizo fue cerrar totalmente el acceso a la ciudad amurallada, porque a él no le interesa en lo absoluto que ese pueblo miserable y hambriento, esa masa básica, animalizada, vulgar, champetuda, agresiva y suplicante, que constituye mayoritariamente la población cartagenera, se masacre a sí misma, lo único que le importa, lo único que le interesa, es que se mantengan muy lejos de él, de su familia, de sus amigos, sus negocios y por supuesto, de los turistas.
Que no se le ocurra al alcalde volver a lanzarse a la alcaldía ni a ningún cargo de elección popular, nos tendrá a muchos, nos tendrá a decenas de miles oponiéndonos con uñas y dientes. Eso es seguro.