Señor Manuel Teodoro y 'Periodistas' del Canal Caracol:
La presente tiene como objetivo aclarar algunos puntos con respecto a la emisión de su programa Séptimo Día, el domingo pasado, que en honor a la verdad hay que hacer:
Las ambulancias son vehículos de emergencia especialmente diseñados para el transporte de personas enfermas o heridas, que deben estar señalizados para tal fin, con ayudas visuales y auditivas. Que cuentan con el material y equipos necesarios para prestar dicha atención, además de personal entrenado para tal fin. En Colombia existen dos tipos de ambulancias: las móviles medicalizadas, quienes van con un medico y dos tripulantes entrenados en atención prehospitalaria (APH) sean auxiliares de enfermería, técnicos o tecnólogos en atención prehospitalaria, que llevan equipo, material y medicamentos para dar manejo a pacientes con lesiones o enfermedades que requieran un manejo avanzado de su cuadro, y las móviles básicas, que van con solo el personal de APH, quienes llevan lo necesario para prestar un soporte básico al paciente mientras es llevado al centro asistencial para su manejo posterior.
Dicho esto, hay que aclarar que entre las funciones de las ambulancias está la de clasificar en la escena y estabilizar los pacientes antes de su traslado (esos que rescatan los bomberos y que trae la policía y que se vanaglorian en los medios), pues tenemos claro que los pacientes no se pueden llevar a cualquier nivel de atención, conforme su cuadro clínico lo requiera.
En Bogotá, particularmente, hasta hace unos años, existían las móviles que se dedicaban a la atención de lesionados por accidentes de transito, quienes pertenecían a la red de emergencias de la Policía Cívica (las famosas azules) y que fueron retiradas por el escándalo de los paseos de la muerte acá en la ciudad. El CRU, en esa época, decidió tomar el manejo de la atención y regulación de estos pacientes, para evitar que se siguieran presentando nuevos casos, y con la implementación de la línea 123, serian ellos los que se encargarían del despacho y la atención de los accidentes de transito en la ciudad, lo que logro acabar con este flagelo, por lo que se iniciaron los convenios con las empresas privadas, para el reforzamiento del programa APH, y la adecuada atención de pacientes en la ciudad, y que, desafortunadamente, muchos políticos inescrupulosos tomaron partido, viendo una fuente de ingresos que ya todos conocemos.
Hace poco el señor (no doctor) Enrique Peñalosa, dentro de la restructuración que le está realizando a la salud del distrito, ordenó acabar los convenios con dichas empresas privadas, lo que desencadenó la salida de 90 móviles más, dejando desamparada la ciudad, y la obligación constitucional de proteger la vida de las personas, a las EPS, arl y aseguradoras. Una brillante estrategia, claro, si hubiera tenido en cuenta que la ley 100 establece a estas entidades como empresas de salud, y que muchas de estas son de carácter privado, es decir, que poco o nada van a responder con la atención de emergencias en salud de sus afiliados o clientes. Lo que obligó a que se organizara de nuevo esta red de atención.
Teniendo en cuenta lo anterior, quiero hacer algunas aclaraciones con respecto a su emisión del domingo pasado:
- Que en Bogotá no existen 400 ambulancias para la atención de incidentes por accidente de tránsito, sino menos de 20 móviles que sirven de apoyo al sistema de manera independiente.
- Que todos los pacientes en Bogotá se trasladan hacia el nivel de atención que el paciente requiera, pues no es conveniente trasladar a un paciente con un dolor de espalda (el de su emision) a un tercer nivel como Clínica del Occidente u Hospital de Kennedy, que están copados y en emergencia funcional crónica, como pretenden los señores periodistas hacerlo ver a la sociedad, si no a un centro de trauma, donde perfectamente puede darse el manejo que requiere el paciente.
Es mentira que pacientes críticos estén siendo trasladados a niveles inadecuados, como lo dijo Jairo, el “paramédico” oculto (carrera que en Colombia no existe por ley), para ganarse la bonificación que ofrece el centro de atención como incentivo por el paciente trasladado, pues para estas empresas de ambulancia, más que el incentivo, lo que necesitan es hacer el cobro por el traslado.
- Que a partir de su informe, nos estamos sometiendo al escarnio público. Ya varios compañeros han sido agredidos por la comunidad, y ponen en entredicho la palabra de la tripulación cuando se sugiere un centro asistencial. Ademas muchos ciudadanos en sus vehículos ya no permiten el paso de las unidades móviles de atencion, lo que esta generando mayores tiempos de respuesta para la atencion de pacientes, tiempo que, como ustedes mismos lo hicieron ver, es valioso para el paciente.
- Que el manejo que se le este dando al Seguro Obligatorio de Accidentes de Transito SOAT por parte de las instituciones de salud nada tiene que ver con nosotros, pues como ya lo había explicado, nuestra función se limita a la valoración, clasificación inicial y traslado del paciente al nivel de atencion adecuado.
- Que estamos en contra del paseo de la muerte, y del mal manejo que se le esta dando a los pacientes en otras partes del país, debido a la falta de interés de sus gobernantes por regular la atencion en salud de su localidad.
Teniendo en cuenta lo anterior, queremos invitarlo a que conozca nuestras condiciones laborales, pues al igual que el personal de salud hospitalario, tenemos sueldos mediocres, turnos de hasta 24 horas de continuo, subcontratados, o tercerizados a través de cooperativas de trabajo, o contratados por prestación de servicios por dos meses, como ocurre con los compañeros de las ambulancias de los hospitales del estado, sin las mínimas condiciones de trabajo.
Le queremos pedir que no estigmatice nuestro trabajo, por que el día que usted menos lo piense, va a necesitar de nuestros servicios, así sea de medicina prepagada, y lo atenderemos con el mayor gusto, porque para eso estamos entrenados, porque no se imagina el sentido de vocación tan grande que tenemos, al sacrificar un día con los nuestros, para regalárselo a los demás.
Atentamente:
Personal de Atencion Prehospitalaria de Bogotá
