Si Tomás Uribe quiere ser presidente que se prepare, porque nosotros en la izquierda también tenemos nuestro heredero: Nicolás. Sí, Nicolás, como el supremo líder de Venezuela... para que no se diga que la admiración no se puede profetizar. Pues Petro, el supremo profeta, sabio y superbrillante, pudo prefigurar el ascenso de Chavez y de Maduro.
Nico Petro puede ser el digno contendor de Tomás. Además, por lo menos hay algo en lo que nunca podrá ser derrotado: la capacidad de quedarse dormido en una silla sin caerse, como se dice que ha hecho en tantas reuniones de la Asamblea del Atlántico.
Y si bien no se conoce de ninguna iniciativa de Nico Petro, aparte de ir a cobrar juiciosamente su cheque mensual, eso no es sino que está guardando su genio para acabar con las EPS y dejarnos otra vez con los hospitales de caridad donde se atendía al 80% de los colombianos antes de 1993. ¿Se acuerdan del maravilloso estado de la salud en los años ocneta? Pues a ese magnífico sueño nos podría regresar Petrico.
Es que en la izquierda entendimos que no hay inteligencia superior a la de Petro: solamente alguien con su sangre puede gobernarnos, porque sino es él o uno de los suyos no es nadie. Y que no digan que los extremos se parecen, es muy diferente lo de Tomás a lo de Nico, pues Petrico es un hijo del pueblo, aunque nunca haya producido algo de servicio, porque está esperando a ser presidente para mostrar todo lo que puede lograr.
Finalmente, recuerden que las peleas son peleando y Nico Petro está para grandes cosas. Tomás Uribe ni soñando le podrá ganar a nuestro único y supremo líder Gustavo Francisco Petro Urrego.