Una enorme mayoría de los cristianos colombianos vamos a votar por convicción "No" en el próximo plebiscito sobre los Acuerdos entre el gobierno Santos y las FARC que se llevará a cabo el próximo 2 de octubre. Esa es la razón por la que vemos abundantes objeciones y dudas en los diversos medios de opinión escritos sobre si es realmente cristiano decirle "NO" a la paz.
Mi opinión no es mía, sino la del Todopoderoso Dios, así que no aspiro a que la entiendan los que no aman a Dios ni han puesto su esperanza en Su Hijo Jesucristo. Pero si tú eres hijo de Dios toma tu Biblia, pídele al Espíritu Santo que te guíe y con su ayuda vamos a ver en la Biblia por qué decirle “No” a esta “Paz” es lo que Dios quiere.
Ver: De cristiano a cristiano: “¡Somos varios que votaremos Sí en el plebiscito!”
Bajo mi lupa, que es en realidad la de un radical, un fundamentalista cristiano si se quiere, la Iglesia de Cristo debe andar en Unidad, eso no es un secreto, en el NT muchísimas veces el Espíritu nos exhorta para andar en unidad como en Juan 17:23; Hechos 1:14; Rom 12:16; Efe 4:3; Fil 1:27; Fil 2:2. El Cuerpo de Cristo debe andar en unidad en el Espíritu Santo, y eso incluye todos los aspectos de nuestra vida y de la vida de la sociedad en que nos movemos puesto que, recordemos, somos la Luz del mundo. Movernos en la Unidad del Espíritu en todas las cosas es pues, un mandamiento para la Iglesia de Cristo, y eso incluye los temas políticos y el voto.
Eso no significa hacer política desde los púlpitos, por supuesto. Los pastores no están puestos por Dios para este fin. Sino que el Espíritu Santo sea quien guíe y controle las acciones de los hijos de Dios, incluyendo por supuesto el voto.
El Asunto del Perdón y el "No"
Muchas veces en esta contienda por el “No”, hemos sido acusados hasta por expresar nuestro punto de vista. Según nuestros acusadores somos hipócritas, Jesús no haría lo mismo que hacemos, pecamos de soberbia pues nos creemos dueños de la "verdad". Bueno, el diablo ciertamente quisiera ponerle una mordaza al pueblo de Dios y de buena gana se valdrá de la misma Escritura para mantenernos callados. Pero superadas las acusaciones, la verdad es que no podemos callar. Nuestro deber es proclamar la Verdad porque sí, hay una Verdad que se llama Jesucristo, Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Para nosotros todos los aspectos de nuestra vida le pertenecen a Cristo, y es Él quien comanda cada uno de nuestros pasos. Por eso proclamaremos la verdad sobre el perdón en los “Acuerdos” a la luz de Cristo, con la ayuda del Espíritu Santo.
La Verdad es que estos argumentos "cristianos" con los que se pretende engañar al pueblo de Dios sobre la conveniencia de los "Acuerdos", que son la Paz y el Perdón no tienen absolutamente nada que ver con la Verdadera Paz y el Verdadero Perdón cristianos y a continuación quisiera explicar por qué.
El Perdón que Cristo demanda de todo aquel que se llame cristiano es un mandato absolutamente necesario. Quien no perdona las ofensas de sus enemigos NO puede obtener perdón de Dios, y sabemos que necesitamos de su perdón todos los días o estaríamos perdidos. Pero el Perdón que extendemos a nuestros enemigos, incluidos por supuesto los subversivos de las FARC -que tanto daño le han hecho al país-, no incluye exoneración de las condenas que la justicia ordinaria debe infringirles pues es su obligación Constitucional y moral. ¿Vamos a desconocer la Justicia entonces?
El Señor dice: “No harás injusticia en el juicio, ni favoreciendo al pobre ni complaciendo al grande; con justicia juzgarás a tu prójimo”. Lev 19:15. ¿Es lícito pues, quitar la justa condena de sobre esta organización fuera de la ley basados en el argumento de que si les pasamos por alto sus crímenes estamos siendo buenos cristianos? No confundamos. La propuesta que se nos ha hecho en realidad es que si pasamos por alto sus crímenes y les entregamos una parte del poder legislativo y otras ventajas, entonces dejarán de disparar sus balas contra nosotros. ¿Es válida esta propuesta desde el punto de vista Cristiano?
Pero para los que a conveniencia quieren justificar con un valor cristiano como el Perdón la verdadera propuesta del gobierno y las FARC, les digo que también este es un argumento falso. Los mismos subversivos lo desmienten, ellos nunca pidieron perdón por sus crímenes y no aceptan ningún tipo de pena, desde su perspectiva el Estado Colombiano es un agente ilegítimo en el poder, por lo tanto no tiene autoridad sobre ellos, y los hechos que para nosotros son crímenes, para ellos son consecuencias de la guerra. De manera que bajo su punto de vista no cabe ningún argumento para someterse a la autoridad judicial colombiana. Dicho punto de vista podrá ser válido en un marco relativista de la guerra, pero nunca desde el punto de vista legal y constitucional y menos del Cristiano, y ahí es donde se equivocó gravemente el gobierno actual.
El asunto sobre la Autoridad del Estado Colombiano
Para 40 millones de colombianos Sí es autoridad el Estado Colombiano, y para nosotros los hijos de Dios también lo es, y es Dios quien ha establecido esta autoridad, y lo ha hecho para que cuide de los hijos de Dios y de los ciudadanos en general. Magistrados, jueces, autoridades civiles del Estado democrático de la República de Colombia son puestos por Dios. Aquí tuvimos como Burgomaestre a un ex guerrillero, y fue la autoridad civil de la Capital de la República de Colombia porque fue elegido democráticamente. Dios lo puso ahí y así lo reconocimos.
Si alguien duda de que las autoridades colombianas son puestas por Dios puede tomar su Biblia y leer Romanos 13:1-6; 2 Cron 19:5-7; Daniel 2:21 o simplemente Juan 19:11. Esto no significa que estas autoridades siempre lo hagan bien, de hecho tanto en la Biblia como en nuestra realidad abundan los casos donde la autoridad puesta por Dios falló dejando miseria, violencia, frustración entre la población, y gran tristeza entre los hijos de Dios. Es tan común el fenómeno que Dios deja plasmado su dicho en Proverbios 29:2. En Colombia, lamentablemente ha sido generalizado este mal, Dios los juzgará mas duramente. Esa, y no otra es la razón de la toma de juramento ante Dios para los mandatarios: "¿Jura a Dios y promete al pueblo cumplir fielmente con la constitución y las leyes de Colombia?" y si responde Sí, se sella su juramento con un juicio: "Si así lo hicieres que Dios y la patria os los premien y si no Dios y ella os lo demanden".
Por eso aunque hemos tenido buenos y malos gobernantes. No por ser lo uno o lo otro dejan de ser la autoridad, y si los Colombianos decidimos, podemos constitucionalmente cambiar a quienes ejercen esa autoridad por las vías democráticas. No hemos necesitado matar, violar o destruir para hacerlo en diversas ocasiones.
Conclusión
Aclaremos entonces la relación entre el perdón, la justicia y la autoridad, ¡Claro que perdonamos a los subversivos! Pero no consentimos la injusticia. Un ejemplo puede ser más ilustrador. En Brasil un muchacho de las favelas asesinó con arma blanca a un joven cristiano, la madre del joven, al enterarse de que las autoridades habían capturado al asesino de su hijo, se apresuró a encontrarlo. El momento está registrado en video y fue viral en las redes, la madre le trajo al joven la Biblia de su hijo y se la regaló. Entre lágrimas y colgada del cuello del joven esposado, sus palabras fueron: “Tu asesinaste a mi hijo, pero debes saber que yo te perdono y que Jesús te ama y también te quiere perdonar. Esta era la Biblia de mi hijo, él no la necesitará más, pero tú la necesitas. Léela y entérate en ella de que Jesús te ama, entrégale tu vida a Él y saldrás adelante”. Acto seguido las autoridades se lo llevaron para que cumpliera su condena. Ahí hubo perdón, hubo autoridad y hubo justicia. El perdón dio su fruto en el corazón de la madre y esperamos que también en el del muchacho. Se hizo justicia, y como consecuencia de ello, hubo paz en todos los corazones.
Pero en el caso de las FARC y de estos “Acuerdos” no se va a hacer justicia porque las FARC desconocen totalmente la impartición de justicia de la autoridad colombiana, dicen que se creará un Tribunal para la Paz, el cual sin embargo no juzgará a los cabecillas de la organización, cuyo inamovible siempre fue "Ni un día de cárcel". Dicho Tribunal a mi parecer fue creado para juzgar a quienes atenten contra la seguridad de los miembros desmovilizados de las FARC. Ellos no van a recibir la justa condena, en su lugar obtendrán curules en el congreso, territorios autónomos y medios de comunicación gratuitos para difundir su ideología. En una siguiente entrega nos referiremos a este tema también desde el punto de vista de Dios. Pero quiero concluir con una última reflexión y esta sí, desde el punto de vista exclusivamente Cristiano:
Un Sí en el plebiscito sería literalmente “empujarlos al infierno“, pues si les quitamos la oportunidad de afligir sus almas temporalmente para conocer el perdón del Señor, indudablemente irán al infierno el día que el Señor lo decida, pero mientras tanto continuarán delinquiendo, ahora desde el poder político.
Gracias por leer este artículo y espero que el Espíritu Santo te haya dado convicción de las razones de nuestro Dios para apoyar un “No” Cristiano en el próximo plebiscito.
