El Fiscal General, Néstor Humberto Martínez Neira, ha decidido destapar la corrupción político-administrativa en municipios y regiones. Popayán y Cauca han salido a relucir. Eso está bien, a pesar de que con esa acción intenta tapar y desviar la atención de los graves escándalos de Odebrecht y Reficar, que comprometen a grandes “cacaos” de la economía y la política, entre ellos a sus patrocinadores Luis Carlos Sarmiento Ángulo, Germán Vargas Lleras, Álvaro Uribe Vélez y Juan Manuel Santos.
En el caso del Cauca la Fiscalía imputó cargos contra el alcalde de Popayán, César Cristian Gómez Castro, por “presuntamente haber creado una fundación fachada para realizar contratos de publicidad y eventos de la ciudad con sobre costos y adulteración de facturas que exceden los cientos de millones de pesos” (http://bit.ly/2tUoPoA). Es un caso relativamente menor pero deja ver con nitidez lo que ocurre en todos los niveles de la administración pública de la ciudad, región y país.
Igualmente, en la fecha (12.07.2017) en la cadena radial Caracol (http://bit.ly/2ujb175), es noticia el caso del Instituto de Deportes del Cauca Indeportes Cauca, que compromete al exgobernador Temístocles Ortega Narváez y al actual mandatario departamental Óscar Rodrigo Campo. Ese caso extrañamente había sido dilatado o “engavetado” a pesar de las pruebas que presentó la principal comprometida Ana Bolena García, exgerente de ese instituto.
Ahora se conoce que José Leonidas Bustos Martínez, exmagistrado de la Sala Penal y exvicepresidente de la Corte Suprema, un súper poderoso de la justicia, compañero y defensor del exgobernador Ortega y del actual gobernador Campo, quien estuvo detrás del nombramiento de Gustavo Moreno —el exfiscal anticorrupción que cayó en desgracia recientemente—, realizaba todo tipo de gestiones (lobby) para impedir que la investigación sobre el caso de Indeportes Cauca avanzara normalmente.
En medio de esos escándalos se “mueve” la política del Cauca. Con el caso del Alcalde de Popayán se ven afectados quienes apoyaron su candidatura que son los que mandan en la administración local. Entre ellos se destacan Rodrigo Cerón Valencia, John Jairo Cárdenas y Aurelio Iragorri H. Menos mal que Óscar Ospina, parlamentario de Alianza Verde, se deslindó a tiempo de ese gobierno municipal, ya sea porque no le dieron cuotas de poder o, tal vez, oliendo la olla podrida que se cocinaba en esas instancias.
Y por el lado del gobierno departamental los afectados políticamente son los liberales, Luis Fernando Velasco, Carlos Julio Bonilla, Crisanto Pizo, y los grupos alternativos que apoyaron tanto a Temístocles Ortega como a Oscar Campo, incluyendo al sector de Alianza Verde encabezado por Jaime Navarro Wolf. En ese sentido es necesario y urgente que Claudia López, quien encabeza el Referendo Anti-corrupción a nivel nacional, se pronuncie públicamente y se deslinde completamente de un gobierno que está untado hasta los tuétanos de corrupción a todos los niveles.
Es indudable que la campaña electoral de 2018 va a estar atravesada por la lucha contra la corrupción. Se requiere la unificación de las fuerzas sanas del departamento del Cauca para construir un “movimiento ciudadano” que derrote plenamente a todos los políticos corruptos que –hoy–, quieren utilizar los escándalos de corrupción político-administrativa para recuperar espacios de poder perdidos (caso del senador Velasco con la alcaldía de Popayán) y/o saldar rivalidades personales y de grupo, que en ningún momento responden al interés de las mayorías caucanas.
Hay que actuar con decisión y transparencia para evitar que los actuales destapes de corrupción en el Cauca se conviertan en simples peleas entre las “fieras carroñeras” por ver quién aprovecha la “podredumbre” que desde Bogotá lanza el Fiscal General para distraer al pueblo de los grandes escándalos nacionales. Hay que ligar y unir la lucha contra la corrupción a nivel local y regional con la tarea de sacar a todos los corruptos (uribistas, santistas y vargas-lleristas) de la presidencia de la República en 2018.
Que la “carroña” no nos distraiga del objetivo principal (nacional), pero que su horrible hedor no les sirva a los políticos corruptos de la región para pescar en río revuelto.
¡Ellos no nos representan!