Los contratos de José Fernando Escobar, candidato a la Alcaldía de Itagüí

Los contratos de José Fernando Escobar, candidato a la Alcaldía de Itagüí

Antes de lanzarse a esta contienda, el aspirante fue secretario de Infraestructura de las dos últimas administraciones. Su pasada gestión levanta algunas dudas. Acá las revisan

Por: Santiago Molina Roldán
octubre 24, 2019
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Los contratos de José Fernando Escobar, candidato a la Alcaldía de Itagüí

Quienes habitan en Itagüí sabrán que hay un candidato que hace tres meses nadie sabía quién era, pero que por obra y gracia de la publicidad omnipresente (vallas, pasacalles y demás) ahora medio municipio lo “conoce”. La razón de tanta contaminación publicitaria visual con la cara de José Fernando Escobar es que es el candidato del alcalde y manejó una chequera de miles de millones de pesos durante la administración de Trujillo y la actual (Ver: El clan de Itagüí). Además, según dicen varios ciudadanos, el equipo del candidato les paga a los taxistas cerca de 60.000 por instalar publicidad suya en los carros y, también dicen, pagarán 100.000 por transportar gente el día de las elecciones; también hay quienes afirman que a las personas que viven en sitios estratégicos les paga cerca de 40.000 por instalar la publicidad. Sorprende que el candidato también tenga publicidad hasta en este portal en el que publico esta entrada. Pero… de dónde sale tanto dinero.

Pues bien, hay una práctica muy común y perversa en el mundo de la contratación que se llama coima o CVY (cómo voy yo), que consiste en que el contratado le da al contratante una tajada del monto total del contrato, bien sea porque quien autorizó el contrato se la pidió o a manera de “agradecimiento”.

Ya Escobar anunció que en la campaña se está gastando la desproporcional cifra de 1.050.000 millones de pesos (ver). De ahí que tengamos a toda Itagüí inundada de publicidad del candidato conservador. Esto, de entrada, habla de un candidato hipotecado y prostituido ante quienes le “donaron” parte de ese dinero. ¿Quiénes están detrás de su campaña? ¿Para quiénes va a gobernar en caso de ser el alcalde? ¿Donar a cambio de qué? Es más, ¿cuál es el monto real de la financiación de su campaña?

Sin embargo, toda esa plata pudo haber salido de parte de los contratos (casi 500 mil millones de pesos) que firmó cuando fue Secretario de Infraestructura en estas dos últimas administraciones, por esto del CVY. Ahora, si bien puede resultar normal que un secretario de tal cartera ejecute todo ese monto, cuando uno entra a revisar algunos de los contratos, comprende que no es tan normal contratar algunas obras por semejante cantidad de dinero, y es ahí en donde la Contraloría y demás órganos competentes deberían poner la lupa.

El candidato del senador Trujillo y del actual alcalde se empeña en decir que la demolición de casi una decena de colegios en el municipio desde hace más de dos años, es culpa del gobierno nacional, aun cuando al momento de pasar factura para cobrar los impuestos, la administración se echa las flores (ver). ¿Gallo o gallina? Convenientes. ¿Por qué firmaron la demolición de esos colegios cuando no se tenía asegurada la construcción de los nuevos?

¿También fue culpa del gobierno nacional firmar un irrisorio contrato por casi mil millones de pesos con el objeto de realizar “Diagnóstico y estudios necesarios para la construcción y adecuación de los proyectos “Megacolegios” Institución educativa Orestes Síndices sede dos (2), y las instituciones educativas Antonio José de Sucre, Avelino Saldarriaga y San José del Municipio de Itagüí”? ¿Qué clase diagnóstico es este tan costoso? (ver)

También resulta bastante extraño que José Fernando haya firmado un contrato de más de 1.200 millones de pesos para “Adecuaciones varias a la infraestructura del Hogar de los Recuerdos del municipio de Itagüí”. Más extraño todavía es que haya firmado una adición de más de 600 millones de pesos para lo mismo. Cualquier itagüiseño puede ir al Hogar de los Recuerdos y notar que no hay mayores cambios más allá de la nueva instalación eléctrica por tubería externa. ¿Dónde estará la exagerada suma de casi dos mil millones de pesos? En el Hogar de los Recuerdos, no (ver).

También firmó contrato de casi 500 millones de pesos para “Obras, mantenimiento y adecuación Casa de la Cultura del municipio de Itagüí”, con adición de casi 300 millones. Sucede lo mismo: la Casa de la Cultura, aparte de que no todos los meses del año tiene clases porque los profesores no tienen contrato, no tiene mayores reformas. ¿Dónde están los casi mil millones? Allá, no (ver).

Otra cosa que no deja de llamar la atención frente a estos últimos dos contratos: las justificaciones de adición son bastante similares, ¿ambos espacios tenían los mismos problemas? Acá hubo gato encerrado (ver).

Por otra parte, ¿no es bastante absurdo firmar un contrato por más de 26 mil millones de pesos para “Mantenimiento de quebradas, zonas verdes, tala, poda y ornato en diferentes sectores del municipio de Itagüí”? ¿Trajeron leñadores canadienses o motosierras bañadas en plata? ¿Sembraron Cedro y Roble por todo el municipio? ¡Qué clase de secretario de Infraestructura firma un contrato por ese objeto y por semejante valor! ¿Dónde estuvieron las autoridades competentes? (ver).

Escobar también firmó un contrato por más de 6 mil millones de pesos para “Obras para la construcción del alumbrado público Estadio Ditaires del municipio de Itagüí”. ¿En serio? ¿Qué clase de luces? ¿Instaladas por Nikola Tesla? (ver). Increíble que se gasten miles de millones de pesos en unas luces de un estadio que poco se usa, cuando hay veredas que no tienen agua en, quizá, el segundo municipio más rico de Antioquia.

Como estos, hay muchos contratos más que son de público conocimiento y que la Contraloría General de la República y demás entes competentes deberían revisar con lupa. Escobar pudo haber provocado un detrimento patrimonial durante sus dos secretarías.

Para rematar. Aparte de firmador empedernido de contratos, también es mentiroso. Miente cuando dice que los homicidios se han reducido, comparándose, descaradamente, con el año 2009 (ver). Por nada y se compara con los años 90. En realidad, desde el 2016 los homicidios han venido creciendo exponencialmente (2016: 28; 2017: 42; 2018: 49), según la cartilla Insumo estratégico policial para candidatos en relación con convivencia y seguridad ciudadana, entregada por la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá el 18 de septiembre del año en curso, a todos los candidatos del municipio (ver). De dónde saca el candidato la cifra de 27 homicidios en lo que va de 2019. ¿Por qué no hace la comparación con años más recientes? Conveniente y mentiroso. Quien miente en campaña, mentirá gobernando.

Para estas elecciones municipales el panorama es complejo: la maquinaria corrupta está del lado de José Fernando Escobar, mientras que el uribismo está detrás de Rosa Acevedo, una candidata que ni siquiera vive en el municipio. La única opción seria y honesta resulta ser el hoy concejal Nelson Acevedo, el candidato de los verdes y el Polo, cuyo programa de gobierno resulta ser un paquete anticorrupción.

Dicho sea de paso, y no menos importante, Escobar, “el itagüiseño de verdad, como se hace llamar, cuándo pensará pagar la infracción de tránsito que debe desde el 18 de junio de este año (ver).

Adenda: ¿por qué el entonces alcalde Carlos Andrés Trujillo, a finales de su mandato, prorrogó el contrato de recaudo de dineros en el tránsito municipal de Itagüí, a manos de un privado, hasta el 2029?

@TiiagoMolina

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