La especulación sobre el pico de la pandemia, que sigue, cuando empiezan a bajar los contagios, en fin como enfrentar esta pandemia, única en cien años son el eje de esta conversación del epidemiólogo Diego Roselli, profesor durante 40 años en la Universidad Javieriana, con Juan Manuel Ospina. Van más lejos que las cifras estadísticas para concluir que si bien la humanidad podría aprender mucho también “esta pandemia le ha sacado lo peor a muchos seres humanos: xenofobia, pánico, odios y más y más corrupción”.
Juan Manuel Ospina: Esta es la hora y no sabemos nada, y viene el famoso pico de la pandemia y no sabemos donde estamos parado. El descontrol genera incertidumbre. Ustedes los médicos no se ponen de acuerdo en las cifras. Ayúdenos a entender.
Diego Rosselli: Para nosotros también es muy nuevo y estamos aprendiendo. Yo llevo 40 años de docente pero conociendo esto llevo apenas 6 meses. Es un virus desconocido. Vimos como se expandía de rápido, las primeras dos semanas de la pandemia ya habían pasado 200 casos, una taza de crecimiento muy preocupante. Veloz. Si no hubiéramos hecho nada el pico habría sido a finales de mayo pero el volumen de pacientes tratando de entrar al sistema de salud habría sido apocalíptico. Si el pico se va corriendo es señal de éxito. Nos vamos preparando mejor, el sistema de salud para recibir enfermos y los médicos para enfrentar la enfermedad. Yo creo que en agosto es el pico así que prepárense. El pico no es el final, es la mitad. Viene el descenso que es largo.
JMO: Se le ha ido ganando el tiempo y entre más se aplace la llegada del pico estaremos mejor. En que consiste esa llegada?
DR: Se trata de lograr que el número de contagios sea igual al de recuperados, allí para el crecimiento. Pero seguiremos creciendo todo este mes y el siguiente. No solo nos ha servido para ampliar y mejorar la infraestructura hospitalaria y sin el número de pruebas, que es la estrategia clave a largo plazo. Hace unos meses ni pensábamos en poder hacer las 20 mil pruebas que se están realizando en el país. La preparación de los médicos también es clave. Recordemos que esto apenas empieza; es un virus que solo se conoce desde hace seis meses y hay que aprender a enfrentarlo.
JMO: A propósito de la vacuna, cuando esta se logre, que será con suerte el año entrante, la Organización Mundial de Salud deberá declararla vacuna un bien de interés universal. No podemos esperarla encerrados. Por ahora necesitamos más pruebas así aumenten los contagios, necesitamos acercarnos a cifras más reales
DR: Un error de Estados Unidos fue no hacer diagnóstico. En Nue York el virus crecia, desbordaba los servicios de salud y no había pruebas ni sabían de cuantos contagios estaban hablando. Ya se sabe, la estrategia más efectiva a largo plazo es detectar los casos lo más temprano posible. Este virus lo vamos a tener por lo menos dos años, siendo optimistas.
JMO: Se terminará llegando a la famosa inmunidad de rebaño, con el aumento progresivo de contagios ¿Usted cree que eso es aconsejable?
DR: No, esa es una mala estrategia, lo único que nos cura es la vacuna. Este virus es muy dinámico e impredecible. Acá no hay vaticinios precisos. Y lo preocupante es que todo el mundo se volvió epidemiólogo y hace curvas proyecciones.
JMO: Por eso, son proyecciones. No cifras exactas…
DR: Trabajamos con números exponenciales, eso es lo que hace que las diferencias entre los que se predice y los que pasa son tan grandes. Acá el sueño es que el número de recuperados sean iguales a los infectados. Ese sería la meseta en el pico.
JMO: Se prevé que no va a ser propiamente un pico, sino una meseta Cundiboyacense, aplanada. Entonces tenemos que aprender a vivir en medio del riesgo.
DR: Insisto que acá vamos a saber como tratar el virus es hasta el 2024. Hay cosas que han sido un error como el día Sin IVA pero todos los gobiernos están improvisando. Nosotros en las dos primeras semanas tuvimos un comportamiento similar a los Estados Unidos pero el curso fue diferente.
JMO: Hay cosas que no entendemos, no sabemos si el clima, sin los factores sociales los que influyen, el comportamiento es extraño, porque en unos sitios golpea más duro que en otros.
DR: Si. Le doy el ejemplo del Peru. Empezamos igual, casi en la misma fecha y nosotros subimos al principio más y luego ellos se desbordaron. No es fácil de explicar. Igual con los fallecimientos, en Ecuador también alcanzaron unas cifras muy graves.
JMO: En resumidas, no queda de otra Tenemos que empezar a manejar responsablemente nuestra libertad. No vamos a seguir encerrados y no podemos ser tan irresponsables como los gringos; toca encontrar el camino intermedio
DR: Hay que saber cual es la necesidad de salir. Hay gente que si no sale no come, pero debe considerar su propia edad. De los 30 en adelante. Las comorbilidades, el sobrepeso, las enfermedades respiratorias como el asma. Si usted vive con personas mayores debe tener una preocupación. Pero si usted es una persona joven, una pareja joven, usted podría mandar al niño al colegio. Cada persona debe hacer un análisis para ver qué tanto se afecta él, pero también pensando en los demás.
Esta pandemia nos va a dejar dos lecciones: la globalización, de cómo un mercado de productos marinos y animales vivos en China termina influyendo sobre la economía del mundo y la necesidad de cada quien de incidir en cada entorno, como el calentamiento global, la contaminación, el daño ambiental. Ha mostrado que actuando individualmente tenemos una gran responsabilidad sobre problemas del mundo entero.
JMO: Yo creo que nos tocó la consciencia. Aquellos temas que sonaban un poquito esotéricos, el calentamiento global, terminaron aterrizados y mostrando que usted si tiene que ver con lo que pasa a nivel global, creando una mayor consciencia de responsabilidad social.
DR: Esa es la visión optimista: que nos saque cambiados para bien. Pero esta pandemia también ha sacado lo peor de muchas personas, la xenofobia, las falsas convicciones y falsas ideologías, las noticias falsas, la corrupción –hay que ver que se están robando los auxilios-, los odios, los rencores. Ha sacado lo peor de la humanidad.