Las elecciones del Parlamento Europeo han pateado el tablero de la política en ese continente, y han tenido consecuencias radicales en varias de las más grandes naciones. Han dejado un gran ganador, el Partido Popular Europeo con 189 escaños de 720, al que pertenece la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen quien dice que sería el bastión contra los extremos, ante el avance notable de la ultraderecha.
En Francia, Emmanuel Macron ha sido el primer líder en reaccionar al contundente y previsible triunfo de la ultraderechista Marine Le Pen de Agrupación Nacional , con 31,5 % de los votos, doblando al partido Renacimiento del mandatario que obtuvo 14,5 %, y lo llevó a disolver la Asamblea Nacional y convocar elecciones legislativas para el 30 de junio.
En Alemania el canciller socialdemócrata Olaf Scholz ha visto la derrota a manos de los conservadores de la Unión Demócrata Cristiana, CDU de Ángela Merkel, que además sitúan como segunda fuerza política a los ultraderechistas de la AfD. Los socialdemócratas que gobiernan en la coalición llamada "semáforo" con los verdes y los liberales de la FDP (Partido Democrático Libre) pinchan en estos comicios de 2024.
Italia es otra de las grandes potencias europeas en las que gana la ultraderecha. Giorgia Meloni, llamada “ la madre de la ultraderecha” aspira a ser la voz de la extrema derecha en la UE. Como ya ocurre en el gobierno del país, Fratelli d'Italia se lleva la mayoría de los votos en estas elecciones europeas. Le siguen los socialdemócratas y en tercera posición se sitúa el Movimiento 5 Estrellas.
En España gana el conservador PP por dos escaños frente al socialista PSOE. Los populares se quedan con 22 diputados y el PSOE obtiene 20. El partido de ultraderecha Vox planta como tercera fuerza política y se confirma la entrada con tres escaños del partido Se Acabó La Fiesta (SALF), que encabeza el agitador Alvise Pérez. Sumar entra con tres asientos, Podemos baja a dos y Ciudadanos, que llegó a ser la tercera fuerza en 2019, desaparece.
En Bélgica donde se realizaban elecciones regionales y federales, junto con las europeas, el remezón terminó con la renuncia del primer ministro Alexander De Croo, del partido liberal flamenco Open Vld. "Para nosotros fue una noche especialmente difícil, perdimos", dijo un De Croo conmovido, que no pudo evitar las lágrimas en una comparecencia en la que felicitó a los ganadores, el partido nacionalista flamenco N-VA y el de ultraderecha Vlaams Belang, así como al partido socialista flamenco Vooruit, que también logró buenos resultados.
Por otro lado, el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), un partido populista de derechas, avanzó 10 % frente a las elecciones pasadas,y quedó por encima del gobernante Partido Popular Austriaco, conservador y liderado por Karl Nehammer.