A finales de la década del sesenta Andy Warhol dijo “En el nuevo milenio todos tendremos 15 minutos de fama” con el auge de las redes sociales esta profecía se haría realidad. YouTube no sólo ha servido para lanzar la carrera de Justin Bieber, sino para dar a conocer a ciudadanos anónimos, desprovistos de cualquier tipo de talento, que se han vuelto populares gracias a mostrar sus odios, sus miedos o sus locuras. Querubín Rebelde, Doña Gloria y María Niño, son solo tres de los personajes que por un par de vídeos medio país ahora los reconoce.
Querubín Rebelde
El mejor regalo que recibió Carolina el día de su cumpleaños costó apenas 30 mil pesos. Alfredo, su mejor amigo, los depositó en un Servientrega y Hernando Vélez Ortiz, quien hace unas semanas decidió cancelar su cuenta en Davivienda, los recogería en Ibagué. Allí, en su casa en el barrio La Francia, el Querubín Rebelde preparaba la actuación de esa noche. Vestido únicamente con unos bóxer forrados a la piel, con su pelo suelto y tres cocker spaniel rondando el derruido hangar, el ángel caído tomaba aire y dirigía su mirada perfecta, imberbe, a la cámara.
Ella estaba en Suesca, rodeada de sus parceros. Eran las once de la noche y Alfredo silenció a los borrachos y les ordenó que se acercaran a cantarle el cumpleaños a la homenajeada. Puso YouTube y allí estaba el hombre, aconsejándole cuidar su imagen para que “brille con luz propia”, cantándole casi que al oído el ángel hermoso que era. A Carolina los ojos se le llenaron de lágrimas y la risa la partía en dos. El querubín Revelde había atacado de nuevo.
En el 2011 Hernando Vélez Ortiz salía de un largo de proceso de rehabilitación en Lérida Tolima. Cada una de las iniciativas que había tenido, desde aspirar a hacer una carrera militar hasta inscribirse en uno de los tantos conservatorios de música que pululan en Ibagué, se había empantanado por culpa de su adicción a las drogas. Era el último de una camada de nueve hermanos en donde se destacaban un novelista y una jueza. Hernando no quería ser menos que ellos y para demostrarle a su familia que él también podía ser alguien, empezó a grabarse con la cámara del celular, abrió una cuenta en YouTube y poco a poco empezó a cubrir el ciberespacio con su mensaje.
“Hermoso y lindo, de orejas y cejas perfectas… no lo digo yo, lo dice el espejo”, dice como si fuera un mantra el fundador y único miembro del “movimiento amor” en cada uno de sus videos. Contra todo pronóstico y a pesar de los regaños constantes de su madre Celmira y de las dos hermanas con las que vive, Hernando empezó poco a poco a convertirse en una figura pública. De todas partes del país le llegaron mensajes y llamadas en donde le pedían, a cambio de “30 lucas” ($30.000), mandar un saludo o cantar una canción. Así, a veces en calzoncillos o vestido de saco y corbata, hacía fono mímicas de Kraken o el Guagancó del adiós de Roberto Roena. Él, que siempre había sido un proscrito, que alguna vez fue expulsado de una iglesia evangélica por sus tatuajes, su pelo largo y su aspecto de metalero, era abrazado por las más de tres millones de personas que veían sus videos. Entonces, Hernando se convertía en el segundo ibaguereño más popular en redes sociales después de Santiago Cruz.
Camisetas, pocillos y maletines con su aspecto empezaron a venderse a través de su Facebook. Cantantes como J. Balvin, Nicky Jum o Beatzarro han confesado seguirlo. Tres años después, el hijo menor ya es capaz de aportar una bolsita de leche para la siempre concurrida mesa de doña Celmira. Todo gracias al desparpajo con el que realiza sus videos en YouTube. Su popularidad es tanta que ya se habla de una alianza entre él y el Rey Negado, otro personaje de Ibagué, para que ambos aspiren a la gobernación y a la alcaldía respectivamente.
Gracias a su rostro “lindo, perfecto e imberbe”, los colombianos hemos aprendido a adorar aún más la imagen.
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"El tormento tuyo soy yo"
A pesar de su aspecto juvenil, María Niño tiene cinco nietos. Sobre sus espaldas sostiene a una familia cada vez más numerosa. Para hacerlo tiene que irse cada sábado de Salamina, un recóndito pueblito del Magdalena, hasta Barranquilla y allí comprar vestiditos para niña, cosméticos o cualquier cosa que le encarguen y revenderlos a los clientes que tiene en el pueblo.
En un sábado de octubre del año pasado, María esperaba que arrancara la chalupa que la llevaría de nuevo a Salamina, cuando el rostro de una pasajera le pareció conocido. Era la esposa de un antigua amante que ella había tenido. Unos mensajes de texto encontrados en el celular del infiel, desataron la furia de la mujer. Por eso, cuando pasó por su lado no pudo contenerse y le pegó a María una patada en su pantorrilla. Ella quiso reaccionar pero el hijo que acompañaba a la señora la empujó. Entonces empezó un riffi-raffe que ya lleva más de un millón de visitas en YouTube y que le daría fama a esta humilde mujer.
En medio de la discusión, María pudo encontrar una frase contundente con la cual no sólo se desquitaría de la afrenta sino que quedaría marcada con hilos de oro en el estercolero youtubeano “Mientras yo viva no podrás ser feliz. ¡El tormento tuyo soy yo!”. Cuatro meses después María se ha convertido en una figura pública. Cada vez que va a Barranquilla los niños la paran para pedirle una foto. Aunque ella dice que la publicación del video no le ha traído sino problemas, las invitaciones no le han faltado. Comediantes de todo el país han repetido su célebre frase y en el pasado carnaval de Barranquilla se le vio saludando al público desde una carroza.
Mientas le alcance, seguirá explotando su fama.
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“Bájenme de esta hijueputada”
Doña Gloria vivía con sus hijos en una casa en las montañas de Medellín y desde el hueco que era su ventana veía la estación de Metro Cable. Cada mañana, al despertarse, le pedía al santísimo que algún día ese monstruo de poleas y acero desapareciera. Le daba vértigo sólo verlo suspendido en el aire. Se había jurado no montarse nunca pero un día, Cindy, una de sus hijas, le tendió una trampa. Amangualada con un policía la subieron a una cabina y allí grabaron la escena. El pánico que sentía Doña Gloria le hizo soltar la lengua y entonces escuchamos la más amplia gama de vulgaridades que una persona haya podido decir en medio del aire.
Su procacidad la convirtió en un fenómeno en internet. Fue invitada a eventos en donde lo único que hacía era emborracharse, beber y decir procacidades. El programa Energía, de RCN le dio trabajo como panelista, pero su indisciplina crónica dio al traste con su carrera en la radio. Un día del 2012, cuando ya su fama languidecía, desapareció durante tres meses. Se rumoreaba que había sido secuestrada y luego asesinada. Reapareció después contando una poco creíble historia. Lo único que quería era recuperar su fama y su desaparición fue parte de la estratagema.
Lamentablemente para ella la gente ya se había hartado del único talento que tenía: escupir, como una metralleta, una sarta de vulgaridades.
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