Hoy las fronteras del este de Colombia, marcadas por puentes y corredizos selváticos y desérticos son escenario de una diáspora, de un exilio social, en que cientos de venezolanos, obligados a dejar sus casas y sus trabajos cruzan la frontera a este, nuestro país, nuestra tierra colombiana.
En medio de carreteras, cruzan con sus familias y sus propiedades hacia un país que esperan los aguarde de una crisis social, económica y política que sufre su país. Lastimosamente se han encontrado con una realidad igual de agresiva a la que dejan en su tierra. Las puertas se les cierran, los trabajos se les niegan, en las ciudades se les discriminan ¿es ese el trato que se merecen? ¿Es acaso ese el pago por huir de un país, que colapsaba en medio de asesinatos y hambrunas? ¿Qué culpa tienen los venezolanos del irrespeto internacional hacia Venezuela y de la crisis interna que está sufriendo su país?
¿Qué actitud debemos tomar los colombianos? Ser la parca que los juzga y tiende anzuelos para que caigan en las fosas de la muerte o dar asilo a esos Exiliados que huyen de una crisis interna. Ellos no son nuestros enemigos, lo único que han buscado al pasar la frontera es sobrevivir y nosotros no podemos negar esa posibilidad. Lo que si podemos hacer es estar preparados para afrontar un hecho que es evidente e inevitable y al cual el gobierno debe empezar a poner atención. No se trata de negar algo que esta presionando nuestras murallas del miedo y la indiferencia. Se trata de actuar y usar las facultades que el Gobierno tiene para ello.
Los barrios de invasión y los problemas de planificación han sido dos aliados desde que Colombia entro en la guerra más larga que estamos en proceso de terminar y eso evidencia una administración que ha actuado de manera correctiva, solucionando problemas que pudo haber evitado como Ahora. Es por eso que el tema de la inmigración venezolana se hace de vital importancia para los colombianos y su representación en el Senado: No podemos posponer su discusión y esperar que los problemas comiencen, no podemos esperar a que sea un discurso nacionalista el que decida sacar a los venezolanos y considerarlos como intrusos. El estado debe estar preparado para todo, y si el problema es el de acoger a los habitantes de nuestro vecino país, debemos cobijarlos como hermanos, iguales en derechos, si deciden ser iguales en deberes. De eso se trata este país, de acoger al que necesite una patria en donde empezar a sembrar raíz, no una patria que niegue la entrada y discriminen a sus hermanos, los cuales nos ayudaron a consolidar la independencia.
No debemos olvidar que fue un venezolano quien nos liberó de los españoles, y fueron sus tropas venezolanas e inglesas las que cruzaron el páramo de Pisba en 1919 y con el apoyo de miles de campesinos derrotaron a Pablo Morillo en el pantano de Vargas. Hoy como país, tenemos un reto: El de ser cada vez más justos, de acabar con los ladrones de cuello blanco, tenemos el deber de recordar nuestro pasado y no rechazar a nuestros semejantes, por eso no cerremos las fronteras, al que nos ayudó a construir las puertas de este país, preparémonos para acogerlos y evitar consecuencias que pueden llegar a ser funestar para la política de Colombia. Estemos pendientes de lo que hacen los que se hacen llamar “los representantes del pueblo en el congreso” y así comprobaremos Si Colombia es una patria con un corazón humanitario, capaz de acoger al necesitado y socorrer al herido o un país, enemigo de sus vecinos, dedicado en buscar enemigos externos y problemas internacionales para no darse cuenta de sus propios problemas. Solo un pueblo civilizado sabe lo que es mejor para su desarrollo, no nos dejemos timar por personas que nos hacen ver en los que emigran a nuestros peores temores. Los temores están vivos en Colombia y gobiernan hace 200 Años.
Antes los colombianos nos ibamos para Venezuela, ahora ellos necesitan nuestra ayuda
Siempre ha sido una relación complicada. Hace 40 años se emigraba a ese país para un mejor futuro. Ahora llegó la hora de pagarles a nuestros vecinos todo lo que hicieron por nosotros
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