En Europa nadie duda de las capacidades de Zidane. Si, el loco Gatti, más pendiente del escándalo que pueden generar sus declaraciones, dice que no tiene idea de táctica. Pero basta ver sus números para reconocer su éxito. Sólo un ciego no lo vería, sólo un necio no lo reconocería. Cuando Zidane llegó al Madrid James Rodríguez ya era mercancía dañada. No jugaba desde que estaba Rafa Benítez. Zidane prefirió a otros jugadores que le rendían más que el colombiano. Unos pocos hinchas del Madrid cuestionaron al francés pero, ganando tres Champions, ¿quien puede dudar de sus capacidades? Sólo los colombianos y su estúpido patrioterismo.
Todavía uno encuentra periodistas de medio pelo que se refieren además como el "calvo ese" cuando se habla de Zidane renuentes a mostrar el respeto que el francés se merece. El Madrid, con una nómina tan deficiente, tan pobre como la de este año, puede mantener el nivel hasta el punto que sacó al Liverpool y es favorito para imponerse en semifinales al Chelsea.
Mientras tanto James no logra cuajar una buena temporada, el Everton, después de un espectacular inicio de temporada, se desinfló hasta el punto de que está lejos ya de lugares de copas europeas. James se quedará una vez más sin Champions. Las lesiones lo han mermado y, a sus 29 años, es una sombra de lo que fue en el 2014 cuando quedó goleador de un mundial. James perdió mas con su ida del Madrid de lo que pudo haber perdido el Madrid. En la Casa Blanca no lo extrañan. Creen que Zidane siempre tuvo razón. Los números claro que lo respaldan.