No es un secreto, todos sabemos que la agricultura en Colombia se realiza utilizando un sin número de venenos que existen en el mercado y que sin ellos el pueblo colombiano no tendría que comer.
Lo del glifosato no es nada terrible. Hace parte del sin número de herbicidas incluso importantes en Argentina, en donde es el que se vende más y de mayor consumo para derrotar las plagas resistentes de cultivos transgénicos contaminados. Existen venenos más fuertes que se utilizan en la agricultura para erradicar el sin número de plagas y enfermedades en toda clase de cultivos.
Si el pueblo colombiano se diera una vueltica por todos los cultivos que existan a sus alrededores, en momentos de trabajo, podrían ver cuantos insecticidas como el Malathion se utiliza para aplicarlo en hortalizas y tomate.
El Malatihion en Sudamérica fue prohibido por cancerígeno y se utiliza para acabar con toda clase de plagas en los cultivos. Sin embargo, encontré un artículo que dice que en España se utiliza para combatir los piojos, las garrapatas, las pulgas.
Infinidad de venenos se utilizan en agricultura para matar hormigas, garrapatas, moscas, gusanos, tornillos. Todos los agricultores buscan el lorsban, el furadan, el cúspide glifosato, con el que acaba el pasto, y en fin, sin alegrarme por tenerlo que hacer, si no fuera por su existencia los colombianos no tendrían que comer.
No se puede justificar que eso exista pero existe, porque nunca hemos tenido quien dirija un Ministerio de Salud y de Agricultura con investigaciones serias que ayuden a cambiar la forma de cultivar en serio y sin peligro. La agricultura orgánica es la solución. El Instituto Colombiano Agropecuario lo sabe, pero se necesitan programas de investigación serios sobre el tema.
Para quienes no lo sabían los narcotraficantes en Colombia utilizaron la panela para fumigar los cultivos de coca, pues al estar prácticamente cubiertos con una capa protectora de la miel de panela el glifosato perdía su efecto. En donde se producía panela se vio un movimiento comercial enorme al punto de que la panela no alcanzaba porque los cultivadores no alcanzaban a abastecer el mercado. ¿Quiénes compraban esos productos? No sabe, decían muchos. ¿Qué hacen con el? Lo cierto es que con este ensayo se podía observar que lo que los colombianos necesitamos es un cambio de alimentación, pero produciendo orgánicos para que la comida sea limpia.
¿Pero, y que pasara con quienes venden productos envenenados para la salud de los colombianos como las multinacionales que hasta bombas atómicas han producido? ¿Se acabaría el empleo o porque no mejor estos industriales producen insecticidas orgánicos y abonos orgánicos para cambiar la cultura de envenenarnos porque si?
Algunos están prohibidos y con uso restringido. Es posible que usted no los conozca pero causan muchos daños pulmonares, a los riñones y enfermedades congénitas entre ellos están: LINDANO, PARAQUAT, PARATHION, PENTACLOROFENOL, ARZINFOS METIL, ATRAZINA, BENOMIL, BROMURO DE METILO, CAPTAN, DIAZINON, DICOFOL, ENDOSULFAN, METAMIDOFOS, MONOCROTOFOS, PERMETRINA, entre otros (Observatorio latinoamericano de conflictos ambientales).
Lo que necesitamos es un gobierno que prohíba todo tipo de pesticidas e insecticidas que causan daño y que obligue a producir comida limpia orgánica para no envenenarnos más.
