Al presumido gobierno nacional durante los últimos años se le ha abotargado el pecho después de mostrar presuntas “grandes inversiones en tecnología para las instituciones educativas oficiales del país”, afirmando hipotéticamente con ello que han ayudado a progresar hacia un sistema educativo donde la igualdad de oportunidades y la inclusión son una realidad, hoy vemos que esto ha sido una ficción más.
Lo anterior es otra de las realidades reveladas por el coronavirus, ya que es costumbre por estos días escuchar a varios gobernadores, alcaldes y secretarios de educación afirmar que son las plataformas virtuales y los programas de televisión por canales regionales las mejores alternativas en educación mientras se supera la emergencia sanitaria. ¿Pero están las comunidades educativas públicas y muchas privadas preparadas para la educación virtual? La respuesta se puede obtener de forma más clara con datos que se muestran a continuación y cada uno extraerá sus propias conclusiones.
Estudios de la Universidad Javeriana arrojaron que el 78% de la educación media en nuestro país pertenece a instituciones educativas públicas y de ese porcentaje, el 63% de los estudiantes no tienen computador y menos cuentan con acceso a internet en sus hogares, una cifra escalofriante que perfectamente nos puede hacer sentir como ciudadanos de piedra dura, es decir, la mayoría de estudiantes no disfrutan de los dos recursos más necesarios para la referida educación virtual. En otras palabras, los más de 1000 objetos virtuales de aprendizaje en las áreas de lenguaje, ciencias y matemáticas (porque parece que al Ministerio no le interesan las demás) publicados en el portal de Colombia aprende como bandera de transformación digital para la innovación educativa, no llegaría ni siquiera a la mitad de los estudiantes de las instituciones educativas púbicas del país.
Con base en lo expuesto hasta aquí, el laboratorio de economía de la educación descubrió que el 96% de los municipios de Colombia no podrán poner en marcha de manera eficiente la estrategia caída de los cabellos como solución educativa mientras cesa la horrible noche del COVID-19. De igual manera, se le demuestra al ministerio de educación nacional y a muchas secretarías de educación que se necesita mucho más que distribuir tabletas y ordenadores a las instituciones, que se necesita más que ampliar la oferta de contenidos digitales, que se necesita más que implementar los colegios diez TIC, más que crear observatorios de innovación educativa; para verdaderamente ser la nación más educada de américa latina, pues hoy se está demostrando, que cuando los estudiantes llegan a sus casas, afrontan una objetividad que quienes administran las carteras educativas en la nación y en las regiones parecen desconocer.
La trágica situación vivida en la actualidad no solo ha servido para que la ministra y muchos secretarios de educación populistas hablen más que mimo jubilado, sino también para demostrarle a la humanidad entera que cuando los maestros del país hemos emprendido paros y protestas, han sido impulsadas como únicas estrategias para que el gobierno se dé cuenta que en Colombia por más que lo quiera ocultar, existen brechas educativas que impiden que seamos un país en vía de desarrollo.
Es por esto y mucho más que gracias al abandono de quienes han mal gobernado el país, las comunidades educativas y los colegios públicos de Colombia no están preparados para afrontar el reto de la citada educación virtual.
