Culpar al Gobierno de Venezuela de todo lo que sucede en Venezuela, implica entonces también reconocer lo bueno, la politización de la sociedad, la ampliación de la justicia social, la esperanza y el patriotismo que ha permitido una mayor movilización de la sociedad, etc…pero temas como la mayor politización de la sociedad no es un atributo positivo en sí mismo, si esto conlleva permanentes muestras de dogmatismo mesiánico y antidemocrático o unanimista (por lo menos desde una visión liberal democrática), si conlleva mayores niveles de polarización con elementos de violencia directa y simbólica, con intentos de golpes de estado, con no reconocimiento por parte de un sector político como el de la Mesa de Unidad Democrática –MUD- de la derrota electoral sembrando dudas sobre la legalidad del proceso.
Esa cara negativa de la “mayor politización”, agónica, que se tambalea entre la refundación, la revolución y la conspiración sobre la toma del poder político o del Estado y la transformación radical de su modo de producción, es vendida o “mostrada” como adefesio de la revolución Bolivariana, pero poco se profundiza, por lo menos en medios como CNN y NTN24, por un lado en la legitimidad que tendría un cambio de poder por alguna vía no legal, y por otro lado, tampoco se aclaran los criterios de éxito de una revolución socialista, con características como las del vecino país.
Lo primero, no es aclarado explícitamente en los medios de comunicación mencionados, porque estos como sus dueños, están dispuestos a utilizar métodos violentos e ilegales para derrocar al gobierno chavista, en otras palabras, la ética de ellos tampoco tiene como límite, la legalidad y las instituciones del país. Lo segundo tampoco se expone explícitamente en estos medios, porque ellos, propio de los neoliberales, piensan que una alternativa socialista en el mundo de hoy es un absurdo y un anacronismo, que además, parece estar adicto a los experimentos fracasados de la historia.
En lo que hacemos énfasis, en preguntar por qué los principales medios de comunicación de América Latina operan como lo hacen con el caso venezolano, es algo que muchos responderían automáticamente “porqué los medios de comunicación de sectores poderosos que se ven atropellados o amenazados por el Gobierno, no pueden actuar de otra forma que oponiéndosele, incluso por casi cualquier vía”, o “eso pasa porque los medios de comunicación son objetivos, dicen las cosas como las ven”; pero, ¿Cómo las ven? Es obvio, desde el materialismo, se entiende que los comunicadores son piezas claves que deben jugar a favor de sus patrones, y por eso, son replicadores de la ideología que aplican y que conviene a los intereses de los capitalistas.
La guerra ideológica que se libra en los medios de comunicación tanto que apoyan como que se oponen al Gobierno Bolivariano de Venezuela, además de heredar la posición del “fin de la historia” y victoria final del liberalismo por un lado, y por el otro, heredero del culto a la personalidad y al mesianismo, resta todo valor a lo trascendental que resulta que la “sociedad global” actual esté viviendo intentos de implementación de modelos económicos alternativos al neoliberalismo bajo el sello del marxismo, en un Estado en concreto, y que esto no se está haciendo por la vía de la revolución armada sino por medio del apoyo electoral de la mayoría de la población.
Que el “fin de la historia” nunca se halla consolidado no significa que deberíamos volver a los debates de la guerra fría entre marxismo, social democracia, liberalismo, neoliberalismo o neoconservadurismo, etc. Significa que tenemos una nueva oportunidad, por lo menos quienes no tenemos ningún interés directo y económico en el vecino país y en su situación, para debatir y sobre todo, para dar nuestros aportes académicos, pero sin perder de vista, que lo que quiere la mayoría del pueblo de Venezuela hasta ahora, es una opción alternativa al capitalismo neoliberal y es la reconfirmación de la utilidad de muchos de los postulados del marxismo, reinterpretados a la luz de nuevas condiciones, distintas a las del propio Marx, pero que enarbola aún los ideales de la justicia social, la solidaridad, y la autodeterminación. Todo esto se tiene que poner a jugar en el análisis, así como el papel aun relevante que juega la burguesía tradicional y las nuevas burguesías “rojas” en la consecución de condiciones de justicia que lleven a la estabilidad y por ende, a un modo de “lucha de clases” sin violencia ni intentos de golpe.
Oscar Castaño Barrera (Unisabaneta)
José Saúl Trujillo G. (Unisabaneta)