En año y medio pasó de ser el máximo referente de nuestro fútbol para convertirse en un “tronco” cuya única virtud es hacer goles de chiripa. Radamel, preso de la dictadura de los manager, ha sido víctima de las malas decisiones de Jorge Méndes. Ahora, cuando está a punto de empezar el evento deportivo del año, el Tigre está convencido de que a punta de garra y goles, puede cambiar su historia.
Del Atlético al Mónaco.
70 goles en 91 partidos oficiales, una copa del Rey, una Europa League y una recopa, fueron los números que hicieron que su pase le costara al Mónaco 65 millones de Euros, cifra record, hasta ese momento, pagada a un jugador colombiano por un club europeo. La prensa del mundo empezaba a preguntarse las razones por las cuales el Tigre había fichado por un equipo recién ascendido que no iba a tener participación en torneos europeos y el 9 de julio del 2013 fue presentado oficialmente al club que Dmitry Rybolovlev soñaba con convertir en el nuevo Paris Saint Germain.
El día que se rompió el Ligamento Cruzado.
Corría el minuto 40 del primer tiempo cuando Radamel la recibió al borde del área. Por velocidad y fuerza le ganó la posición a Soner Ertek el defensa del Chasselay, el humilde club de la cuarta división con el que el Mónaco disputaba los octavos de final de la Copa de Francia. Justo cuando iba a rematar al arco en busca del segundo tanto de la tarde, Ertek le propinó una dura entrada que terminó rompiéndole el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. A los pocos días, aficionados colombianos le escribían amenazas de muerte al asustado defensor quien para ganarse la vida debía mezclar la docencia en un colegio con el fútbol. La lesión ocurrió el 23 de enero del 2014, a escasos cinco meses del mundial. Aunque los tiempos no cuadraban, se tenía la esperanza de que el Tigre pudiera llegar a jugarlo.
Llorando le dijo no al mundial.
El médico portugués José Carlos Noronha le había prometido al país que su goleador estaría completamente recuperado en cinco meses y casi que con seguridad podría estar en el mundial. El milagro no se dio y el 2 de junio del 2014 un Falcao con la voz quebrada y los ojos aguados le contó al mundo que él sería una de las grandes ausencias del torneo.
Cuando se convirtió en un diablo rojo:
Después de estar inactivo ocho meses Radamel vuelve a jugar un par de partidos con el Mónaco. Cuando se cerraba el mercado del verano, El Manchester United anunció la contratación del Tigre en calidad de préstamo por un año con opción de compra. Aunque la mayoría de colombianos nos sentimos orgullosos por la contratación, no reparamos en dos aspectos: el primero era que los diablos rojos no jugarían esa temporada Champions League lo que representaba la cuarta temporada consecutiva en el que el tigre se perdía la máxima competición de clubes del mundo, y el segundo era la presencia en el banquillo de Louis Van Gaal, entrenador ultradefensivo y que en diversas entrevistas había sido explícito en que su equipo no necesitaba delanteros ya que esos puestos estaban cubiertos con la presencia de los estelares Robin Van Persie y Wayne Rooney.
El fracaso en Manchester.
Cuatro goles en veintidós partidos plasman la que hasta ahora es la peor temporada en diez años de profesionalismo del Tigre. En su estadía en Old Trafford Radamel tuvo que terminar la recuperación de la terrible lesión que sufrió en enero del 2014 y ganarse la confianza del radical Van Gaal. A pesar de la gris campaña el público de Manchester supo reconocer su esfuerzo con una ovación dada en el último partido.
El futuro es prometedor:
El gol convertido a Costa Rica lo transformó, con 25 tantos, en el máximo artillero de la historia de la Selección Colombia. Mucho cuidado tendrán que tener nuestros rivales, no hay nada más letal que un tigre herido.