Tras su posesión como presidente del Ecuador el 24 de mayo de 2017, Lenin Moreno tomó el mando del Ecuador bajo la premisa de dar continuidad al proyecto político de Rafael Correa, denominado como el gobierno de la revolución ciudadana. Tras una elección que polarizó al Ecuador, Lenín Moreno llegó a la presidencia con la resistencia de la oposición liderada por un exbanquero, Guillermo Lasso, quien vaticinaba una debacle del gobierno de Moreno.
Moreno inició su gobierno entre la alegría de los seguidores del expresidente Correa y la inconformidad e interrogantes de fraude de sectores opositores al modelo de gobierno planteado por Rafael Correa. Pero las cosas fueron tomando un rumbo diferente y Moreno sabía que debía imponer un estilo nuevo de gobierno, uno que lo separara de Correa. Por ello, durante sus primeros cien días de gobierno, tomó decisiones que mostraban que él no iba a estar ligado del todo con el expresidente. Ejemplo de ello fue la eliminación de los llamados “enlaces ciudadanos” o sabatinas como eran conocidas popularmente.
Bajo este contexto, el día de hoy el gobierno Moreno cumple 100 días de estar en el poder; lo que se pretende mostrar en estas líneas es una síntesis de estos primeros días de mandato de Moreno. El ahora presidente llegó imponiendo una nueva manera de gobernar, diferente a la forma como lo venía haciendo Correa. Inició una etapa que el mismo presidente denominó como “diálogo nacional”. Este hecho marcó una diferencia tajante entre el modelo de gobierno de Correa, lo que generó un desacuerdo con las bases políticas de su partido (Alianza PAIS), ya que este diálogo se desarrolló con sectores que fueron opositores del gobierno de Correa.
Entre los actores de esos espacios de diálogo se pudieron destacar sectores contrarios al proyecto de la revolución ciudadana como Dalo Bucaram, hijo del expresidente Abdalá Bucaram, quien siempre se mostró contrario al gobierno de Correa, debido a que en la presidencia de este último se levantó un juicio en contra suya. Otro de los actores polémicos de estos denominados diálogos fue la Confederación de nacionalidades indígenas del Ecuador (CONAIE), movimiento indígena que hizo oposición al saliente gobierno. Dentro de las acciones llevadas a cabo dentro de los acuerdos fue dar una sede a esta confederación por 100 años, hecho que tuvo la negativa del expresidente Correa.
Pero los cambios en el modelo de gobierno no solo se han dado en el acercamiento con sectores contrarios hasta ese momento. Dentro del manejo de la política pública y el manejo del Estado, el presidente Moreno decidió suprimir las funciones de seis ministerios coordinadores (Ministerio de la producción, Ministerio coordinador de empleo y competitividad, el Ministerio de sectores estratégicos, de seguridad y el Ministerio coordinador de conocimiento y talento humano). La eliminación de estos ministerios se justificó bajo la premisa de una necesaria reducción del gasto fiscal.
Los cien días de gobierno de Lenín Moreno han marcado el inicio del final de la relación entre él y el expresidente Correa. Uno de los puntos que mayor contradicción ha generado entre las dos partes son las relaciones con el actual vicepresidente Jorge Glas, a quien se le ha involucrado en los escándalos de corrupción de la firma brasilera Odebrecht. El respaldo por parte de Moreno a Glas, a quien se lo considera un alfil de Correa, ha hecho que el distanciamiento entre las bases correistas de Alianza PAIS y el gobierno de Moreno, sean cada vez más evidente.
Sin embargo, el gobierno de Moreno no solo se ha caracterizado por ser un gobierno de discusiones con el expresidente Correa. Este gobierno ha generado temas de política pública disimiles a las acciones que llevaba a cabo el gobierno Correa. Uno de los elementos que marcó un inició de una nueva manera de hacer política pública fue la eliminación del plan “Familia Ecuador” como parte de la política pública de prevención del embarazo adolescente no deseado. Este plan fue suprimido y en la actualidad se viene desarrollando un proceso de generación de una nueva política pública de este tema.
Por otro lado, el manejo económico también ha sufrido cambios en el país. El dinero electrónico fue uno de los puntos, en el cual la política económica sufrió un revés. Durante su creación en el gobierno Correa, este dinero era manejado exclusivamente por el Banco Central del Ecuador (BCE); ahora, el presidente Moreno determinó que el manejo pase a la banca privada, la cual se encargará de su disposición y manejo de este recurso. Según datos del BCE, en el país existen en la actualidad cerca de 360.000 cuentas de dinero electrónico, las cuales paulatinamente pasarán a manos de los bancos privados.
En los temas de infraestructura, también se ha notado elementos diferenciales de los dos gobiernos. La construcción del puerto en la zona de Posorja (Guayaquil) ha sido determinada por el actual gobierno como un triunfo propio, por su parte el ex presidenteCorrea a través de la red social “Telegram” Público un mensaje en el cual expone lo siguiente: “Cabe indicar que este gobierno no ha hecho absolutamente nada, —todo estaba programado—, pero así es la mediocridad. Venceremos”.
La construcción de este puerto en el pasado fue cuestionada por sectores opositores al gobierno, especialmente el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, quien veía que la concesión en manos de una entidad pública, podía poner en desventaja al puerto de la ciudad costera, ya que el gobierno podía tener injerencia y una situación financiera, que le permitiera operar con costos menores a los de la autoridad portuaria de Guayaquil.
Los cien días de Lenin Moreno han sido determinantes para definir un cambio de estilo de gobierno, han sido el momento para marcar el inicio de la etapa de él y no de la continuidad e injerencia absoluta de Correa, como algunos sectores políticos lo pensaban. Las acciones de política pública, la apertura a dialogar con sectores opositores han generado una acción que ha sido entendida como traicionera, por parte de sectores afiliados al correismo y como un proceso acertado, por parte de sectores opositores o contrarios a los principios del partido de gobierno.
Una prueba de ello son los índices de aceptación del presidente Moreno, los cuales según una encuesta realizada por la firma Cedatos (Cuestionada por sectores correistas, por su cercanía con el ex candidato presidencial Guillermo Lasso) los niveles de aprobación del actual presidente se encuentran en el 76.5% un índice, que puede estar a la par de lo índices de popularidad de Correa en su mejor etapa gubernamental.
Caso contrario sucede con el vicepresidente, Jorge Glas por su parte, tiene el nivel de aprobación muy por debajo de lo establecido por Moreno, Glas cuenta con apenas un nivel de aprobación del 20.2% lo cual contrasta con el alto nivel que tiene el presidente, este hecho muestra que existe un quebranto entre las personas que siguen o votaron por Moreno, frente a aquellas que no lo hicieron y es que esa diferencia se puede decir que radica, en el sentido que Moreno ha demostrado desligarse del correismo, mientras que a Glas se lo ve todavía como una ficha clave del ex presidente Correa.
Para algunos analistas este hecho, demuestra que los niveles de aceptación de Moreno, pueden ser extraídos de personas que no votaron por él, es decir de personas que eran contrarías al gobierno Correa. Por su parte, el nivel de Glas, sigue proviniendo del sector más radical de Alianza PAIS, sector que no se identifica con la manera en que Moreno lleva a cabo su gobierno, debido a las situaciones de ruptura en temas de política pública.
Aun quedan cuatro años del gobierno Moreno y lo único que está claro, durante estos cien días, es que el gobierno de Moreno no va ser lo que muchos pensaban, es decir la continuidad de Correa, por medio de otra persona. Moreno tomó decisiones que políticamente le iban a generar un costo con su electorado, pero a su vez sabía que esas medidas, le podían acercar con sectores opositores, con lo cual podía establecer una relación nueva, sobre todo con el sector privado ecuatoriano, sector que fue relejado en la época de Correa.
De esta manera, el quebranto de las relaciones entre el actual presidente y en algún momento ex vicepresidente del gobierno Correa y su antecesor, se han quebrado y no parece ver a la vista una solución que ayude a la no polarización del país, por el contrario el quiebre de la relación parece cada vez más quebrantada, a punto tal que se habla de la desafiliación del presidente de Alianza PAIS.
