Buena parte de la carrera de Nairo Quintana no se entiende sin dos nombres que siempre han estado a su lado: Winner Anacona y Dayer Quintana, su hermano. Los tres boyacenses han compartido equipo buena parte de sus años como profesionales y Nairo encontró en Winner y Dayer un respaldo para las carreras en las que participaba.
Nairo debutó en las filas del Movistar por allá en el 2012, luego de ganar el Tour de l'Avenir en 2010 y competir un año más en Colombia. Solo le bastó un año en Europa para ya en 2013 romperla por todo lo alto y ser subcampeón por primera vez del Tour de Francia.
En 2014 ganó el Giro d'Italia, la primera grande que se llevaba a casa pero su principal ilusión siempre fue el Tour. Para hacerle competencia a Froome y a todo el Sky sabía que necesitaba un equipo a la altura. Para eso trajo a Winner Anacona al Movistar y su gran actuación de gregario en el Tour 2015, cuando le marcó el paso a Quintana en el mítico final del Alpe d'Huez, la penúltima etapa de esa edición.
El trabajo de Anacona fue excepcional en favor de Nairo, una de las mejores actuaciones de un gregario en el pasado reciente. Lástima que la diferencia fue muy grande para arrebatarle el título a Froome, pero los dos colombianos pusieron en jaque al británico.
Dayer Quintana llegó en 2014, pero todavía era muy joven para estar en las carreras más importantes junto a su hermano. Cuando Nairo dejó Movistar para irse al Arkea en 2020 puso dos condiciones: que Anacona y su hermano también fueran al Arkea.
Así sucedió y en 2020 la gran primera parte de la temporada de Nairo, antes de la pandemia, estuvo sustentada en sus dos gregarios infaltables. Ambos estuvieron con él en ese Tour de Francia donde las caídas lo hicieron terminar muy muy lejos de la lucha por el título.
Para 2022 se presume que Nairo podría volver a cambiar de aires y tendría 3 ofertas sobre la mesa: el Bora donde va a llegar Sergio Higuita, el Bahrain Mérida y el AG2R. Sea cual sea el destino de Nairo, que nadie se extrañe si también terminan llegando a esos equipos sus dos gregarios infaltables, que no hicieron carrera por si mismo sino que siempre metieron las manos al fuego por uno de los mejores ciclistas en la historia de todo el país.
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