Los tres colores de la bandera de Colombia con el aviso de Varta vestían a un cundinamarqués humilde en la subida a Alpe d’Huez. El colombiano Luis Alberto Herrera superó en el ascenso a un rubio de cabello largo que usaba gafas de aumento. Para un niño de 8 años como lo era yo en ese entonces, el nombre de Laurent Fignon era desconocido. Sin embargo, la alegría por ver a un compatriota ganarle a un europeo fue algo tan grande que aún está grabada esa imagen en mi mente.
A partir de ese momento empecé a coleccionar periódicos con información del Tour de Francia. Los medios nacionales se unían a la causa de los escarabajos llevados por Miguel Ángel Bermudez a competir en Europa. Sin importar la desigualdad en la que competían, nuestros ciclistas cada año lograban más triunfos en las carreras más importantes del Viejo Continente. Que un colombiano ganara una etapa era motivo de orgullo para el país, difícilmente se pensaba en ese entonces que algunos de esos talentosos corredores pudieran ganar una competencia de tres semanas.
Estar dentro de los 10 primeros de la clasificación general del Tour de Francia era un éxito. Lucho Herrera ganó la Vuelta a España de 1987, y con ese logro se abrió la esperanza para que algún escarabajo se coronara campeón en los Campos Elíseos. Fabio Parra estuvo más cerca que el ciclista de Fusagasugá y obtuvo un tercer puesto en Paris en 1988. La prensa colombiana mostraba a nuestros ciclistas como héroes.
Después de esas memorables participaciones pasaron muchos años para que otro colombiano fuera gran protagonista, como pudo hacerlo en este milenio Santiago Botero con un cuarto puesto en 2002. Los medios ya para ese momento eran más triunfalistas y pensaron que el antioqueño lograría el título en los años siguientes, pero Botero por diferentes circunstancias no satisfizo a algún sector del periodismo y en cuestión de poco tiempo el pesimismo se apoderaba de los titulares.
En 2013 cuando Nairo Quintana se estrena en el Tour de Francia, muy pocos creían que se acercaría al podio, pero la capacidad del boyacense rompió los pronósticos y fue subcampeón. Todo era adulación, magnificación y a la vez presión para los siguientes años.
Este año, y luego de dos subtítulos, casi que se impone al corredor del Movistar obtener el primer puesto de la general, en gran medida por las mismas palabras del ciclista, que empezó a hablar del ‘sueño amarillo.’ Cuando inició el Tour, los medios colombianos se acomodaron, aprovecharon la oportunidad y le apuntaron a la carrera francesa como el medio ideal para vender pauta. Era imperdible la ocasión para monetizar.
Caracol Televisión ofreció más por los derechos televisivos que Señal Colombia, situación que a varios aficionados al ciclismo les indignó por el oportunismo. El canal contrató un gran equipo para las transmisiones, pero curiosamente a la estrella importada no la envió a Francia a cubrir, pues la mexicana Georgina Ruíz Sandoval comentó desde los estudios en Bogotá.
Otros medios como el canal RCN tuvieron enviados especiales. Fueron comunes las secciones exclusivas para el cubrimiento en los portales de internet. A medida que transcurrían las etapas y Cristopher Froome demostraba su superioridad, varios de esos espacios informativos, pusieron mayor presión a Quintana. El agrupador y curador Pulzo.com, basándose en artículos del periodista de El País de España Carlos Arribas se preguntaba ¿Por qué no atacas Nairo?
Los seguidores colombianos entraron en discusiones por redes sociales y en los espacios para comentarios de las noticias del Tour de Francia. Para algunos la actuación de Quintana era una decepción total, mientras que para otros había que valorar el simple hecho de ser protagonista de la carrera más importante del ciclismo en el mundo.
Una vez más los medios de comunicación se adaptaron a lo que el público quería ver, escuchar y leer. Nairo Quintana dejó de ser cuestionado, para reenfocar la información hacia un ¡Vamos Nairo por el podio! Ya no era malo estar cuarto en la clasificación general. Vinieron los reencauches y Pulzo.com publicó que Froome tenía menos logros que Quintana cuando el británico tenía 26 años -la edad actual del colombiano-, algo similar a lo que hace un año la página de internet de Señal Deportes había subido a la red. El portal que tantas veces nos ha sorprendido por temas frescos y creativos, ahora caía en la tendencia de la mayoría.
El triunfo de Jarlinson Pantano en la etapa 15, le permitió a Nairo tener un corto descanso de la sobredosis mediática que lo persiguió más que los mismos gregarios del Sky las pocas veces que intentó atacar. El líder del Movistar difícilmente podía subirse al bus tranquilo luego de cada larga y desgastante etapa.
¿Qué más podía decir Quintana? Él se limitaba a responder que aún quedaba mucha montaña, pero cuando tuvo que reconocer que no podría batir al gran campeón, y ante la insistencia de los periodistas colombianos, recurrió a un nuevo argumento: la alergia que no le permitía estar en plenitud de condiciones.
Al parecer a los medios colombianos nada les bastaba. Quien ha montado en bicicleta con alguna exigencia sabe que cuando da la ‘pálida’ o la ‘pájara’ se siente morir. La fuerza falla, el oxígeno falta, por lo que el organismo no trabaja normalmente. A algunos periodistas poco les interesa interpretar esas reacciones biológicas. Es más importante el rating o el tráfico de internet que la dignidad de un deportista.
Extraño aquella época de muchos televisores en blanco y negro, en la que en ocasiones había que adivinar cuál era el ciclista colombiano, y para profundizar la información era necesario esperar al siguiente día para comprar los periódicos. Cuando ganar poco era mucho para un país que estaba acostumbrado a perder, y la prensa lo valoraba al ´punto de convertirlo en patrimonio nacional. Curiosamente ahora que nuestro deporte ha crecido, los medios de comunicación -con mayores recursos tecnológicos y económicos que antes-, cubren las competencias con menor profesionalismo y respeto, tanto con nuestros representantes como con la audiencia.
Para el próximo Tour de Francia sería bueno que la prensa se desarrolle en la misma medida que nuestro ciclismo, y así como Nairo Quintana y Esteban Cháves lleguen con una preparación ideal para ser campeones en 2017, la información que nos llegue esté a la altura de las cimas galas.