La izquierda colombiana pareciera estar poseída por una suerte de maldición que le impide hacer lo elemental, lo que indica el sentido común, que es juntarse con los similares para transitar un camino con propósitos parecidos, que es lo que han hecho los humanos desde su evolución.
Mientras la derecha se unifica en un santiamén a la hora de defender sus intereses estratégicos, en la izquierda pulula la antropofagia, el canibalismo y la vendetta.
Mientras el país nacional, es decir, el pueblo, ve con buenos ojos las iniciativas políticas que apuntan a modernizar la nación, condensadas en el programa político de la Colombia Humana, en la lucha contra la corrupción y en el olvidado ideario de unidad, siguen persistiendo las talanqueras en la orilla izquierda.
Si lo elemental que es unirnos por cuestión de principios, de identidad y de táctica y estrategia no ha sido posible, hagámoslo por pragmática, por supervivencia.
En Barranquilla, el clan Char lleva 3 períodos en línea y llegará al cuarto si no existe un bloque unificado de los sectores de izquierda de la ciudad que se atreva sin ambages a hablarles de frente y sin tapujos, como tiene que ser.
He perdido la cuenta de cuál fue el último debate o postura política clara y bien definida que algún dirigente o partido de izquierda le haya planteado en una discusión pública a los señores Char.
Se confunde la alta popularidad del alcalde con intocabilidad.
Todos sabemos que no es un ser inmaculado, prístino e impoluto. Sabemos por el contrario que la ciudad está empeñada literalmente hasta el 2032, que la corrupción ha hecho multimillonarios a varios miembros de su gabinete, que no han acabado con la desigualdad social y económica sino que la han acrecentado —lo mismo con la inseguridad que es un dolor de cabeza para todos—, que las obras hechas son importantes y dignas de reconocimiento, pero que la ciudad necesita avanzar hacia la creación de oportunidades para todos los barranquilleros y no solo para que los amigos del alcalde se vayan a turistear a Miami.
En fin, hay que poner el debate donde es para que las cuentas que nos comienzan a acompañar crezcan significativamente de cara a las elecciones de 2019.
1. Elecciones 2011
- CONCEJO DISTRITAL
PDA: 16.153 votos
Verde: 8.616 votos
Total: 24.769 votos
- ALCALDÍA
Juan García: 113.281 votos
Antonio Bohórquez: 7.141 votos
Total: 120.422 votos
2. Elecciones 2015
- CONCEJO DISTRITAL
PDA: 27.535 votos
Verde: 15.886 votos
MAIS: 6.031 votos
UP: 1.589 votos
Total: 51.041 votos
- ALCALDÍA
Rafael Sánchez: 86.740 votos
Una simple unidad electoral en 2015 le hubiera significado a la izquierda 3 concejales, hoy existe 1 y es de la casa Char.
Interregno
En 4 años ha reinado el silencio, salvo contadas voces, que se han alzado para visibilizar temas de ciudad y liderar procesos sociales importantes, no obstante, han sido iniciativas individuales en su mayoría, no colectivas.
La firma del acuerdo de paz entre las Farc-Ep y el Estado colombiano quitó la venda que tenían los colombianos acerca de que el responsable de todos los males del país tenía un solo nombre: las Farc.
Este hecho político trascendental marcó el comienzo del cambio en la política nacional y puso la atención sobre nuevos liderazgos y nuevas propuestas que desde la orilla de la izquierda se venían gestando en el ámbito nacional, lo que permitió la obtención de la bancada parlamentaria alternativa más numerosa de la historia.
El famoso “techo” de Petro quedó hecho añicos con la votación de primera vuelta, con más de 4 millones 851 mil votos, de los cuales obtuvo en Barranquilla 188.171 votos. Fajardo y De la Calle obtuvieron 62.823 votos y 8.966 votos respectivamente.
En segunda vuelta, Petro obtuvo a nivel nacional 8.034.189 votos. Su guarismo en La Arenosa fue de 242.473 votos.
De los resultados electorales de Petro en primera y segunda vuelta en la ciudad, pueden colegirse varias reflexiones.
1. La ciudad ratifica su histórica inclinación democrática, su rechazo al centralismo y un castigo a candidaturas impuestas por las casas políticas, llama la atención la aplastante derrota que el candidato de los Char sufrió en primera vuelta.
2. Existe un cansancio hacia las viejas formas de hacer política y el anhelo de una renovación en la conducción de las instituciones del estado.
3. Las llamadas “ciudadanías libres”pueden derrotar a las maquinarias si se lo proponen, pues, no hubo en ninguno de los comandos de campaña de la “Colombia Humana” dinero ni logística para movilizar a tamaña cantidad de electores.
4. Si bien es cierto que las elecciones son disímiles entre sí y que los resultados no son extrapolables, podemos decir, que existe un fenómeno político que indica una ruptura entre la vieja política y un nuevo país que comienza a emerger, que en el caso que nos atañe en lo local, hay un viraje hacia el discurso que privilegia lo social, al ser humano, al bienestar colectivo, al medio ambiente, la generación de empleo, un sistema de transporte moderno y humanizado y las nuevas tecnologías para la creación de energías limpias, en resumen, hay un despertar que mira con entusiasmo nuestra aplazada entrada al siglo XXI.
5. Los Char son derrotables.
La votación de Petro es una referencia, no es un todo. Una referencia para reflexionar sobre lo que debemos hacer, lo que debemos decir y cómo decirlo.
Es una referencia para lograr en principio una unidad electoral en la conformación de las listas a Concejo, compuestas por los diversos sectores de izquierda de la ciudad, que nos permita dar un salto para existir como fuerzas políticas de peso, con voz y voto.
Este punto de partida nos debe convocar a la escogencia de nuestro/a candidato/a a la alcaldía de la ciudad por medio de una consulta abierta, que sirva para poner en el debate los temas ocultos por los medios de comunicación aliados del poder, los puntos que los barranquilleros y las barranquilleras necesitan escuchar y que urgen ser solucionados.
Una unidad electoral en principio, que nos permita ganar como mínimo 4 concejales y entrar en la disputa por el poder local en la alcaldía de Barranquilla.
Necesitamos una unidad electoral por nuestros principios.
