Las 120 familias asentadas en este territorio del norte de Caquetá han soportado diversos fenómenos culturales, políticos y económicos. Además, tienen una historia que ha sido contada de manera casi errónea, incluso por los mismos doncellenses. Con eso en mente, para hablar de agroturismo comunitario en Maguaré, hay que reescribir el cuento.
Los caucheros, a partir de sus relatos y de la estructura que los asocia como organización legal, quieren contar al país y el mundo por qué son pioneros en el cultivo y la producción de caucho. Una estrategia agraria que parte de la década de los 60, cuando liberales y godos se perseguían a muerte, pero encontraron en Maguaré la labor que dignificó sus vidas a través del látex de un “árbol que tiene sangre blanca como los dioses”. Además, se destaca el reflejo de la humanización de un episodio triste, como lo fue la avaricia y el genocidio de la conquista del caucho en la Amazonía.
A pesar de los altibajos que ha tenido que sufrir el sector por las políticas de globalización, apertura económica y los declives de los precios, ya han pasado dos generaciones que resistieron a fenómenos sociales como la cultura cocalera y la influencia de los grupos armados, especialmente las Farc; manteniendo como bandera el arraigo y la incidencia familiar en la cultura productiva lícita.
Aún cuando la recesión de las economías que favorecen la industria cauchera en el mundo no da señales de recuperación, las familias pioneras del caucho en Colombia se resisten a dejarse vencer por el escepticismo y le juegan una carta más al cultivo de caucho como una alternativa de inclusión social a partir del turismo comunitario sostenible. Además, soportado en el embrujo de sus historias, el juego de la biodiversidad y las bondades sociales y productivas se lanza un salvavidas a esta labor tradicional.
Al día de hoy, Maguaré se ha organizado como Corporación Agroturística Comunitaria (Coracoma), conformada por las 120 familias del territorio y articulada por 3 asociaciones como son el Comité de Caucheros del Doncello, Asociación de Mujeres “Mujer Capaz” y la Junta de Acción Comunal de esta inspección. En este proceso también se ha contado con actores directos como la Alcaldía Municipal, la Cooperación Alemana GIZ y el mismo gremio de caucheros a través de su junta directiva. Al final, es así como nuevamente, viejos, jóvenes, niños mujeres y hombres se dan cita y deciden actuar para mantener viva la esperanza, herencia de los abuelos.