La pasión de Donald Trump por el golf supera cualquier interés por la política. Hace unos días, amargado todavía por la derrota en las elecciones presidenciales con Joe Biden, el todavía presidente hizo una breve aparición en la cumbre virtual del G 20 organizada por Arabia Saudita, uno de sus aliados más fieles y devotos. Después de hablar Trump se desentendió del asunto y llamó al secretario del tesoro, Steven Mnuchin, para que lo reemplazara en una cumbre en donde asistían los líderes más importantes del mundo. El afán del presidente era viajar a Virginia, a uno de sus campos, para liberar la tensión de las últimas semanas pegándole a la pelotica. Al llegar al lugar cientos de manifestantes se agolpaban afuera. Querían saludarlo. Incluso uno llevaba una pancarta que decía “cuatro años más”.
Cada vez que su agenda se lo permitía, Donald Trump volaba a alguno de los 17 campos de golf que tiene en Estados Unidos, en Dubai, Dublin o Edinburgo. En Escocia, justamente, el aún presidente de los Estados Unidos, acaba de adquirir dos campos más. El acoplamiento del campo generó una polémica entre ambientalistas. El campo se llama MacLeod y está ubicado en la ciudad de Aberdeen. Mary Anne MacLeod era el nombre que tenía la mamá de Trump. Será hecho en honor a su memoria. Los habitantes de esa ciudad escocesa protestaron abiertamente por la pérdida del espacio público y el impacto que tendría en el suministro del agua. Eso en realidad poco o nada le importa al hombre que sacó a Estados Unidos del pacto de París. Incluso los habitantes de Aberdeen protestaron clavando banderas mexicanas en sus campos. Trump viajó para hablar con el consejo local y allí tuvo un cruce de palabras con un granjero de la zona a quien el presidente llamó “idiota de pueblo que vives en una pocilga de cerdos”. El granjero le contestó con firmeza “tu eres un payaso de Nueva York”
Los tres campos de golf que tiene Trump en Nueva Jersey, llamados Bedminster, Colts Neck y Pine Hill, generaron en el 2019 30 millones de dólares en ganancia. Trump tiene un patrimonio 3.700 millones de dólares repartidos en más de una veintena de países. El magnate aglutina más de 500 empresas. Los campos de golf son su juguete favorito.
En el año 2014, dos años antes de ser presidente de los Estados Unidos Donald Trump desembolsó 60 millones de dólares para comprar los míticos campos de Turnberry quienes habían sido escenario de algunos British Open.
Trump ha sido durante buena parte de su vida un fanático del golf. Es tanta la pasión que se enteró, el sábado 7 de noviembre, mientras regresaba a la Casa Blanca después de estar jugando golf en Sterling Virginia. En mayo de este año, cuando la pandemia azotaba con toda su crudeza a los Estados Unidos, se fue a ese campo en Virginia sin importarle que días antes se había reunido en Mar-a-Lago con Jair Bolsonaro quien en ese momento acababa de dar positivo por COVID 19. Esa partida la publicó en su Twitter:
Hey you have time to golf? @realDonaldTrump pic.twitter.com/GohpmbL0Lf
— Jean (@ljlolaj) May 23, 2020
Trump por ahora espera comprar dos campos más en Escocia e intenta desahogar su tristeza por perder las elecciones de Estados Unidos.
