El triunfalismo de Petro es merecido. Ha hecho una excelente campaña en solitario manejando las comunicaciones con maestría. Pone los titulares que generan el debate, administra las crisis sin profundizarlas, poco a poco espanta los miedos de la clase media, la derecha y los empresarios y reparte esperanza de cambio en las plazas públicas. Ante cada adhesión sospechosa de clientelismo, paramilitarismo, oportunismo, tiene la perfecta justificación: suman votos para ganar por primera vez a la derecha. Sus encuentros con Zapatero, Sánchez y Podemos, le da trazos de estadista, aunque le falta escapar de las sombras de Chávez y Maduro, el gran temor de los electores, porque el papa Francisco aclaró que Petro no es un demonio. A pesar de los aciertos, el candidato sigue rondando el 30 %, una cifra insuficiente para ganar y tiene todavía retos serios por superar. Sin embargo, la derecha todavía duerme.
Los más optimistas esperan que el despertador sacuda a los goditos el 13 de marzo. Asustados como todos los que se levantan tarde, empujarán las sólidas maquinarias de los capos regionales bien dotadas de recursos oficiales, a votar tanto por sus congresistas como en la consulta del Equipo Colombia (Peñalosa, Char, Gutiérrez…) en la que sumarán votos de Cambo Radical, el Partido Conservador y algo del liberal del César. Todos son electores antipetro. En el Congreso, esperan superar con facilidad el 50 % y si logran que su electorado mecánico pida la papeleta de la consulta, sacarán el doble que la autoconsulta de Petro. Entonces el panorama cambiaría sustancialmente y el triunfalismo de la izquierda histórica empezará a aterrizar y a entender -como si lo sabe Petro- que con el 30 % no gana.
Petro puede sumar más si logra resolver la animadversión con las mujeres y convertir el apoyo de la rebeldía juvenil en votos reales. En todos los sondeos las mujeres lo desfavorecen por bastantes puntos. En tiempos del @metoo el maltrato a Angela María Robledo y el desgaste en la conformación de la lista paritaria y la ausencia de mujeres que destaquen en su entorno y sin un discurso de género notorio y consistente, irradia la imagen del izquierdista machista tipo Correa, Chávez o Castro. O Petro se moderniza y reconoce que las mujeres tienen mucho que aportar en un gobierno de cambio, o pierde este electorado necesario. También enfrenta un reto de logística: lograr que los jóvenes vayan a conocer las urnas. La campaña debe mostrarles donde se ubica su urna, cómo llegar, ver quien lo acompaña (solos da pereza), proveerlo de sánduches, poner puntos de concentración para vigilar, agitar y celebrar, y llevar guaro para bailar o llorar. En Bogotá donde Petro desplazó a Fajardo no tendrá dificultades pero en el resto del país sus maquinarias son limitadas. Y le falta despejar el camino con los empresarios, porque el apoyo de Gilinski aun como socio mayoritario del GEA, no es suficiente para generar la confianza capitalista que requiere.
________________________________________________________________________________
Fajardo, cada día más abajo en imagen, no tiene electorado donde crecer, perdió su capacidad de ser la esperanza sensata de cambio y nunca aceptó que la tarea de un líder es liderar
________________________________________________________________________________
De otra parte, en el juego de las consultas en la que hasta ahora ha sido también un maestro pionero, también se pueden dar sorpresas. De la consulta de la Esperanza, es probable que surja un candidato tan bueno como débil. Debiera ganar Fajardo, con sus treinta años de antipolítico, pero Galán y Gaviria el bueno han dado una gran batalla. Lo ideal sería que Alejandro Gaviria triunfara porque inspira a la clase media moderna con potencial para crecer. En cambio Fajardo, cada día más abajo en imagen, no tiene electorado donde crecer, perdió su capacidad de ser la esperanza sensata de cambio y nunca aceptó que la tarea de un líder es liderar. Los esperanzados, ocupados en la mecánica que construyeron no se han dado cuenta que Petro los desplazó hasta en Bogotá donde estaba su fortín electoral. De todas formas aunque vote el liberalismo en esta consulta, el resultado será malo, por debajo de goditos y petristas. Llegarán a primera vuelta en la polarización derecha-izquierda y serán el centro de la batalla por el desprese de su electorado, mayoritariamente derechista y antipetrista.
En la primera vuelta la derecha regional enfrentará a Ingrid, Zuluaga, Barguil y Hernández. Entre los cuatro, el santandereano millonario que juega libre como Petro tiene buenas ventaja. Char solo es fuerte en una parte de la costa Caribe porque Petro se lleva el 40 % de este electorado y en el resto del país tiene escasa simpatía aún. De manera que es difícil que le gane a Hernández que éste muy fuerte en Oriente y suma en otras regiones donde es simpático con su postura anticorrupción y su desfachatez antiestablecimiento político tomada de Trump. Zuluaga seguirá en su lucha por que los uribistas crean en él, tarea que se ve imposible sobre todo porque los uribistas están cansados del fracaso del que “diga Uribe”. Ingrid probablemente desaparezca en el camino y Barguil, como buen conservador se sumará al más seguro ganador para conservar las cuotas que los mantiene vigentes. De manera que la tarea de Petro tiene todavía un trecho duro por recorrer.
