Frente a la crisis mundial generada por la Pandemia del COVID-19 o Coronavirus, expongo mis pensamientos, basados solo en mis propios análisis del mercado y los conocimientos que tengo en Geopolítica. No voy a entrar a argumentar teorías conspirativas y menos caer en cuestiones que mencionan el acomodamiento de un nuevo orden mundial.
Ante sala a mis pensamientos, debo decir que en mi calidad de economista defiendo a capa y espada el modo de producción capitalista y soy férreo defensor del modelo económico neoliberal, creo en la economía del libre mercado y considero fundamental apoyar la iniciativa privada como motor de crecimiento y desarrollo económico.
En los últimos años, por la mala aplicación de las políticas gubernamentales en el mundo, se ha generado un gran inconformismo hacia el Capitalismo y se ha abogado en todos los países por pasar a un socialismo Moderado, es decir cambiar de modelo económico y entrarse en unas teorías que llaman de “centro” cuestión que no existe para mí. O se es de derecha o de izquierda.
En la esfera global las personas, se impregnan de nuevos pensamientos políticos, económicos y culturales, y religiosos, a saber: Ideología de Género, feminismo, socialismo moderado, apoyo al medio ambiente, islamismo, no a la iglesia católica por sus posturas conservadoras y próvida.
Para el año 2016, asume el poder del imperio un hombre de pensamiento capitalista a ultranza y de inmediato en toda la esfera terrestre se le hace una férrea oposición, incluso en su mismo país y los propios amigos de partido político querían birlarle la presidencia a Donald Trump. Al iniciar su mandato y exponer sus políticas económicas, su inclinación de contradictor del calentamiento global y lineamientos capitalistas, conservadores y de defensa nacionalista extremos, choca algunos dueños de grandes poderes a nivel mundial y entre ellos George Soros (Magnate, de pensamiento socialista moderado) quien de inmediato, con otros poderosos del planeta lo quieren sacar del juego político.
La aplicación de las políticas económicas de Mr Trump, son sumamente exitosas y prácticamente le aseguran su reelección. Además, recupera y despierta en los estadounidenses su fervor nacional apoyado en sus directrices intervencionista y de aplastamiento a Irán, Venezuela y Corea del Norte.
Las nuevas tecnologías de información permiten a las personas estar más informadas unirse para defender sus causas sociales y se organizan en un corto tiempo y sin mayores costos económicos.
Cansados de las malas prácticas en la aplicación de las políticas del capitalismo los ciudadanos en el mundo se alzan en un fervor nunca visto y en toda la esfera terrestre se incrementan marchas de todo tipo: En Francia y Europa los chalecos amarillos, en Europa los movimientos feministas, en Usa las protestas anti inmigración; en Asia, la china, Hong Kong marchas contra la opresión de libertades personales; así mismo en Rusia y los países árabes, américa latina descontento por la corrupción de los gobernantes; también en el mundo descontento por la religión católica y los casos de abuso sexual, es decir, las personas cansadas de la opresión y la desigualdad y se da:
- Protesta social
- Movimientos feministas y LGTBI
- Crecimiento del islam
- Tendencias abortistas
- Defensores de medio ambiente y amor por el planeta.
La gran potencia manejada por un gran capitalista es el enemigo de los poderos que apoyan e incentivan a través de los medios de comunicación el inconformismo popular y necesitan sacarlo.
Así es, queridos lectores, el virus propagado en todo el mundo garantizó un cambio social, político y económico que le certifica a los mismo que manejan el poder conservarlo y sacar del medio a quien se les había convertido en una piedra dentro del zapato. Por el Covid-19:
- Cayeron los mercados y las empresas al borde de la quiebra venden sus acciones a bajo precio (aprovechan los chinos).
- Paran las fábricas y baja la producción mundial y por lo tanto se da una sobre oferta del petróleo cayendo su precio a menos de 30 dólares, aprovecha Rusia y compra toda la producción garantizándole convertirse en el tercer país con mayores reservas de este.
- Se acaba con la protesta social y se limitan las libertades de las personas en todo el mundo, quienes atemorizados se someten voluntariamente a las políticas de los grandes magnates.
- Se acaba con los postulados religiosos y de fe, menguando a la iglesia católica que, en vez de promover el amor y la confianza en el Santísimo, se achicopala y sigue el juego de los que la quieren acabarla.
Finalmente, falla el capitalismo, pierde Trump y de seguro quizás ya no volverá a ser reelegido. Con un virus lograron más cosas que ni ellos imaginaban, lo único que fue necesario que los chinos sacrificaran unos cuantos ancianos que ya no les servían y acabaron con la economía, la política capitalista y la religión católica.
Posdata:
En Colombia Iván duque, por fin se dio cuenta de que la oposición y los enemigos de Uribe, representados en sus alcaldes y gobernadores estaban ganándole el poder y de hecho así fue.
Contextualicemos, el presidente tiene tres funciones fundamentales:
- Garantizar el orden público
- El manejo de las relaciones internacionales
- Manejo de las fuerzas armadas
- Y manejo de la economía.
Duque, por miedo a las protestas sociales y por su tibieza, el año pasado entregó por decreto a sus enemigos el garantizar el orden público.
Hoy, en tiempos de Coronavirus, sus opositores utilizaron esa arma y le dejaron valiendo ante la opinión popular un culo. Se le anticiparon y tomaron medidas de toque de queda y parálisis de las ciudades; es decir, le acabaron con la economía del país.
Hoy quiso retomar su poder y le salió tan mal, que hasta le cuesta reconocer que la oposición lo aplasto.
Considero que para quedar bien ante la opinión pública y recuperar su poder debe, inmediatamente:
- Decretar cuarentena en el territorio nacional.
- Decretar toque de queda a nivel nacional.
Así recupera su arma, queda bien y enmienda un poco su error, que cambie también de asesores y logra a la luz de la prevención del famoso Coronavirus recuperar un poco de favoritismo de la opinión publica.