A lo largo y ancho del país, Germán Vargas Lleras fue haciendo alianzas con las casas políticas, que no dudaron en prometerle los votos necesarios para convertirse en el reemplazo de Juan Manuel Santos. Sin embargo, la maquinaria se le estancó y el exvicepresidente no logro sacar ni siquiera millón y medio de votos. En ninguno de los departamentos de la Costa Caribe, región que cualquier político quiere conquistar por el botín electoral que hay en juego, sacó un buen resultado y Gustavo Petro e Iván Duque se repartieron los departamentos por igual. Aunque la mayoría de caciques iban con Cambio Radical, Vargas Lleras también dejó viendo chisperos a otros que logró amarrar en el Partido Conservador, liberal y en La U.
La familia Char, que domina la política en el Atlántico y puso cuatro senadores y cuatro representantes en las últimas elecciones legislativas, era la gran aliada de Vargas Lleras en la Costa. El alcalde de Barranquilla, Alex Char, logró armar una bancada propia dentro del mismo Cambio Radical que le responden principalmente a él. Pero no pasó lo mismo con Vargas. En el departamento, obtuvo la tercera votación con los Char listos para moverse hacia otras toldas.
En la Costa también contaba con el apoyo del clan Cotes, que se convirtió en la ficha clave para mover los votos en el Magdalena. Con el ‘Mello’ Cotes a la cabeza y dirigiendo la campaña en el departamento, el jefe de Cambio Radical le apuntó a los 300.000 votos que tenían en la gobernación con la tía del ‘Mello’, Rosa Cotes, quien heredó el puesto de su sobrino en las últimas elecciones regionales. Al final, Vargas Lleras solo obtuvo 70.000 votos mientras que Duque lo dobló en el resultado.
El exvicepresidente estaba seguro de salir vencedor en La Guajira, donde la maquinaria mueve todos los votos. Pero no logró sacar ni siquiera 20.000 votos frente a los 76.000 de Duque y los 85.000 de Petro. En el departamento ya se están moviendo hacia las toldas del candidato uribista y ya habrían llegado varios jefes políticos detenidos como Jorge Pérez, Chema Ballesteros y Cielo Redondo, la baronesa de Uribia, todos con investigaciones abiertas por supuestamente haber hecho parte de unos desfalcos presupuestales.
Lo mismo pasó con el clan Gnecco en Cesar y la gente de Álvaro ‘El Gordo’ García en Sucre. Los primeros lograron sacar de senador de Cambio Radical a Didier Lobo Chinchilla y a José Alfredo Gnecco en La U, por lo que tienen a dónde migrar con la derrota de Vargas; mientras que la familia García perdió fuerza desde que se quedaron sin una curul en el Congreso porque Teresita García, hermana Álvaro García, no logró poner a su hija Juliana Escalante.
Aunque Vargas Lleras tuvo una gran manifestación en Cúcuta, ciudad en la que el exalcalde Ramiro Suárez todavía mueve fichas desde la cárcel, haciendo reuniones por Skype en su celda, no se vio el mismo apoyo que tuvo en su última visita a la ciudad, a pesar de que el actual alcalde es el hombre clave de Suárez. Ahora desde La Picota, el exalcalde, condenado por asesinato, anunció su apoyo a Iván Duque a través de un hombre que leyó su comunicado en pleno centro de Cúcuta: “No tenemos otro palo con qué ahorcarnos que votar por Duque”.
En el centro del país el exgobernador Hugo Aguilar, condenado por parapolítica, tenía jugando para Vargas a su hijo Richard, que logró una alta votación para el Senado y le sumó otra curul a Cambio Radical. El partido, que fue el que más creció en el Congreso en comparación a las votaciones de hace cuatro años, demostró que las maquinarias ya no mueven los respaldos que supuestamente los caciques regionales ofrecen como garantía.
Ahora Germán Vargas Lleras decidió moverse hacia la campaña de Iván Duque, y el partido le siguió la cuerda a su jefe natural. El uribismo ya ha logrado recoger el apoyo de los liberales, conservadores, la U y ahora Cambio Radical con otros duros dirigentes que pueden sumar algo en la segunda vuelta. Sin embargo, queda claro que la maquinaria puede fallar y los deja como los grandes electores que ahora nadie quiere voltear a mirar.
