Al leer “Por qué fracasan los países” de Acemoglu y Robinson encontré como el sacerdote William Lee creador del telar en el año 1589, visito a Isabel I para mostrarle los beneficios de su invento y solicitarle una patente. La respuesta de la reina fue “Apuntáis alto, maestro Lee. Considerad qué podría hacer esta invención a mis pobres súbditos. Sin duda, sería su ruina, al privarles de empleo y convertirlos en mendigos”.
Esa respuesta bastante desalentadora, la hallé hace algunos años en una Entidad Promotora de Salud donde laboré al plantear la posibilidad de realizar consultas médicas virtuales a través de aplicativos por celular. ¡Oh! sorpresa no era posible por normatividad y el desinterés de mi jefe fue garrafal. Me enfrenté de esta forma a la destrucción innovadora y creativa que a muchos nos ha tocado, agachamos la cabeza y dejamos dormir nuestro espíritu innovador o alzamos vuelo y buscamos nuestros sueños en otro lugar. Debemos romper los paradigmas.
A alguien en el Ministerio de Salud y de Protección Social se contagió de ese espíritu innovador y creativo plasmado en la Resolución 2654 del 3 de octubre del 2019 donde se expiden las disposiciones sobre telesalud permitiendo la teleorientación y el teleapoyo ¡algo inexistente para antes de dicha fecha! lo anterior, sin prever lo que se nos venía encima ¡una Pandemia! ¡cosas del destino!
La llegada del Covid-19 aceleró el futuro de la salud, ahora bajo la exigencia y la presión de seguir en el mercado, han llevado a que pueda acceder a citas virtuales con el especialista, que me tomen exámenes ambulatoriamente en mi casa, me comunico con mi médico a través de mi celular, puedo pagar el copago virtual (cualquier mecanismo de pago). ¡Imagínense! Los servicios ambulatorios están prácticamente vacíos, algunos cerrados, amigos colegas de la medicina que no atienden la pandemia los han enviado a sus casas con licencia no remunerada, el perfil epidemiológico ha cambiado de sobremanera en estos dos meses, realmente el Covid-19 ha sido un terremoto en todos los sectores para bien o como mal, en otras palabras ¡nos tocó por obligación subirnos al tren de la tecnología! Algo impensable hasta hace poco.
Seguiré insistiendo que el futuro no está en construir más servicios presenciales ambulatorios, sucede a lo largo de la autopista norte de Bogotá desde Los Héroes hasta la calle 170 ¡infraestructura que será subutilizada en los próximos años! definitivamente el talento humano tendrá que relacionarse de otra forma con los pacientes y es a través de la tecnología móviles, plataformas, aplicativos, entre otros. Es un llamado a reinventarnos, los enfermos no tendrán que ir por las ordenes medicas como ocurre hoy en día, le llegará los medicamentos a domicilio por Rappi ¡qué locura pensaban hace un lustro! Los médicos de Atención Primaria saldrán de esas cuatro paredes en las cuales se deben realizar 6.000 consultas anuales. ¡Ahora sí! ¡Salud en su Casa!
Bienvenidos por obligación.
