Quizá lo necesitábamos era una forma de volver a valorar lo que pasábamos por encima, quizá era una forma de salvar al mundo o quizá era una forma de empezar una nueva guerra biológica. Hay razones por las cuales esta veintena llamada cuarentena es necesaria, desde el ámbito médico sobre todo porque si no nos cuidamos, exponemos a todo nuestro núcleo y ese núcleo deja de serlo.
Desde que estamos en confinamiento, recuperamos un valor o le devolvimos el valor a lo que teníamos en una semana normal; una salida a tomar una cerveza a fuera de la universidad, una cita con un nuevo amor, una reunión familiar o quizá también recuperamos lugares de la casa que por estar fuera de ella, olvidamos o simplemente pasamos por alto, como la cocina para hacer una charla, nuevamente una comida en familia tarde, porque hasta el horario se modifica; almorzamos a las 3 p.m. desayunamos a las 10 a.m. y dormimos a las 3 a.m..
Un descanso merecido, luego de una rutina desgastante para unos pero para muchos no es descanso; para otros el descanso no es una opción física y mucho menos económica. Las realidades en esta cuarentena han sido tan distintas que nos han puesto nuevamente, ante los ojos lo que omitimos en un bus; las personas que viven en un arriendo, los que pagan a diario para poder dormir, las personas que viven de la informalidad o del día a día pero que la capacidad -curiosamente- del colombiano es reinventarse; es “re-buscarse”, buscar la forma de sobrevivir que al final es lo que se hace en la semana rutinaria para estas personas.
Aunque más allá de rebuscarse, el colombiano saca a flor desde su ventana, la esencia de nosotros y -nuevamente- recuperamos; la empatía y la solidaridad; si bien hay focos de inseguridad en el país, salir adelante con la máquina de coser de la abuela, tela, cauchos y un empaque plástico es una forma tan bonita que solo el acto de hacerlo, te hace ser parte de la solución, que en realidad, desde nuestra casa todos estamos haciendo parte de ella y el contraste se hace menos notorio y en lo personal, siento que cada uno se siente mejor con lo que el otro hace.
Todas las noticias, los sucesos en el mundo; terremotos, erupciones de volcanes, más gente con Covid-19; todo este contexto turbio y que parece que no para son una razón para despejarnos un poco del presente que hoy nos aqueja y del pasado, recordando en familia lo que pasó hace unas semanas, hace unos años por medio de fotografías y hoy sean un motor para esa metáfora maleable que diría Mario Mendoza.
La casa se convirtió en una casa del tiempo; planear y recordar son los pasatiempos más enriquecedores de la vida misma que descuidamos por andar trabajando, estudiando; dejando la vida en un trancón de tráfico en hora pico y que si bien son rutina, nos dimos cuenta que la vida es tan rica siendo inmaterial se vive mejor con un poco de bien material.