A las extorsiones en algunas casas de los habitantes del municipio de Bello, el toque de queda en algunos lugares y la zozobra por la situación de inseguridad, se suman los cerca de 60 homicidios que han ocurrido hasta el quinto mes del 2019.
Para el coordinador de la mesa de derechos humanos del Valle de Aburrá, Humberto Tobón Layos, la situación se debe a que: “Es una mafia enquistada en el Estado desde hace muchos años y no existen políticas del gobierno para entrar a estudiar y determinar a los responsables, y de esta manera pensarse una paz urbana. Las extorsiones están en su momento más álgido: control de precios frente a la canasta familiar, hay que pagar la extorsión de vivienda en algunos sectores, por los servicios domiciliarios y en este momento está más fuerte la situación en el municipio”.
Por eso esta organización de la sociedad civil convocó a una actividad por la defensa de la vida, el viernes 24 de mayo como un llamado a que nos movilicemos, a que se construya una asamblea permanente y a que la clase dirigente se solidarice y que no se alimente de la carroñera de la guerra para perpetuarse en el poder.
José Luis Guillermo, defensor de derechos humanos, afirma que conoció desde niño a muchos de los pelados que hoy están delinquiendo en el municipio de Bello. Aseguró que “tienen vuelto “mierda” el municipio, por eso mediante esta manifestación le pedimos a las autoridades que no anden enmascarados y con pasamontañas por las calles de Bello, ninguno debe tener miedo de mostrar la cara”.
En segunda instancia le pidieron a los “muchachos” que muestren escenarios de paz. Hicieron un llamado a los Pachelly, a los Mesa y a los de Camacol a que cesen el conflicto que llevan desde hace 30 años.
El análisis de los líderes sociales es que mientras no haya inversión social, los actores armados no hagan acciones voluntarias de construcción de paz y las autoridades no se comprometan a hacer parte de la solución, el conflicto no cesará y continuará agudizándose cada vez más.
“Tanta maldad que hay en las calles, no les importa, no pasa nada… me duele mi país, me duele mi raíz, quiénes somos. Se nos olvidó: podemos correr, podemos luchar, podemos ser un pueblo. Veo hasta los árboles morir, sangre corriendo por sus raíces, sangre tan inocente, sangre tan NN, ¿quién pondrá las botas al revés? Me duele mi país, me duele mi raíz, quiénes somos…”, la música que cantó el grupo Capella emocionando a quienes sienten el conflicto en el municipio de Bello.
