Resulta curiosa la manera apresurada en la que el Concejo de Barranquilla aprobó el plan distrital de desarrollo 2016-2019, sin presentar mayores aportes o apreciaciones al mismo, a pesar de existir bancadas de seis partidos diferentes en el seno de esta corporación.
No es extraño que la maquinaria que posee la familia Char haya conseguido las mayorías necesarias para poder aprobar el plan sin mayores dificultades. Lo realmente insólito es que no se haya escuchado ni una sola voz disidente ante la presentación de un plan que contempla un incremento del 146% el presupuesto de la ciudad, con respecto al que tenía vigencia hasta el año pasado. Estamos hablando de un salto de 7 billones de pesos ejecutados entre el 2012 y el 2015 a 17.2 billones presupuestados para el cuatrienio entrante.
Este hecho no solo expresa la hegemonía que posee esta casa política en el distrito, también demuestra la ambición de ésta por hacer -y deshacer- con los dineros de las arcas públicas de la ciudad, cargando de esta manera el peso de sus aspiraciones políticas sobre los hombros de los barranquilleros y sus bolsillos.
Una pregunta apenas racional al observar el cuantioso incremento del presupuesto distrital es ¿De dónde saldrán los dineros que harán viable la ejecución de tan ambicioso plan? La respuesta a esta pregunta aun es difusa, pero lo que deja ver el plan financiero de Char es que los ingresos tributarios se incrementan en más de 2.1 billones a lo largo de la vigencia, es decir, los barranquilleros tendrán que enfrentarse a un alza tributaria que medida en términos nominales se aproxima a un incremento de 96%.
El insaciable plan de desarrollo se concatena con el lanzamiento –no oficial- de la campaña presidencial de German Vargas Lleras, realizado en el marco del cumpleaños del alcalde de la arenosa, que conjugado con el nombramiento de Elsa Noguera (candidata a la vicepresidencia como fórmula de Lleras en 2010, y alcaldesa en cuerpo ajeno de Char durante la alcaldía pasada) en la cartera de vivienda tras el reciente “revolcón” que Santos dio a su gabinete, configuran un escenario pre electoral en el cual barranquilla resulta bastión político y financiero de la campaña de Cambio Radical.
Es evidente que el apoyo ciego de la corporación al plan de desarrollo de la campaña Llerista, demuestra el talante clientelar que carcome al concejo y que hace de los cabildantes unos viles negociantes de favores políticos que hoy han puesto a pagar a los barranquilleros la campaña presidencial de Vargas Lleras a cambio de pelechar de los jugosos contratos que hoy hacen que Barranquilla pase de “Capital de Vida” a Capital de Corrupción. Solo un revolcón (similar al ocurrido en Bogotá con el carrusel de la contratación) permitirá depurar medianamente las instituciones, para poder avanzar hacia una ciudad social y humana.
@w_alexander_a