La conmemoración de los 30 años de la Asociación de Estados del Caribe en Cartagena fue un recordatorio del rol crucial de la integración regional en el desarrollo del Gran Caribe. En este marco, la conferencia del Dr. Sergio Díaz-Granados, Presidente Ejecutivo de la CAF, destacó cómo los bancos de desarrollo se han convertido en piezas clave para impulsar esta integración. Cartagena, como puerto histórico y ciudad en constante transformación, se erige como un ejemplo de las oportunidades y desafíos que enfrenta la región. ¿Cómo podemos aprovechar al máximo estas oportunidades y superar los desafíos? Con sus palabras de cierre, “aquí nadie se salva solo”, el Dr. Díaz-Granados subrayó la importancia de la cooperación regional para afrontar los desafíos del futuro.
Entender de dónde venimos, dónde estamos y cuales son los desafíos a futuro, esta fue la máxima que encerró su intervención. Destacó el rol de la CAF, que comenzó como la Corporación Andina de Fomento y ha evolucionado hacia un Banco de Desarrollo enfocado en financiar proyectos que promueven la integración del Caribe insular y continental. Entre sus objetivos para 2026, mencionó la ampliación geográfica y el fortalecimiento de alianzas con otros bancos, además de duplicar su cartera de préstamos. Hoy cuentan con el mejor rating crediticio de su historia, están esperanzados pero entienden que nada se lleva a cabo sin una estrategia, aunque es difícil de plantear debido a la heterogeneidad de la región, se tiene la capacidad de corregir y no repetir los errores de los últimos treinta años.
Dentro de su actual estrategia, destacó dos prioridades fundamentales: ser un banco verde, porque “la región enfrenta el golpe del cambio climático y las inclemencias de su desajuste”, y ser un banco inclusivo, con especial atención a los jóvenes, quienes enfrentan una "crisis de esperanza", con casi el 30% desconfiando de la democracia. Es sin duda un reto tener la confianza de cada persona que integra la región, pero es esencial para lograr un futuro más equitativo. Para ello, la CAF está desarrollando proyectos que buscan fortalecer el vínculo entre los jóvenes y las instituciones, colaborando con universidades y centros especializados en la formación de líderes.
Se abordaron los desafíos económicos, fiscales y ambientales, subrayando la necesidad de una mayor resiliencia energética en la región. Prometió que cada dólar invertido por la CAF se multiplicará por cuatro o seis, retornando a los países para impulsar su crecimiento. Señaló que “el banco de hoy es la mitad de lo que será en 2030”, pero reconoció que aún debe crecer para enfrentar los retos que la región plantea. En un contexto donde las crisis ambientales y fiscales impactan de manera desproporcionada, la labor de los bancos de desarrollo será crucial para construir una región más inclusiva, resiliente y sostenible. Solo con una visión compartida y un trabajo conjunto se podrá transformar el potencial del Gran Caribe en una realidad tangible para sus habitantes.
