Los ansiosos llevamos la protesta en el sistema nervioso

Los ansiosos llevamos la protesta en el sistema nervioso

"¡No les digan a los jóvenes que así no se protesta porque así tampoco se gobierna!"

Por: Carlos Santacoloma
julio 28, 2021
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Los ansiosos llevamos la protesta en el sistema nervioso
Foto: Las2orillas / Leonel Cordero

Hacer comentarios en redes sociales es bastante divertido. Intento ser respetuoso y trato de “don” y “doña” a quienes me responden, generalmente, insultándome. Me gusta responder con argumentos y con enlaces para soportar lo dicho, pero en situaciones extremas, al “don” y a la “doña” les encimo un “¡no sean tan imbéciles!”.

Es divertido, decía, porque la ruta es entrar a ver la foto de perfil para responder en consecuencia. Me han dicho “viejito cállese” o “cuchito, vaya acuéstese.” Por la barba, no me bajan de guerrillero, comunista, petrista y chirrete. Sin duda, uno de los insultos más creativos es decirle “izmierda” a la izquierda. El caso es que el colombiano promedio culpa del mierdero en que estamos a los que nunca han gobernado. Como si no fuéramos el segundo país más corrupto y más inequitativo de la región, después de Haití.

Sobre el paro nacional se ha dicho casi todo. La dolorosa muerte de un bebé en una ambulancia a la que un bloqueo, ilegal e inaceptable, no dejó salir de Buenaventura pudo haberse evitado si, para empezar, el puerto tuviera un hospital de primer nivel, digno del “principal puerto del país”. Calmadas las aguas del paro, es oportuno enfocarnos más en nuestras prioridades, como la falta de hospitales, por ejemplo, y menos en culpar al paro, originado, entre otros, por el abandono en que está Buenaventura, gracias a 200 años de saqueos. Y claro, al hecho innegable que el orden mundial establecido -insostenible y no sustentable, venía cojeando, y que la pandemia solo aceleró su desplome.

En el otro extremo están los insultos de los viejitos chirretes contra los jóvenes (que alguien me cuente qué significa “chirrete”). Subestiman a la generación más informada y más brillante que haya parido este pastizal, y la irrespetan cuando preguntan quién financia su descontento. Me gusta pensar, con Gabriel Silva Luján, “que los inconformes y los desafiantes son el verdadero motor de la historia.”

Escuchen a los jóvenes. Sin prejuicios. Pareciera que los grandes olvidaron el ímpetu que traen los 17, y las ganas de cambiar el mundo que sentimos a los 19. Yo sí me acuerdo, pero no soy referencia: los ansiosos llevamos la protesta en el sistema nervioso.

¡No les digan a los jóvenes que así no se protesta porque así tampoco se gobierna!

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