"El hombre moderno ya no ve en la naturaleza el sentido divino y se siente perfectamente libre de comportarse como un poderoso conquistador y tirano" —Aldous Huxley
¿Son realmente conscientes los animales?, ¿los animales no humanos poseen conocimiento de sí mismos, de su realidad, de su entorno, de lo que perciben o son meras especulaciones del animal racional para no sentirse tan especial en este mundo?, ¿son verdaderos ejemplos de pensamiento complejo?, ¿realmente entienden conceptos abstractos?, ¿es su mente tan distinta de la nuestra? Estas y muchas más cuestiones son las que tratan de resolver los investigadores del documental Animal Minds. Para esto evaluaron la sensación, percepción, imágenes mentales, decisión (selectividad), pensamiento sobre sí mismos, etc, de diferentes especies animales, tanto mamíferos como aves.
Sin embargo, antes de dar respuesta a las anteriores preguntas tenemos que saber qué es la consciencia. En el video-documental la definen como el hecho de que sabemos que tenemos emociones y sensaciones, nos damos cuenta de lo que experimentamos, en otras palabras, sabemos que existimos. De alguna manera, podemos crear imágenes mentales de las impresiones que percibimos del exterior, vemos, olemos, oímos cosas, probamos, sentimos, entre otras cosas, y damos por sentado que los demás humanos perciben de forma similar.
Para dar respuesta a la pregunta sobre si los animales no humanos poseen consciencia se inició con la observación de un chimpancé por parte de la primatóloga Jane Goodall, la cual afirma que estos son animales conscientes ya que son inteligentes, sienten y piensan, aunque su consciencia sea totalmente distinta a la nuestra. Mientras tanto, otro investigador afirma que los animales no lo son y que los únicos que poseen consciencia son los seres humanos.
El documental continúa al cuestionarse sobre si podemos observar el sol sin poseer consciencia de ello. Esta pregunta recibe una respuesta positiva. Esto se demuestra a través del ejemplo de un hombre que sufrió un fuerte daño cerebral (en su córtex visual primario o V1), el cual le causó visión ciega, la cual consiste en una percepción visual residual que a veces es incluso más precisa que la visión normal. Las personas con visión ciega no ven en el sentido propio del término, pero sienten de forma intuitiva o inconsciente las formas o los colores. Al saber esto los científicos se preguntaron sobre una bonobo llamado Helen, la cual presentaba el mismo daño en el V1, y para evaluar si esta podía percibir de manera inconsciente igual que aquel homo se realizó un experimento de forma y color, el cual respondió de manera esperada. Con este se demostró que a pesar de no ser consciente de lo que observa, esta sí posee mociones inconscientes de la realidad del mundo. Así pues, los investigadores concluyeron que si un mono como Helen observó quizá uno sin lesión pueda ser consciente de su mundo.
Se cree que los animales no son conscientes porque no pueden expresarnos por medio del habla su dolor, su pensar, su emoción, su sentir, entre otras cosas. Pero si la sentencia anterior es cierta, surge la duda si el lenguaje realmente es lo que hace consciente a un animal. A priori podríamos responder que los animales no son conscientes al no poseer un lenguaje tan complejo como el que poseemos. Sin embargo, según una prueba que se le realizó a unos Bbonobos, la cual consistía en reproducir por medio de un parlante los sonidos característicos de su comunidad para indicar si una comida era amena o deliciosa, o mortal o asquerosa, se demostró que los monos interpretan dichos sonidos y así toman una decisión. Esto, en otras palabras, sería la afirmación de que estos pueden pensar en palabras o símbolos.
Las imágenes mentales son muy importantes, ya que nos permiten saber en qué lugar estamos, a dónde nos dirigimos, dónde queda nuestra casa, desarrollar nuestra imaginación, entre otras cosas. Varios investigadores evalúan si los animales poseen este tipo de representación mental. La prueba busca encontrar si estos poseen representaciones del mundo y la realizan con un abeja, la cual es llevada a un sitio lejano. También, la realizan con una chimpancé a la que le muestran una maqueta de una habitación. En un armario que está dentro esconden una bebida carbonata, la misión de la chimpancé es reconocer que la maqueta es una representación a escala de la habitación y que en ella realmente está la bebida. La chimpancé lo entiende, va directo a la habitación y extrae la bebida del armario. Con ambos experimentos se demostró que algunos animales poseen imágenes mentales del mundo que los rodea. Siguiendo con las imágenes se ha hallado que los perros llegan al sueño REM (el cual es la etapa de movimientos oculares rápidos y allí es donde se produce el soñar) y al llegar a esta etapa es posible que estos puedan soñar y así que poseen una forma de interpretación imaginativa o casi real del mundo.
La imaginación es una de las formas más complejas de consciencia y se cree que los chimpancés la poseen. Bambaniza es una chimpancé a la cual se le hizo creer que existe un ser imaginario que le regala comida, pero este se la esconde en medio del bosque y ella tiene que buscarla en una larga travesía hasta hallar todos los objetos comestibles escondidos y después pensar en qué lugar se esconde su amigo "imaginario". Con esto las investigadoras se preguntaron ¿realmente cree que hay amigos imaginarios en el bosque? A lo cual respondieron con un sí por el comportamiento que presentaba dicha chimpancé.
El pensar sobre sí mismos nos hace conscientes, al igual que la identificación de otro de nuestra especie. Esta premisa los investigadores la demostraron con la prueba del espejo, en la cual tanto un chimpancé como un delfín fueron capaces de reconocer su reflejo, ya que, según estos, si los animales no lo hubieran hecho tendrían una reacción agresiva al observar un foráneo. La chimpancé Bambaniza observa otros chimpancés en la televisión y se le observa un poco dubitativa, a lo cual sus cuidadoras le preguntan y esta responde que está pensando en aquel congénere.
El pensar en lo que el otro está pensando y la consciencia de la muerte, son dos rasgos que creemos que solo poseemos los seres humanos y que esto nos hace seres conscientes, pero una investigación realizada a una chimpancé llamada Panci la cual consiste, en que una persona X esconde unas llaves y una persona Y entra buscándolas, la chimpancé piensa que la persona Y piensa ¿dónde están las llaves? A lo cual ella sin necesidad de que le pregunten señala el lugar en el cual están. La consciencia de la muerte es algo que creemos que nos separa de las demás especies animales, pero diferentes observaciones han demostrado que los elefantes van y visitan a sus muertos, huelen sus huesos y guardan una especie de "luto" y poseen "respeto" de aquel lugar, el cual podríamos llamar su cementerio.
Como hemos podido observar durante todo el documental y la publicación por parte de la universidad de Cambridge, se puede afirmar que los animales son inteligentes y conscientes, igual que nosotros los homo sapiens. Lo único es que nuestro narcicismo y creencias culturales, tan arraigadas en lo profundo de nuestro yo, no nos dejan observar, entender y comprender que somos iguales a las demás especies, que estamos conformados por el mismo polvo de estrellas y que hace no menos de 100.000 años dejamos de tener un comportamiento "animal" para volvernos "racionales". Parece que el hombre entre más civilizado y alejado de las viejas costumbres primitivas se siente menos identificado con sus hermanos animales, tanto que niega la existencia de un ancestro común para todos los primates, mamíferos u especies que han habitado esta roca llena de agua en medio del espacio. Lo anterior, creando una percepción de superioridad ante las demás especies, hasta el punto de decir que somos creados a la imagen y semejanza de Dios.