Acá hubo una época en donde no pasaba nada. Eran dos canales y no había nada para hacer. Unos pocos en Bogotá tenían acceso a los canales internacionales con el exclusivo Telecable. Uno de los pocos privilegios de ser colombiano era ir a la tienda y comprar un chocorramo y una bolsa de leche. Era lo más cerca que podríamos estar de la sofisticación.
El procedimiento era sencillo, poner en el congelador la leche y el chocorramo. Esperar 30 minutos. En esa época no había internet entonces uno tenía derecho a aburrirse. Una vez estuviera frío, casi helado, se vertía la leche en un vaso y mientras veíamos en las tardes la narración de los partidos de la Bundesliga por parte de Andrés Salcedo, le sacábamos el jugo a eso de ser niños.
Con los años jamás dejamos la costumbre y creíamos que el Chocorramo era una verdad universal, un bien preciado del país. Pero hoy nos levantamos y vemos que algunos están realmente odiando al Chocorramo tratándolo incluso de sobrevalorado.
Acá algunos de los trinos que han convertido a este postre en tendencia:
La verdad es que el Chocorramo está sobrevalorado. Qué cosa tan fea.
— Johana Fuentes M. (@JohaFuentes) February 3, 2022
El chocorramo sí es torta seca. Uno se puede limar un callo con eso. Ya que ustedes tengan un vínculo sentimental ahí de la infancia pues listo.
— Lunareja (@dianalunareja) February 3, 2022
Iba a decir que comerse uno solito un Chocorramo de 900 gramos no es buena idea, entre otras, porque aporta casi 300 gramos de azúcar. Y no hablemos de que casi la mitad de las calorías las aporta el nefasto aceite de palma.
Pero bueno, de pronto hiero susceptibilidades😇.
— Juan Camilo Mesa (@ElNutriDice) February 3, 2022
Sí, el Chocorramo está sobrevalorado, pero ustedes no le han dado la importancia que se merece este señor: pic.twitter.com/hnEmixjcDt
— Soldado de Raúl 🇵🇸 #FueraComesaña (@gatonegrotrece) February 3, 2022